Setúbal-Lisboa 50% offroad

CRÓNICA DEL VIAJE DE GRANADA A LISBOA


Motos:

Suzuki DRZ 400s
Kawasaki KLX 650
Yamaha XT 660z Tenere

* Todos los tracks son aptos para maxitrail, con ruedas de tacos y pericia.

Domingo 30 de septiembre de 2018

En 5 días estaremos de rumbo a Portugal. La verdad es que tengo muchas ganas de hacer la ruta, estoy un poco ansioso, porque a día de hoy, sin duda que la moto es mi mayor hobby, mi mayor inquietud, lo que me gustaría hacer si tuviera todo el tiempo del mundo en montar en moto, pero no por asfalto, para eso ya habrá tiempo cuando tenga 50 tacos o más, ahora lo que me llama es el offroad.

Viajando offroad, te puedes caer y romperte un hueso, pero no te vas a matar, mientras que en el asfalto, un accidente puede ser mortal, además los paisajes que ves por caminos y pistas son mucho mejores y especiales a los que ves por carretera. También el ir a 50km/h en vez de a 100km/h permite ver cosas que no ves a más velocidad.

En fin, ya tengo los tracks pasados al garmin, aunque también los sigue en el móvil con wikiloc, por si en algún punto que no esté claro hay que echar mano de la ortofoto.
Miguel y Antonio, están teniendo problemas para cargar el mapa que les he mando de Portugal, bajado de una página de openstreetmap. Después de seleccionar las zonas del mapa que he querido, te mandan un enlace de descarga a tu mail, desde donde te puedes descargar el archivo .img que es el que reconoce garmin para los mapas.

También tengo preparadas las herramientas que voy a llevar en las alforjas laterales y la ropa que llevaré en el macuto. Quiero intentar ir ligero de peso, que eso luego siempre se agradece, aunque cuesta dejar en tierra algunas herramientas por si acaso. La verdad es que hasta ahora, en estos 6 años de moto offroad todavía no hemos pinchado ninguno del grupo. Me encantaría dejar las cámaras de las ruedas en tierra porque pesan un huevo y probablemente no las usemos pero….

En estos últimos 5 días, estoy repasando los tracks en google earth, porque aunque vayamos bien guiados por gps, siempre me gusta tener una conciencia global de la ruta, repasar horarios previstos de desayuno, comida y llegada, cruces, puntos complicados, etc.

Hay algunas rutas que de tanto repasarlas vía ortofoto, llego a memorizar buena parte de los diferentes desvíos de track para luego aligerar en ruta.

Así que sin duda, lo que me lleva hoy por hoy más tiempo es preparar y repasar los tracks, porque la moto ya me la conozco y también tengo toda la equipación necesaria de viajes anteriores, así que ese palo ya está cubierto.

Otro palo en el que todavía me queda por progresar es la edición de video, me gustaría mejorarla para poder editar un video final del viaje molón, pero la edición es un mundo totalmente a parte de la moto, se te puede dar bien la moto, pero ser un negado con la informática y viceversa. A mi me gusta tener un equilibrio entre los dos palos.













Domingo 14 de octubre de 2018

Ayer sábado llegamos del viaje de Portugal, anoche dormí 9 horas y aún así hoy me he pasado todo el día con sueño. El viaje ha sido físicamente muy exigente, con unos 250km de media cada día, con un 75% de offroad diría yo. Hoy en Granada ha caído un buen chaparrón, nosotros hemos tenido mucha suerte con el tiempo. Yo pienso que en un día intenso de lluvia es mejor no coger la moto, porque no se ve bien con lluvia y encima existe una posibilidad alta de acabar enbarrados hasta las cejas. Lo malo es que las fechas son la fechas y muchas veces no hay tiempo para seguir en otro momento. Se me viene a la cabeza el viaje a Portugal de ATG (Adventure Trail Granada) de este mismo año, donde han pasado las de Caín, con vadeos imposibles, calados hasta los huesos y embarrados a tope.

Bueno el tema, es que quiero empezar a escribir la crónica de cada uno de los días de nuestro periplo lusitano antes de que mi memoria empiece a olvidar detalles, así que allá voy.

Día 5: Miércoles, 10 de octubre, SETÚBAL – LISBOA

Tras montar religiosamiente los bártulos en la moto como cada mañana, nos acercamos a la puerta de la cochera, pulsamos el botón y ésta se abre. Ya estamos en marcha en nuestro quinto día de viaje.
No hace falta poner el navegador para salir de Setúbal, sabemos llegar a la avenida principal que es paralela a la costa y de ahí tiraremos por carretera dirección norte. Pronto empezamos a ascender a través de una densa niebla hacia la Sierra de Arrábida, pero con la niebla no vemos más de nuestras propias motos.

Por suerte pronto se abre la niebla y desde las alturas podemos ver las playas y acantilados de este parque natural de Arrábida. En uno de los pequeños miradores que hay junto a la carretera paramos para poder echar la foto de rigor.

Continuamos dirección Sesimbra, a donde no llegaremos pues la ruta se separa de la costa y nos lleva hasta la población de Santana, desde donde tuvimos que atravesar un tramo salpicado de chalets hasta llegar a una pista que nos llevaría a Cabo Espichel donde hay un bonito faro y un Santuario de Nuestra Señora de Cabo Espiche.

Después de nuevo un tramo de pista aburrido y un tramo urbanizado con chalets salpicados por todos lados, hasta que poco después de pasar a Lagoa de Albufeira, giramos a la izquierda para salirnos de la carretera y entrar en una pista de tierra con buenas perspectivas. La verdad es que un poco de off antes de llegar a Lisboa, no estaba mal. Lo que no preveíamos es que los apenas 8km que nos separaban de la costa (Fonte da Telha) iban a tener tanta arena. La verdad es que acabamos sudando la gota gorda como siempre,.

Antonio fue de nuevo el que peor lo pasó, pues en un determinado punto con mucha arena la rueda trasera le empezó a patinar al dar gas, y escarbó hasta que la rueda acabo hundida en la arena. La mejor solución tirar la moto al suelo y girarla en el suelo hasta poder cologar la rueda trasera en arena firme por decir algo. Tras esta operación y unos cuantos empujones conseguimos sacar la moto y con algunas dificultades más conseguimos llegar a carretera.

La carretera era prácticamente el comienzo del paseo marítimo de la Costa Caparica. Paramos a echar gasolina y giramos al este para coger la autovía que nos llevaría al icónico puente 25 de abril.

Antes de cruzar el puente paramos en la barrera para pagar el peaje. Desde allí se veía la gran escultura del Cristo Rey que queda cercano al puente. Como íbamos los tres juntos, Miguel pagó en metálico el peaje de las 3 motos y al abrirse la barrera pasamos las 3 motos a la vez.
No recuerdo el precio pero era alrededor de 2€ por cabeza.
Cruzar el puente fue todo un momento de subidón. Mientras que lo cruzábamos nos separamos por carriles para poder grabarnos. El coche que llevaba detrás me pitaba y yo pensaba que tampoco iba tan lenta para que me pitara, no había tanta prisa. El tema es que iba en el carril de la izquierda que tiene el firme de tramel en lugar de asfalto, con lo que puedes ver a través de él lo que queda debajo del puente, que es el mar. Más adelante me di cuenta de ese carril estaba prohibido a motos, supongo que por lo resbaladizo del tramel para vehículos de dos ruedas.

Con la emoción de estar ya en entrando a Lisboa, tras acabar el puente nos despistamos y no cogimos la salida a la derecha que indicaba nuestro track y que nos llevaría directamente a la Torre de Belem. Al pasarnos nos quedamos sin track que seguir perdidos en la maraña de salidas y vías de una capital, tampoco era el momento de tocarle al móvil para que nos calculase la ruta, pues aunque yo tenía el movil activo y agarrado al manillar con un soporte, la pantalla del móvil va por calor y no por presión como los garmin, por lo que no responde si llevas los guantes puestos.

Al final siguiendo los paneles de carretera de toda la vida y siguiendo la indicación “Belem” acabamos llegando al Monasterio de los Jerónimos. Allí aparcamos la motos como pudimos justo en frente de la famosa pastelería de los pasteles de Belem. Servidor se ofreció voluntario para comprar unos pastelitos y degustarlos. Había bastante cola, pero avanzaba a buen ritmo. Compré una caja de 6 pasteles, dos por cabeza. Había leído que estos pasteles viene a ser los mismos pasteles que te venden en el resto de Lisboa como “pasteles de nata” en lugar de “pasteles de Belem”, y efectivamente después de comer más pasteles en otros sitios de Lisboa, tengo que decir que son exactamente el mismo pastel, quizás la diferencia principal es que el pastel de Belem te lo comes calentito pues con la demanda que tienen están siempre recién hechos y ese plus de estar recién hechos siempre hace que esté un poco más rico.

Total , tras los pasteles nos dirigimos a la Torre de Belem. Intentamos llegar lo más cerca posible a la Torre con las motos pero hay un punto donde ya está prohibido el paso, también está prohibido aparcar pero a esto último no hacemos caso, pues vemos a todos los minitaxis aparcados por aquí. El problema es justamente después de bajarnos de las motos aparece un policia local y nos dice que ahí no se puede aparcar, así que al final nos tenemos que retirar un poco dirección al Monumento a los Descubridores. Tras las fotos de rigor en la torre y junto al río Tajo, servidor llama por teléfono a varios de los hoteles que tenía averiguados previamente y cuyos teléfonos tenía apuntados en el bloc de notas del móvil. En cualquier hotel de Portugal, el recepcionista suele hablar español y te entiendes bien, el tema es que en el primer hotel no tenían sitio, el segundo hotel se nos iba un poco de precio y por suerte en el tercer hotel de la lista si tenían sitio, no una triple, pero sí una doble y una simple, así que pusimos la dirección de este tercer hotel en la app de google maps en el móvil y a zunbar para allá.

En 15 minutos llegamos al hotel Dos Anjos, donde la doble más la simple nos salió por 155€ con desayuno incluido. A parte pagamos 1€ por persona de tasas de la ciudad de Lisboa.

Aquí, y viendo que Miguel no quería quedarse siempre solo y que Antonio parecía cansado, me ofrecí a que Antonio se quedara en la simple que siempre se descansa más estando uno solo tranquilo en la habitación y yo dormiría con Miguel el roncador. Lo cual fue un error que sufriría esa noche.

Nos duchamos y salimos del hotel buscando un sitio donde comer, ya era tarde, creo que las 3 hora portuguesa por lo que nos metimos en el primer sitio que pillamos, un sitio de comida rápida portuguesa donde tenían mucha variedad de sandwich y bocatas con pan típico portugués. La verdad es que nos alegramos, la bocatas estaban buenos, encima de primero el menú incluía una sopa y la bebida eran zumos o tes naturales. Un acierto.

Después de comer estuvimos dudando si volver al hotel y descansar un poco o irnos del tirón al centro y ver Lisboa. Optamos acertadamente por la segunda opción, pues sino se nos hubieran ido las 4 horas de sol que nos quedaban por delante.

Bajamos andando hasta la Plaza del Rossio y luego bajamos la Rúa Augusta hasta la Plaza del Comercio. La tarde era fenomenal, soleada y buena temperatura y Lisboa estaba a rebosar un miércoles a mitad de octubre, lo cual nos sorprendió. Supongo que con la globalización, internet, etc, las capitales cada vez tienen más turistas.

Después subimos andando al Castillo de San Jorge, aunque yo quería coger el tranvía, pero Antonio decía que no merecía la pena que estaba cerca andando y la verdad es que hicimos bien en subir andando, pues pasamos por la puerta de la catedral de Lisboa, a la vez que pasamos por varios miradores fenomenales.

Al llegar al Castillo, descubrimos que entrar costaba 8,5€, así que dudamos si entrar, sobre todo Miguel, al final lo convencimos para entrar y la verdad es que mereció la pena, las vistas de la ciudad desde el Castillo eran maravillosas y pasamos un rato muy entretenidos andando de una almena a otra a través de las murallas.

Cuando acabamos con el castillo ya estábamos realmente machacados físicamente, 5 días de viaje en moto y el pateo de hoy ya se notaban en el cuerpo, así que después de una cerveza en unos de los bares bajando del castillo, los 3 zombis vivientes decidimos tirar dirección hotel y comer en algún sitio por el camino. El tema es que no encontrábamos ningún sitio para comer que tuviera buena pinta. Tiramos de tripadvisor pero los sitios que nos indicaba tenían todas las mesas reservadas. Tras otro rato más de búsqueda encontramos un bar-restaurante que parecia estar bien de calidad-precio, cenamos una hamburguesas y pal hotel.

Esa noche me tomé una pastillaca pa dormir en previsión de los ronquidos de Miguel, pero Miguel empezó a roncar antes de que yo que estaba ya obsesionado consiguiera conciliar el sueño y ni con la pastilla y el cansancio me dormia. Esa noche acabé durmiéndome a no se que hora y saqué como conclusión que partir de ahora una doble para Antonio y yo y la simple para Miguel.