Cusco - Kuñotambo - Rondocan - Corma - Acomayo - Sangarará - Cusco (Full Day)

Después de disfrutar de un reconfortante desayuno a las 7:45 am, comencé mi viaje hacia el sureste de la ciudad de Cusco bajo una intensa lluvia. Atravesé una trocha en condiciones regulares, recorriendo aproximadamente 30 km hasta alcanzar la cima, desde donde empecé un descenso cuidadoso por un suelo arcilloso y mojado. Cerca de los 56 km, hice mi primera parada en San Juan de Quihuares, donde me recibió un valle verde adornado con el canto de los pájaros. A solo 4 km más adelante, encontré un pequeño pueblo inmerso en una faena comunitaria de limpieza, y para mi asombro descubrí la bien conservada Iglesia de Santiago Apóstol de Kuñotambo, una joya arquitectónica del siglo XVII ubicada en la comunidad campesina de Kuñotambo.Continué mi travesía 5 km más hasta llegar al distrito de Rondocan, donde también se alzaba el imponente templo Santo Tomás de Aquino de Rondocan, datado aproximadamente de la primera mitad del siglo XVII. En Rondocan, tuve un encuentro fortuito con un grupo de devotos católicos que exploraban las iglesias de la zona, y proseguí mi viaje solo hacia Corma. Después de recorrer casi 100 km en total, llegué al pintoresco Pueblo de Corma, hogar del majestuoso Templo de Santiago Apóstol de Corma. Allí, me sorprendió encontrarme nuevamente con los fieles católicos, y juntos nos sumergimos en la espiritualidad del lugar, contemplando la imagen de Santiago apóstol en tamaño natural.Proseguí mi viaje hacia Acomayo mientras una lluvia torrencial se avecinaba. Alrededor de las 2 pm, llegué a Acomayo bajo la lluvia persistente. Después de un merecido almuerzo, me dirigí hacia la Casa Hacienda Tres Molinos de la familia Flores Escalante, donde se encuentra la capilla "Molino de los 14 Reyes Incas". Lamentablemente, no pude ingresar a la capilla, pero la majestuosidad de la hacienda y su historia añadieron un toque especial a mi viaje.Continué mi travesía, haciendo una parada en el animado pueblo de Sangarará, donde se celebraba una yunza frente a la plaza principal, y donde destaca el histórico Templo de la Virgen de las Nieves, testigo de la batalla de Sangarará en 1780. Después de disfrutar de la atmósfera festiva, partí hacia la serena Laguna Pomacanchi, cruzando el pintoresco puente Chuquicahuana. Finalmente, puse rumbo de regreso a Cusco, donde llegué alrededor de las 6:30 pm, completando así un día lleno de descubrimientos, aventuras y encuentros inesperados en los caminos del sureste cusqueño.