Selva de Oza, barranco Aguas Tuertas

Preciosa ruta de raquetas por la pista que parte de la Selva de Oza, junto al Camping o el campamento Ramiro el Monje. La nieve caida el día anterior hizo que los abetos cargados de nieve pareciesen gigantes blancos, impresionante el bosque nevado. No llegamos a Aguas tuertas debido a la distancia para lo corto que es el día y a la carretera, nevada por la mañana y encharcada al regresar (fuerte deshielo). Muy recomendable y sin dificultad ninguna.

ACCESO:

El punto de partida es el llamado Campamento Ramiro el Monje (Antiguo camping del valle) o el actual Camping Selva de Oza. Este lugar se encuentra después de atravesar el congosto llamado "Boca del Infierno", donde el valle de repente se abre y deja ver una serie de montañas de gran belleza, cuales son el Chipeta Alto ó el Castillo de Acher, por ejemplo.

Dejamos el coche en uno de los pocos lugares limpios de nieve, sin embargo en verano existe un gran estacionamiento donde dejar los vehículos.

DESCRIPCION DE LA RUTA:

Desde el Camping seguimos el camino del valle, que está asfaltado. Este camino tiene poca pendiente y se encuentra asfaltado, hecho que no llegamos apenas a percibir ya que había bastante nieve y se podía utilizar raquetas desde el primer paso.

El camino avanza entre grandes abetos y hayas, cubiertos también de nieve. El lugar es idícilo por completo, aunque esta suerte del paisaje recién nevado no es fácil encontrarla. eso hizo que nos tomásemos la actividad con mucha tranquilidad intentando disfrutar al máximo de cada rincón.

Aproximadamente a la hora de camino el valle comienza a torcer a la derecha, dejando ver a la izquierda el barranco de Acherito y enfrente el barranco de Las Foyas.

En este punto el bosque clarea y deja ver muchas montañas nevadas, es realmente un paisaje de postal. Se trata de la zona de Guarrinza, lugar poblado de dólmenes y crómlech.

Seguimos la pista hacia la derecha, lugar donde hay un refugio llamado La Mina, antigua casa construida para los ganaderos de Ainsa y Echo. Hoy en día se encuentra abandonada y solo quedan algunos espacios habitables.

continuamos la pista con algo mas de pendiente por el valle, ya fuera del bosque. Está todo blanco, el andar es pesado y finalmente decidimos darnos la vuelta ya que es casi imposible a estas horas llegar a Aguas tuertas, que era nuestro objetivo inicial.

El regreso es igual de bonito, sin embargo la nieve se comienza a deshacer y a la llegada al aparcamiento los abetos ya no muestran esa estampa tan impresionante de sus ramas cargadas de nieve.

Al llegar al coche nos apresuramos a marchar del valle ya que el congosto de la Boca del Infierno chorrea de agua por todas partes, agua que hace deslizar muchas piedras y barro que caen sobre la carretera.

Una vez fuera del valle, visitamos Siresa y su espectacular monasterio románico del Siglo XII, completando una jornada perfecta.