F.c. Vasco-Navarro: desde Vitoria camino a Estella (Ancín) y vuelta.

Sin duda la mejor de las rutas de vías verdes que haya recorrido, que ya son unas pocas…. y poder hacerse finalmente tras caerse la compañía y presencia del tercer jinete del grupo.

Una variedad de firmamentos, anchos, estrechos, más piedra, menos, pero todos con una muy buena regularidad, acompañado por paisajes con mucha vegetación muy variada, con zonas con los típicos endrinos, que ya sabemos se ven sobre todo en esas zonas, y de zarzas. Hay trayectos en los que el piso es un inmenso manto de hojas, y más en esta época, en el que pese a saber que sabes que está firme, y es muy liso y sin piedra, da verdadero pavor el pasar muy rápido y llevarte una sorpresa de un repentino patinazo, ayudado por las últimas aguas de éstas últimas semanas.

Todo se planeó en las postrimerías de fin de año, antes de llenar bien las andorgas de turrones y hacer los cuerpos más pesados y con menos ganas de meneo. Coincide con un día estupendísimo, no sin antes haber caído una de las chupas de agua más tremendas que yo recuerde (día de antes desde Burgos a Vitoria diluviando sin parar)

Esto puede servir de introducción para aquel que quiera adentrarse por esta vía en una época de lluvias o algo que sea fuera de verano e invierno puro, que son estaciones secas. El firme es de piedra muy bien asentada, con poca grava suelta e incluso alguna zona inicial asfaltada (un par de kilometros a la salida de Vitoria)

Salida a las 10:15h, aprovechando la parte sureste del anillo ciclista vitoriano que une con la vía verde del “trenico” como comúnmente llaman los que son de la zona. Llegada y vuelta a las 18:30h, cuando llevábamos de noche cerrada una hora larga.
Pese a la cantidad de lluvia caída, al estar tan compactado el firme hace que las zonas de barro estén bastante seguras , aunque tuvimos que pasar por unas 7-10 zonas muy lentamente y llenarnos de salpicaduras de barro como poco.
Los 15 primeros kilómetros charcos que íbamos sorteando y que es una zona que se podría ir a buena velocidad de ruta, pero a los 2-3 kms nada más salir de Vitoria ya está uno parando para echar fotos por los paisajes tan preciosos (y eso que ya era casi invierno) con los que está ciudad vasca nos deleita.
Hasta llegados unos 30km de la salida nos encontramos con una zona tipo embalse de agua y unos kilómetros más otra más grande que tenemos que rodear, y ahí es donde empieza uno de los montes más empinados que haya subido yo en una vía verde. La subida es salvaje, hasta llegar a una zona de 20 metros de piedra que obliga a bajarte del trasto en el que vayas montado, poco después la cumbre con unas impresionantes vistas. Se baja un tramo para volver a subir otro muy bestia poco después, lo que te lleva, ya en bajada, a un cruce con una carretera sin arcén de obligado paso y por donde transita esta vía verde (unos 3kms) para volver a retomar el camino.

Llegado a los 40kms de la vía, se hace muy rápida, pudiendo alcanzar una media de velocidad alta, en el que los kilómetros podrán ir cayendo más rápido .

Pasamos por pequeños pueblos, apenas de 50 habitantes, y menos, hasta llegar
a Antoñana, donde hay un centro de interpretación del Trenico y tiene concretamente forma de tren, con murales muy bonitos. Se puede entrar en el tren a partir de las 10:00h, pero entre semana y en estas épocas nos lo encontramos cerrado .

Luego ya en el km. 45 aprox que a la derecha , hacía lo alto, la localidad de Santa Cruz de Campizo, población con más renombre.
Parada en el pueblecito de Acedo donde repostamos carburante líquido de 5.5°, junto a la iglesia de esa localidad y después de charlas con las buenas gentes que frecuentan esta zona y que pudimos comprobar, y después de decirnos que “comida en ese bar no dispensan”, nos recomiendan ir hasta la localidad siguiente, a unos 5 kms en Ancin, e ir al restaurante (y único bar de ese sitio) llamado “Iribia”, donde nos disponemos a degustar un menú completo con platos típicos de la zona por 13€.