HÚSAVÍK-BAHÍA DE SKAJÁLFANDI-RECORRIDO EN BARCO-AVISTAMIENTO DE BALLENAS-NORTE DE ISLANDIA

Recorrido realizado el miércoles 6 de agosto de 2014
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
De nuevo vuelvo a indicar lo de recorrido, puesto que por segunda vez nos llevan, esta vez en barco para avistar ballenas. Nos encontramos en Húsavík, capital del norte y primer enclave habitado en el siglo IX por un escocés, que desde luego se tenía que aburrir mucho para aventurarse hasta esta zona tan inhóspita del norte de Islandia. El pueblecito pesquero, ya de por sí se merece una visita, no sólo por verlo y visitar su interesante museo marítimo, también para degustar los más ricos fish and chips que he probado en mi vida (justo frente a la zona en la que se embarca para recorrer la bahía de Skajálfandi). Aunque a nivel oficial se habla de un vikingo sueco, que también se estableció muy pronto en la zona, sin embargo por allí se hace mención a este escocés, que incluso trajo sus propios esclavos celtas, y de ahí que en estudios posteriores se haya descubierto que los islandeses mantienen un mayor parentesco con este pueblo, que con los propios nórdicos y vikingos. Ni que decir tiene, que el tema de los avistamientos es cuestión de suerte, y aunque el día, al menos en cuanto a lo climatológico prometía, según nos dijeron, sin embargo la realidad al final siempre se acaba imponiendo, y de ahí que sólo pudiéramos otear un pequeño grupo de calderones o ballenas piloto como también las denominaron los del barco. La bahía que tiene una profundidad considerable y que se encuentra al sur del Océano Glaciar Ártico, parece ser uno de los sitios preferidos por su abundante comida, para que ballenas de todo tipo, entre las que se incluyen las azules y jorobadas, se dejen ver por la zona. El caso es que el barco que nosotros cogimos, tras realizar casi cincuenta kilómetros, bordeando la bahía en el sentido contrario al de las agujas del reloj, y dirigiéndose en primer lugar hasta muy cerca de islote, totalmente repleto de frailecillos además de otras aves marinas, para después cambiar a rumbo sur, donde finalmente y ya muy cerca de la cosas vimos los escasos representantes de los grandes mamíferos marinos. Digo que es cuestión de suerte, pues un matrimonio catalán, que más adelante nos encontramos haciendo el Landmannalaugar, había estado un par de días antes y habían visto, hasta dar saltos a las juguetonas ballenas jorobadas, a parte de alguna otra más. De todas formas e independientemente de la suerte que se tenga con las ballenas, tanto el paseo en barco como la posibilidad de encontrarse tan cerca del círculo polar ártico, ya de por sí merecen bastante la pena. Al final, aunque hayamos visto más ballenas e incluso cachalotes como en las Azores, hemos continuado observando la gran cantidad de aves acuáticas que pasan por la isla, y en la que aunque sean los frailecillos los más llamativos, no dejan de ser interesantes la variedad de charranes que hay, junto con los juguetones fulmar y la gran variedad de gaviotas e incluso escúas árticos, que por aquí rondan.