Aswan-Espectáculo de luz y sonido en Philae

Aswan...Día 4

Con un panecillo y una pieza de fruta, por no haber podido hacer una cena en condiciones, debido a los acontecimientos acaecidos en el paseo en calesa,

Paseando en calesa por las calles de Aswan

desembarcamos una vez más, ya como expertos cruceristas,

Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan

tomando acomodo en el minibús que nos llevará a nuestra próxima cita en la Isla de Philae. El corto trayecto nos lleva a una zona oscura como la boca de un lobo, donde una ráfaga de luces del minibús, nos descubre un mimetizado puesto policial, que previas comprobaciones podemos franquear. Enseguida, en medio de una explosión de luz y sonido, llegamos al embarcadero, donde con gran bullicio están reunidos vendedores, turistas y marineros. Un incesante guirigay, mareante en grado sumo, nos rodea mientras intentamos seguir al guía, que discute intentando ocupar una barca. Hasta tres cambios de navío hacemos, antes de conseguir ser transportados a la isla. Sin caernos por la borda, ni abrir la boca en señal de protesta, abandonados a nuestro destino, intentamos penetrar la envolvente oscuridad, descubriendo lejanas luces, otros barcos y la cercana Presa de Aswan. Peñascos, islotes y el rumor del agua rompiendo contra la quilla, nos amenizan el ínterin antes del desembarco. No hemos tenido ocasión de recibir explicaciones sobre lo vamos a ver, ni instrucciones sobre lo que tenemos que hacer. Conducidos mansamente como corderos al matadero, o a pastar al prado, según seamos optimistas o no, ocupamos las posiciones indicadas ante la cadena, que impidiendo el paso, contiene apenas a la turba de inquietos visitantes. Algunos ñiños son suavemente empujados a las primeras posiciones, pensando sus padres que así lo verán mejor, sea lo que sea. Pero cuando cae la cadena y la multitud avanza, corren despavoridos para salvar a sus hijos de ser pisoteados. Una ansiosa madre, tropieza y cae sobre una roca, casi aplastando a su hija, haciendose sangre en la rodilla. Una amplía plazoleta, que hace las veces de antesala del Templo de Isis, nos acoge a todos de pie, los ánimos se calman y empieza la función. Luces recorriendo todos los rincones del monumento, coordinadas con susurrantes y sugerentes voces, nos hacen caer inmersos en los lazos de un antiguo cuento. Los protagonistas son: Osiris, dios de la fertilidad y la resurrección; Seth, dios de las tinieblas y la violencia; e Isis, poderosa maga, diosa de la maternidad y la salud, con poder sobre el destino. La sugerente grabación desgrana poco a poco los ancestrales acontecimientos. "Lleno de envidia hacia Osiris, que gobernaba fértiles tierras, mientras que Seth ocupaba el estéril desierto, y celoso de su éxito entre los hombres, le invitó a una fiesta donde le engañó, afirmando que regalaría un ataúd a quién se acomodara a medida en su interior, cerró la tapa después de que aquel entrara, para lanzarlo al río donde se ahogó. Desmembró luego su cuerpo en catorce trozos, que dispersó para evitar que pudieran encontrarlos. Isis recogió uno a uno cada pedazo, y tras recomponerlo le devolvió a la vida con un amoroso aleteo. Engendraron a su hijo Horus, pero Osiris no volvió a reinar entre los vivos, sino entre los muertos". Rematan la narración, ya comodamente sentados, con un imaginario diálogo entre Isis y Hathor, repartiendose halagos y cumplidos. Reunido el grupo, desperdigado por culpa de la oscuridad y el inicial caos, subimos a la faluca, para retornar en minibús al barco, haciendo caso omiso de los insitentes y ya habituales mensajes de "por un euro, por un euro".

Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan

Hemos de cumplimentar el check-out, pagar la cuenta y hacer las maletas, para estar preparados al día siguiente a la hora prevista, ya que toca faluca, camello y poblado nubio.

Navegando en faluca por el Nilo y en camello al poblado nubio