Rafting Río Samaná: Puente Samaná-La Cristalina-Bagre Garganta-Puerto Garza

Ruta del Samaná Fest
Rafting Río Samaná: Puente Samaná-La Cristalina-Bagre Garganta-Puerto Garza
8 y 9 de enero de 2017

Solo un tercio de los grandes ríos del planeta permanecen libres, sin represas o canales. El Samaná, en Antioquia Colombia, es uno de ellos.

Por éste caudal de agua estuvimos dos días en una inolvidable aventura llamada Samaná Fest.

DE CULTURA GENERAL:

El Río Samaná Norte es un río del centro de Colombia que nace en el páramo de Sonsón de la cordillera central.

Con un recorrido de 60km de occidente-oriente verte sus aguas en el río La Miel y este a su vez en el Río Magdalena. Durante su recorrido recoge las aguas de 10 quebradas y más de 70 riachuelos.

El Samaná es, hasta ahora, una fuente hídrica cuyo cauce no ha sido obstaculizado por obras de infraestructura para construir represas y generar energía. Sus aguas corren libres entre piedras, grandes rocas, cuevas, pasajes estrechos y cascadas.

Pero, Celsia, empresa generadora de energía, pretende construir allí la central hidroeléctrica Porvenir II para generar 352 megavatios. Esta mega-estructura amenaza con acabar la vida de éste paraíso.

SAMANA FEST

Jules Domine es un francés, hidrólogo y kayakista, famoso por practicar el freestyle.

https://www.youtube.com/watch?v=3TrYVuQVWUI

Hace 6 años se vino para Colombia y quedó enamorado de ella.

Desde entonces dedicó buena parte de su tiempo a recorrer sus ríos, explorar sus aguas y adentrarse en recónditos lugares. Así descubrió la riqueza del Río Samaná en el departamento de Antioquia

Cautivado por su caudal con rápidos grado 4 y 5, su exuberante vegetación, sus paisajes agrestes y sus orillas rocosas en piedras de mármol que parecen un museo geológico; Jules decidió apostarle a su rescate antes de que Celsia construya la represa.

Se instaló en Medellín. Formó una empresa llamada Expedition Colombia e inventó el Samaná Fest que llegó a su tercera edición.

Este es un festival que se hace cada año, durante varios días, en el oriente antioqueño.

La variada actividad incluye montada en “chiva” (transporte típico de la región), dormida en hamacas, alimentación preparada en fuego al aire libre, pernotada a la intemperie en la selva y, por supuesto, remada y bañada en el Río.

7 ENERO: CHIVA MEDELLIN- PUENTE SAMANÁ

El barrio Manila fue el punto de encuentro de una excursión que contó con aventureros de Putumayo, Canadá, Italia, EEUU, Francia y, por supuesto, Medellín. Desde el principio la armonía y buena energía reinaron en el ambiente.

Pasado el mediodía llegamos al Puente Samaná, ubicado en la Autopista Medellín-Bogotá.

En éste punto el Río Dormilón, que viene del municipio de San Luis, desemboca en el Samaná que se forma un poco más arriba en la unión de Río Verde y el Río Calderas

Allí está la finca de “Don Jesús” y una casa desocupada que sirve de albergue a los turistas. Algunos dormimos allí, otros armaron “campamento” en la chiva y unos más colgaron sus hamacas a la intemperie.

Jules y su equipo prendieron fuego para hacer la cena mientras el resto disfrutamos de las caudalosas aguas.

Muy temprano nos fuimos a dormir.

8 ENERO: PUENTE SAMANÁ-PIZZA ROCK-LA CRISTALINA

Tras un buen desayuno nos preparamos para lanzarnos al agua en la que nos esperaban más de 30 rápidos.

Jules, Mica y Mael, empacaron, cargaron las balsas, equiparon al personal y dieron instrucciones

3 grandes balsas con 20 Personas y 6 Kayakistas en sus botes individuales partimos en busca de aventura acuática.

Dejamos la civilización en el Puente Samaná, cogimos río abajo y entramos en la selva.
Durante el recorrido recibimos aguas de limpias quebradas y vimos varias cascadas, cuevas, y piscinas naturales.

También apreciamos varias de 35 especies de plantas neófitas que hay en el cañón. Todo esto enmarcado por rocas de formación marmórea que, por su antiguedad, lo devuelven a uno en el tiempo.

La adrenalina no se hizo esperar y éste primer tramo estuvo lleno de rápidos clase 3, 4 y 5 que mantuvieron los ánimos arriba.

Entre rápido y rápido descansábamos, tomábamos fotos y nos agrupábamos.

Al medio día nos detuvimos para almorzar. Tras el segundo golpe del día volvimos a los botes para continuar la excursión.

Más adelante nos encontramos con un rápido grado cinco llamado por ellos “Pizza Rock” ya que en la mitad del rio hay una roca grande en forma triangular que semeja un pedazo de pizza. De ahí el nombre.

En éste punto las cosas se ponen de otro color puesto que los únicos que pueden pasar montados en sus balsas son los kayakistas profesionales. El resto deben descender del bote y pasar caminado entre rocas y arbustos.

Acá las balsas son arrastradas con cuerdas por los organizadores que deben luchar contra la dura corriente que trata de llevárselas.
Como la noche anterior había llovido y el río estaba crecido y corrientoso; la pasada de las balsas se hizo difícil.

Una de ellas quedó atascada en una corriente cerca de la roca donde estábamos nosotros. En vista de que era imposible maniobrarla con la cuerda, uno de los kayakista, en un acto arriesgado y heroico, se lanzó de la roca al bote sin saber, a ciencia cierta, si iba a caer dentro de la balsa.

Sin duda fueron minutos de terror al ver el riego que estaba corriendo éste kayakista. El chico se lanzó y cayó dentro de la balsa. Una vez en ella le fueron tiradas cuerdas para poder arrastrarla hasta la orilla. La maniobra de rescate de la balsa resultó ser todo un éxito.

Después supimos que el “salvador” en cuestión era nada más y nada menos que Tyler Bradt, famoso kayakista, amigo de Jules, reconocido por tener, entre otras cosas, el record mundial de caída libre en kayak, por cascada. Esto fue en una caída de agua en Washington, de 50 mts de alta, llamada Palouse Falls

https://www.youtube.com/watch?v=uNXh9gXDd2Y

Este simpático joven, nacido en Montana, ha recorrido además los grandes ríos del planeta, ha hecho películas, ha dado la vuelta al mundo en Yate y ha desafiado, en varias oportunidades, la muerte.

Sin duda fue un verdadero gusto haber compartido, éste viaje, con ésta leyenda viviente del kayak

Tras el rescate de la balsa, nos dispusimos de nuevo a abordarlas. Este episodio, que duró aproximadamente una hora, fue uno de los más emocionantes del paseo.

En él la aventura y la adrenalina se conjugaron para hacernos sentir verdaderos expedicionarios.

Seguimos navegando y un par de km más allá llegamos a La Cristalina en donde una bella y exuberante cascada desemboca en el Samaná.

En éste punto, desde el rio, se ven sólo piedras pero más allá se abre el paisaje y se llega a una amplia pradera que puede albergar hasta 60 aventureros.

Antes de que la luz se fuera, armamos las hamacas, les colocamos sus respectivos plásticos para protegerlas del agua y dejamos todo listo para la dormida.

Ya en la noche nos reunimos alrededor del fuego. Allí aprovechamos para degustar los exquisitos spaguettis con pesto que preparó Alessio, tomarnos un vino y platicar con los compañeros de viaje.

9 ENERO: LA CRISTALINA—RUSA BLANCA-CHILLI CON CARNE-BAGRE GARGANTA-PUERTO GARZA

La dormida en hamaca a la intemperie fue muy novedosa.

Al amanecer una pertinaz lluvia acompañó la jornada y mojó la poca leña seca que había en la zona lo que truncó la preparación de un buen desayuno. Ese primer golpe del día lo sorteamos con cereales, galletas y frutas.

Casi al medio día salimos de la Cristalina. Nos esperaba de nuevo la adrenalina que no se hizo esperar con la aparición de un rápido grado cuatro llamado por ellos Rusa Blanca en honor a una bella rusa blanca que paso ése rápido debajo del agua cual sirena.

Tras superarlo continuamos descendiendo por el río. Vimos otra serie de cascadas y más allá desafiamos otro buen rápido grado 5 llamado por ellos Chili con Carne ya que en una ocasión el rápido doblo a tal punto la balsa que quedaron envueltos como Chilli con Carne

Seguimos por un exuberante cañón que es, justamente, el que quedará bajo el agua con la construcción de la hidroeléctrica.

En un punto el panorama se comenzó a abrir lo que presagiaba que la civilización estaba cerca. Un par de metros más allá llegamos a Bagre Garganta una subestación eléctrica que verte sus aguas en el Samaná.

Acá el rio recibe muchos metros cúbicos de agua y navegarlo se vuelve mucho más extremo. Por eso allí termina la aventura para los aventureros de las balsas pero continúa para los kayakistas profesionales que tienen las agallas y la técnica para desafiarlo.

Allí bajamos de la balsa y volvimos a la “Chiva” para acabar de llega a un Corregimiento del Municipio de San Carlos llamado Puerto Garza más conocido como “Narices” en donde esperaríamos a los kayakistas.

Cayendo la tarde degustamos un delicioso almuerzo para recuperar energías. Algunos tomaron transporte para Medellín, otros nos dirigimos a “Zafra” una bella reserva natural erigida en medio de la selva y los ríos del Municipio de San Rafael.

En éste bello sitio, caminamos, nos bañamos en las deliciosas aguas de los ríos y aprovechamos para intercambiar historias con los kayakistas extranjeros que pasan su vida recorriendo los ríos de éste planeta.

Así finalizó la tercera edición del Samaná Fest. Un festival que hay que vivirlo antes de que Celsia construya su imperio eléctrico.