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Izada de Bandera Scout, al Cerro de la Cruz, Octubre de 1993

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Author

Trail stats

Distance
3.3 mi
Elevation gain
932 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
932 ft
Max elevation
6,198 ft
TrailRank 
55 5
Min elevation
6,198 ft
Trail type
Loop
Coordinates
120
Uploaded
February 27, 2022
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  •   5 1 review
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near Puente Nacional, Santander (Republic of Colombia)

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Photo ofIzada de Bandera Scout, al Cerro de la Cruz, Octubre de 1993 Photo ofIzada de Bandera Scout, al Cerro de la Cruz, Octubre de 1993 Photo ofIzada de Bandera Scout, al Cerro de la Cruz, Octubre de 1993

Itinerary description

¡Soy un Scout!
De corazón
y acamparé
con ilusión

Al monte iré
con ilusión
y acamparé
con gran pasión

Yo nadaré
no sé nadar
aprenderé
con Aquaman

Yo gritaré
no sé gritar
aprenderé
con mi mamá

Yo roncaré
no sé roncar
aprenderé
con mi papá

Cocinaré
En gran fogón
y a diario haré
mi buena acción.

Marchábamos al campamento, cantando esta divertida canción, pues era la hora del juego de pistas, que no es más que una prueba con señales para interpretar y así alcanzar un objetivo.

Éramos por lo menos cincuenta adolescentes y los jefes Scout quienes nos orientaban en este juego de encontrar el tesoro y con distintas señales, pistas y acertijos, debíamos llegar a la meta.

Poco después de iniciar, sabíamos que sería difícil porque comenzamos a subir el cerro de la Cruz en una especie de zigzag y no había sendero alguno como tal, pero sí, obstáculos naturales como quebradas, bosque, rocas o incluso los artificiales, como los cercados que delimitan una finca con otra.

La lluvia comienza y varios amigos se comienzan a quedar, otros se ven perdidos y otros simplemente renuncian y se regresan al campamento. Yo estaba en el grupo más adelantado y con mi amigo más hábil, el sub guía de mi patrulla Fortaleza, comenzamos a descifrar, los primeros acertijos, encontrábamos las pistas, hechas con ramas o piedras y con habilidad franqueamos los obstáculos. Al inicio, él no sabía la clave del cajón, que es un alfabeto con cajones y puntos que para mí era fácil de leer y él era más hábil con la clave morse, que escuchábamos y veíamos, ya que con un silbato uno de los jefes, daba mensajes en morse y otra de las jefes de tropa, con una linterna grande, desde la parte alta también escribía con la luz en el idioma de puntos y rayas, para así saber, por dónde ir y encontrar la siguiente pista.

En un instante y casi a punto de llegar a la cima del cerro, la neblina nos cubrió totalmente y la lluvia arreció. Decidí quedarme porque había un paso muy difícil y peligroso, en el que dando un paso en falso, algún compañero, podría caer a un hueco, por lo que decidí devolverme y ayudar avisando para que todos llegasen sin caer en ese obstáculo y efectivamente, con la linterna y mostrando el camino, pude estar listo para servir y guiar a todos sin importar de qué patrulla eran.

No anhelaba encontrar ningún tesoro y me preocupaba que alguien cayera o se perdiera, pues con ya todas las pistas resueltas solo quedaba subir pocos metros a la cima, pero no era fácil. Reservé mi llegada de último, asegurándome que nadie faltara e incluso regresé algunos metros para asegurarme que nadie más se quedara y cuando llego a la cima, tal vez dos horas después de que mi amigo sub guía llegase de primero, veo que todos rodean en círculo una alta cruz de madera, que siempre desde el pueblo se ve al atardecer y que es testigo desde lo alto de todo lo que el pueblo vive, allá abajo. Estando en la cima, mi amigo me dice que no había ningún tesoro, que se desesperó buscando, pero no encontró nada más que esa alta cruz, que desde el pueblo, se veía minúscula pero aquí nos abrumaba con su altura, rodeada por nosotros y nosotros rodeados por una neblina fantasmal y espesa, que nos cubría por completo.

Una de las jefes de tropa, pronuncia un discurso, en el que felicita a todos por llegar e incluso a los que intentaron sin poder y tuvieron que regresar al campamento, pero hizo énfasis en quien llegó primero y para él era el famoso tesoro. Sabíamos que no era tiempo aún, de izada de bandera, una ceremonia muy especial para nosotros los scouts, pues nos faltaban insignias, pruebas y más excursiones, pero mi amigo se ganaba la izada de bandera y el privilegio de ser el primer de nuestra tropa Kira, en ser distinguido con la pañoleta del grupo Scout Sorocotá que a excepción de nuestros líderes, nadie más tenía. Me alegré por él, pero algo no entendía y cuando estábamos bajando de regreso, le digo a mi guía de patrulla, que era curioso que ese honor fuese para el primero y no para quien apoyó, ayudó a descifrar u orientó a los que lo necesitaban llegar, pero ella detectó un mal sentimiento en mí, una especie de envidia o inconformidad y la verdad sí la sentía y no había aprendido la lección de ayudar, sin esperar recompensa. Pensaba que el mundo no debería ser de los primeros, sino de los que así lleguen de último, ayuden, sirvan y a mí me gustaba más quedarme para servir. Era un adolescente y no manejaba muy bien lo que por primera vez en mi vida sentía y creo que esa noche un rasgo muy importante de mi personalidad crítica e inconforme, me marcaría hasta hoy y hasta el fin de mis días, pero era algo que me identificaba y me definía, al igual que sentirme mejor si servía y no me importaba ser el primero.

Los jefes de tropa también notaron algo en mí, escuché comentarios ya en la oscura noche, algo así como un “Mario está muy extraño o parece inconforme”. Por otra parte, con la fuerte lluvia que nos acompañó en casi todo el ascenso, nuestro campamento se ha inundado todo y teníamos que desmontar en plena noche y buscar refugio, pero antes de que se quitara la primera estaca de la primera carpa, con una lluvia ya ausente y en medio de la oscuridad, escasamente combatida por una fogata en el centro de nuestro campamento los jefes de tropa nos hicieron formar, para una nueva izada de bandera en donde yo sería llamado de último junto con tres compañeros más.

Fui nombrado Guardián de Leyendas o Cronista de toda la tropa y mi responsabilidad era con las palabras, poder grabar los momentos más importantes de nuestras experiencias como scouts y desde esa noche, con pañoleta en pecho y medalla por servicio, atención y apoyo, escribí muchas más historias, que años después aun se leerían con añoranza, como las olimpiadas y juegos Scouts del oriente, en donde a nivel nacional, nuestro modesto grupo, de un pequeño pueblito como el nuestro, se colgó la medalla de plata, por delante de grupos más numerosos, de grandes ciudades; los campamentos, las siguientes izadas de bandera, los juegos, los servicios a la comunidad, los viajes a visitar otros grupos como el de Florian, los aprendizajes de cocina, nudos, construcciones, canciones y habilidades, virtudes y logros; la vida como tal, escrita y recordada.

Luego de la mágica noche, que ojalá nunca olvide, nos refugiamos en la casa quinta de la hacienda del Profesor Evaristo, a pocos metros del campamento y durmiendo en el suelo de sus grandes habitaciones, pudimos cerrar un capítulo más en donde éramos personas distintas, con más habilidad y fuerza para vivir, por las lecciones aprendidas.

Waypoints

PictographCampsite Altitude 5,360 ft

Campamento

PictographMountain hut Altitude 5,438 ft

Casa de Refugio

PictographSummit Altitude 6,188 ft

Cerro de la Cruz

Comments  (2)

  • Photo of Oscar Upegui
    Oscar Upegui Mar 28, 2022

    Esta si que es una actividad, que me hubiese aprender, pues siempre vi muchos grupos de scout, sin imaginarme la labor que realizaban, muy buena crónica mi hermano felicitaciones, a eso es que venimos al mundo a servirle a otras personas con nuestro trabajo o conocimiento, algunos valoran lo que uno hace y a otros no les importa, mientras tanto la vida sigue dejándonos buenas enseñanzas.

  • Photo of DXMARIUS
    DXMARIUS Mar 28, 2022

    Su merced tiene razón, con el tiempo a uno le da más placer y beneficio servir a otros sin estar buscando algo a cambio, que medallas, premios o reconocimientos por ser primeros en algo.

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