Sebkha el Mhagene-Tantán-Gaat Chaititat-Esmara
near Messeïed, Guelmim-Oued Noun (Morocco)
Viewed 74 times, downloaded 9 times
Trail photos
Itinerary description
Hoy el día empieza mal. Desde mi asiento huelo a gas-oil y eso no es normal. Paro, busco el motivo y lo encuentro justo debajo de la bomba de inyección. Sale unas gotas de una pieza que parece una válvula. La idea es hacer algo más 300 kilómetros y no me apetece ir perdiendo combustible.
Afortunadamente, mi compañero Eduardo conoce un taller en Tantan. Son 90 km, pero es lo que hay. Sin pensarlo, rumbo a Tantan.
El taller está especializado en Land Rover y tiene la mayor colección privada de piezas de desguace en un montón de kilómetros a la redonda (afortunadamente).
Entre eso y que mi 300... es un 300, en cinco minutos estamos listos para seguir. Claro que, entre que nos hemos levantado tarde y hemos tenido que venir aquí, es ya medio día. Vamos a comer y después salimos.
Para recuperar el tiempo perdido, tomamos la carretera de Esmara, y si quitamos el tiempo que hemos gastado en curiosear el campamento abandonado (el de las casas cónicas de barro) en Abteh, en poco tiempo enfilamos la pista que vengo buscando.
Aviso para caminantes: no sé por qué motivo (aunque me lo puedo imaginar) de todas las gasolineras que hay una vez pasado el paralelo 27º 40', sólo una servía combustible. Los único clientes eran pickups locales con grandes depósitos en las cajas. A nosotros nos dijeron que nanai de la China y a seguir camino. Así que no vayas con el carburante justo allí.
Pues bien, nuestra pista es una ruta que atraviesa las colinas y desemboca en una gran sebkha llamada Chaititat. Si el Iriki te parece grande, este lago puede ser el triple de largo y el doble de ancho, lo cual permite pasar un rato divertido.
Pero no es el único. Más adelante hay que transitar un buen trecho por el cauce del río Iahia Ben Mohammed, un tributario del Saguia, lo que permite seguir jugando. Allí nos cogerá la noche.
Y cometemos el error de seguir, pensando que todo el camino que queda iba a ser igual. Nada más equivocado.
Llegamos al Saguia, nuestro último cruce de ríos por hoy, ya con la noche cerrada. No parece gran cosa, casi kilómetro y medio. Pero no es la distancia lo que me preocupa, sino el estado del suelo.
La pista desaparece y el piso empieza a formar badenes de barro seco y vegetación, cada vez más altos conforme avanzas. Llego casi al centro del cauce y los escalones son demasiado altos y seguidos. Y lo peor es que no se ve el final. Llegó un momento que creí romper el coche aquí o quedarme empanzado en cualquier cresta de estas.
Mis compañeros estaban igual que yo. Así que decidimos retroceder y seguir una pista alternativa que tenía preparada por si no podíamos pasar por aquí (claro que pensaba que sería por agua y no por esto).
La idea era seguir el cauce unos 5 kilómetros hacia el oeste y luego otros 4 más hasta la carretera que viene de Zag. Pero llegamos a un punto en que la pista desaparece por el río y aunque tratamos de encontrarla, fue imposible..
En eso estamos cuando vemos venir a lo lejos un par de luces, y ya sabes qué quiere decir eso: papeles, fotos y espera al oficial.
El oficial decide que tenemos que dar marcha atrás y cruzar el Saguia por el paso que hay para eso, es decir, el que ya conocemos.
Y aquí me tienes, en el mismo punto de hace... un siglo (para mí). El guía militar indica la otra orilla con la mano y se despide de nosotros.
Bueno, pues aquí no nos vamos a quedar. Mientras los compañeros investigan por aquí y por allí, yo cojo la ruta, amplio el mapa y sigo al milímetro el track. Si yo lo he trazado es porque lo he visto en casa y tiene que estar aquí. Y lo voy a encontrar aunque me cueste la noche entera.
Panzazo va y panzazo viene. El trial continua un buen rato. Ya casi he llegado a los 2/3 y es entonces cuando veo unas rodadas a unos 20 metros por mi izquierda. Cambio el rumbo hasta que me sitúo encima y aviso por radio. Ya tenemos salida.
Quizás de día, con luz, no habría que hacer trabajar tanto a nuestro coche en este punto. La oscuridad no te permite calibrar a gusto la situación. De todas formas, si decides hacer la ruta y aquí te ves apurado, recuerda seguir fielmente el trazado. Espero que para entonces, el río no haya cambiado mucho la piel.
Desde aquí a Esmara no queda mucho ya. Y la pista no está mal. Discurre por colinas suaves y es firme. Solo hay que tener cuidado al cruzar dos tramos de muro defensivo.
Si la he calificado como DIFÍCIL es únicamente por el tramo final del Saguia.
Afortunadamente, mi compañero Eduardo conoce un taller en Tantan. Son 90 km, pero es lo que hay. Sin pensarlo, rumbo a Tantan.
El taller está especializado en Land Rover y tiene la mayor colección privada de piezas de desguace en un montón de kilómetros a la redonda (afortunadamente).
Entre eso y que mi 300... es un 300, en cinco minutos estamos listos para seguir. Claro que, entre que nos hemos levantado tarde y hemos tenido que venir aquí, es ya medio día. Vamos a comer y después salimos.
Para recuperar el tiempo perdido, tomamos la carretera de Esmara, y si quitamos el tiempo que hemos gastado en curiosear el campamento abandonado (el de las casas cónicas de barro) en Abteh, en poco tiempo enfilamos la pista que vengo buscando.
Aviso para caminantes: no sé por qué motivo (aunque me lo puedo imaginar) de todas las gasolineras que hay una vez pasado el paralelo 27º 40', sólo una servía combustible. Los único clientes eran pickups locales con grandes depósitos en las cajas. A nosotros nos dijeron que nanai de la China y a seguir camino. Así que no vayas con el carburante justo allí.
Pues bien, nuestra pista es una ruta que atraviesa las colinas y desemboca en una gran sebkha llamada Chaititat. Si el Iriki te parece grande, este lago puede ser el triple de largo y el doble de ancho, lo cual permite pasar un rato divertido.
Pero no es el único. Más adelante hay que transitar un buen trecho por el cauce del río Iahia Ben Mohammed, un tributario del Saguia, lo que permite seguir jugando. Allí nos cogerá la noche.
Y cometemos el error de seguir, pensando que todo el camino que queda iba a ser igual. Nada más equivocado.
Llegamos al Saguia, nuestro último cruce de ríos por hoy, ya con la noche cerrada. No parece gran cosa, casi kilómetro y medio. Pero no es la distancia lo que me preocupa, sino el estado del suelo.
La pista desaparece y el piso empieza a formar badenes de barro seco y vegetación, cada vez más altos conforme avanzas. Llego casi al centro del cauce y los escalones son demasiado altos y seguidos. Y lo peor es que no se ve el final. Llegó un momento que creí romper el coche aquí o quedarme empanzado en cualquier cresta de estas.
Mis compañeros estaban igual que yo. Así que decidimos retroceder y seguir una pista alternativa que tenía preparada por si no podíamos pasar por aquí (claro que pensaba que sería por agua y no por esto).
La idea era seguir el cauce unos 5 kilómetros hacia el oeste y luego otros 4 más hasta la carretera que viene de Zag. Pero llegamos a un punto en que la pista desaparece por el río y aunque tratamos de encontrarla, fue imposible..
En eso estamos cuando vemos venir a lo lejos un par de luces, y ya sabes qué quiere decir eso: papeles, fotos y espera al oficial.
El oficial decide que tenemos que dar marcha atrás y cruzar el Saguia por el paso que hay para eso, es decir, el que ya conocemos.
Y aquí me tienes, en el mismo punto de hace... un siglo (para mí). El guía militar indica la otra orilla con la mano y se despide de nosotros.
Bueno, pues aquí no nos vamos a quedar. Mientras los compañeros investigan por aquí y por allí, yo cojo la ruta, amplio el mapa y sigo al milímetro el track. Si yo lo he trazado es porque lo he visto en casa y tiene que estar aquí. Y lo voy a encontrar aunque me cueste la noche entera.
Panzazo va y panzazo viene. El trial continua un buen rato. Ya casi he llegado a los 2/3 y es entonces cuando veo unas rodadas a unos 20 metros por mi izquierda. Cambio el rumbo hasta que me sitúo encima y aviso por radio. Ya tenemos salida.
Quizás de día, con luz, no habría que hacer trabajar tanto a nuestro coche en este punto. La oscuridad no te permite calibrar a gusto la situación. De todas formas, si decides hacer la ruta y aquí te ves apurado, recuerda seguir fielmente el trazado. Espero que para entonces, el río no haya cambiado mucho la piel.
Desde aquí a Esmara no queda mucho ya. Y la pista no está mal. Discurre por colinas suaves y es firme. Solo hay que tener cuidado al cruzar dos tramos de muro defensivo.
Si la he calificado como DIFÍCIL es únicamente por el tramo final del Saguia.
Waypoints
Waypoint
778 ft
Campamento
Waypoint
859 ft
Carretera a Tantán
Waypoint
0 ft
Restaurante
Waypoint
0 ft
Carburante
Waypoint
0 ft
Gasolineras sin servicio
Waypoint
0 ft
Colinas de Lehmeira
Waypoint
0 ft
OJO NUEVA PISTA
Waypoint
0 ft
Uad Aarraid
Waypoint
0 ft
Muro viejo y carretera nueva
Waypoint
640 ft
Antenas
Waypoint
0 ft
Vadeo Saguia
Waypoint
0 ft
Primer intento frustado
Waypoint
513 ft
Encuentro con militares
Waypoint
0 ft
Saguia el Hamra
Waypoint
470 ft
SALIDA
Waypoint
0 ft
Muro
Waypoint
0 ft
Muro
Waypoint
0 ft
Control especial para nosotros
Waypoint
0 ft
Esmara
Comments (2)
You can add a comment or review this trail
Etapa para el recuerdo.
Impresionante el antiguo campamento militar con forma de conos. Las pistas interminables, el paso del lago que pasamos el triple que el iriki, y sin un solo bache a una velocidad altísima, que gustazo, es de lo más bonito que jamás he hecho.
Pero el final terrorífico, el paso de río, un km. y medio
Una hora y pico en hacer ese km. Primera reductora con unos obstáculos que daban miedo, no sé cómo los coches no se destrozaron, pero una anécdota para contar siempre. Etapon, que espero volver a compartir con mis compis