Ruta Assa - Draa

Esta mañana, en Tata, ha servido para reponer existencias (comida y dishams, principalmente). Mientras, otros hemos desayunado en la entrada oeste de Tata, frente a una gran mezquita y junto a una panadería/bollería muy pequeñita.
El plan de hoy es marchas a Assa por carretera y, desde allí, hacer la pista del río hasta lo que nos dé tiempo.
La ruta va bordeando el cauce del río por su orilla sur, así que la pillaremos nada más cruzarlo a la salida de Assa hacia Zag.
Como luego pudimos comprobar, no tiene dificultad ninguna. La pista es buena y está muy pisada.
Pudiera ser que en tiempos de lluvia no sea tan amable con nosotros, dado los innumerables pasos de río y arroyos que hay que cruzar. Eso es debido a las sierras que limitan el río por ambos lados, que escurren sus aguas al cauce principal. La suerte (por así decirlo) nuestra es que este año es el más caluroso y seco del siglo (este y el pasado), así que nos encontramos solo con arena y polvo.
En realidad no hemos hecho muchos kilómetros ya que hemos parado varias de veces a
disfrutar observando un puñado de enterramientos prehistóricos a nuestro paso, mezclados con enterramientos islámicos. Supongo que en otros tiempos más benignos esta zona estaría mucho más poblada (así como que el que este río haya sido frontera desde los tiempos coloniales tiene mucho que ver en eso también).
Al anochecer encontramos una acacias pequeñas que algo de viento quitaban y allí nos quedamos.
Cuando más tranquilos estábamos, apareció un pastor en una motillo pequeña. El hombre se recogía ya del trabajo y aunque dijo que iba a Assa, supongo que tendrá algún refugio más cercano, porque aunque conozca algún atajo, los 50 kilómetros no se los quita nadie.