El Aaium - Tantán Playa

Ruta fácil realizada por carretera en su totalidad. Un motivo más para disfrutar del paseo.

Se puede acortar una par de kilómetros, pero el comienzo será El Aaium Playa por un motivo: pasar cerca del BIR nº 1 o la Cabeza de Playa como se lo llamaba también. S e trata del Batallón de Instrucción de Reclutas, el sitio por donde pasaban los soldaditos que llegaban para hacer el servicio militar obligatorio en esta colonia. Las instalaciones se conservan en parte en pie.

Esta carretera nos lleva al pueblo veraniego de Foum El Oued. Aquí arranca una carretera hacia Tarfaya por la costa. Es una carretera bonita que corre entre el mar y grandes arenales y dunas. No es muy transitada desde que la N1 se terminó, aunque son constantes los camiones.

Pronto se cruza el paralelo 27º 40', que aquí no está señalizado. Y pronto también se llega a Tarfaya (el Port Victoria de los ingleses y Villa Bens de los españoles). Aunque antes es obligada la parada para ver lo que queda del naufragio del ferry de la compañía Armas.

No se puede pasar por Tarfaya sin la obligada parada para pasea por su pequeño bulevar (o corniche) y admirar las ruinas de la Casamar. Si hay tiempo, se puede visitar el museo de Antoine de Sait.Exupery, el escritor y piloto francés que hacia el recorrido entre Toulouse y Saint Louis, en Senegal llevando el correo. El aeródromo está al norte de la ciudad, junto al cabo Juby.

Desde Tarfaya hay que incorporase a la N1, ahora convertida en una flamante autovía de 4 carriles. Ella nos llevará por la costa hasta la Laguna de Naila, Una zona inundable en la que se puede ver las salinas en uno de sus extremos y el paraje natural de Khenifiss en el otro, junto a la salida al océano. Hay unas vistas formidables y se pueden observar bastantes especies de aves entre su vegetación. Tambien se puede recorrer a pie e incluso contratar un recorrido en barca.

La zona tiene una particularidad que ha quedado oculta por la arena de las dunas marinas. No lejos del embarcadero estuvo el fuerte de Santa Cruz de la Mar Pequeña, que data de 1478 y que fue construido por la corona de Castilla para proteger la factoría de pescadores que había en el río. Al otro lado de la carretera, a lo lejos se puede ver la inmensa mole de la Duna Roja o Aghrat Tenouchad.

Faltan pocos kilómetros para Akhfenir, donde hay que parar para ver el Agujero del Diablo, una cueva excavada por el mar que ha horadado el suelo.

No queda mucho para cruzar tres río mítico de la zona: el Waer, el Amma Fatma y el Chebeika. Dependiendo del año llevarán más o menos agua, aunque siempre asombran por su belleza. La pena es que ya ha llegado el siglo XXI a ellos y se les está construyendo los correspondientes viaductos, con lo que perderemos la sensación de verlos y cruzarlos a su mismo nivel. Sobre todo el Chebeika merece un viaje para él solo y subir por su cauce hasta las montañas cercanas.

Tantán esta cerca y su puerto mucho más. Nosotros vamos a pernoctar aquí porque mañana vamos a seguir subiendo la costa hacia la desembocadura del Draa.