Centro visitantes-cueva La Solana-Paso Maja Carnero-Llano Prado-Castillo Mata Bejid- Centro visitantes.

Partiendo del Centro de visitantes cogemos el camino hacia El Peralejo, desviándonos en su inicio hacia la izquierda para subir campo a través en línea recta hacia el cortijo del Peralejo. Con ganado ovino, sueles encontrarte a menudo con el pastor. Aprovecha y salúdalo. Posiblemente te de información interesante sobre su forma de vida. Pasada la edificación, hacia la izquierda retomas el sendero, indicado hacia el castillo de Mata Bejid. Aunque estrecho, discurre serpenteando la ladera, disfrutando de una combinación de paredes rocosas, romerales, pinos y encinas. El sendero ha sido señalizado con hitos cada cierto tramo, que facilitan la travesía. Aunque no está señalizada, pronto te encuentras con la cueva de La Solana, cuyo interior ha sido retocado con imitación de pinturas rupestres. Nada más dejar dicha cueva se nos abre una panorámica en cuyo fondo podemos ver Carchel y Carchelejo, la sierra de Los Grajales o Los Propios, La Pandera, Ventisqueros, etc. Seguidamente salvamos el paso de Maja Carnero fácilmente con el arreglo efectuado y que nos conduce a Llano Prado en donde se bifurca el sendero, debiendo acceder por el de la izquierda con salida a la pista forestal, encontrándonos a unos trescientos metros del castillo de Mata Bejid, de origen musulmán que controlaba el paso hacia Torres, por el Almaden. Desde dicho castillo y la gran era que se extiende a su oeste volvemos a disfrutar nuevamente de sensacionales panorámicas de la Sierra Sur de Jaén. Retomamos el camino dirigiéndonos hacia las ruinas de una tinada o explotación ganadera a cuyas espaldas encontramos el sendero de bajada por lo que fue una antigua acequia, que se une en Llano Prado al sendero de subida. En la bajada hay que tener cuidado puesto que existen trozos que el monte ha recuperado con arbustos y hay que buscar el sendero. la cueva del Tocino queda a la izquierda del sendero de bajada, pero se encuentra cercada para impedir acceso, por razones de guarda de especies que habitan en ella. Descendemos hasta El Peralejo para llegar finalmente al Centro de Visitantes.