Ruta anfibia Cantarriján-Cerro Gordo

¡Atención! esta ruta solo es posible hacerla cuando el mar está en condiciones idóneas, por personas con buena "acuaticidad" y con el equipo adecuado. Por eso, califico la ruta de "difícil".

El punto de partida es el aparcamiento de la playa del Cañuelo, en la provincia de Málaga. En verano, de aquí parten los autobuses lanzadera para acceder a dicha playa. Justo pasada la parada del autobús, parte en bajada una estrecha senda. Se toma la misma que nos conducirá hasta el barrando de Cantarriján, límite con la provincia de Granada. Se sigue el barranco hasta la playa homónima, que es una playa nudista de gran belleza. Se recorre la playa hasta su extremo este. Ahí, sale un sendero que, en pronunciada subida asciende todo el acantilado hasta el trazado de la antigua carretera. El sendero está bien marcado e, incluso, reforzado en algunos tramos con peldaños, pero unas casas privadas impiden la parte final de conexión con la carretera. Este último tramo es necesario hacerlo campo a través, si bien no presenta dificultad alguna siempre que se lleve calzado de montaña.
En la carretera, hay un mirador con unas vistas espectaculares de toda la zona de costa y, también, de la torre vigía de Cerro Gordo, que es del s. XVI. Todo el entorno pertenece al Paraje Natural de los acantilados de Maro-Cerro Gordo. Nos dirigimos a Cerro Gordo. Aquí tenemos la opción de visitar la torre vigía por un sendero señalizado. Si no lo hemos hecho nunca, bien merece la pena. En mi caso, opté esta vez por tomar un sendero que recorre en bajada todo el pinar este de Cerro Gordo y que conduce hasta el pie de los acantilados. Una vez aquí, me equipé con traje de neopreno, gafas, tubo y aletas, metí mis pertenencias en un bote estanco e inicié la parte acuática del itinerario, recorriendo por el mar todo el acantilado de Cerro Gordo hasta volver a la playa de Cantarriján. Como indiqué al principio del relato, debo advertir que esto solo es posible hacerlo con buena mar y si se está acostumbrado a nadar o bucear largas distancias. El track no recoge con exactitud el recorrido realizado porque el GPS dio lecturas erróneas. A mitad de recorrido, se encuentra la espectacular cueva de las Palomas, que sorprende por su grandiosidad. Merece la pena acercarse y detenerse aquí para contemplarla. Un poco antes de llegar a Cantarriján, hay una pequeñísima calita de guijarros donde hacer una parada.
Una vez en Cantarriján, volví al punto de partida por el mismo camino de ida.