Torre de Pamparroso por la canal de Moeño y descenso por la de Arzón

Impresionante actividad, que tiene un poco de todo para conocer Picos: desniveles brutales en poca distancia; canales interminables; otras muy poco transitadas, donde uno tiene la sensación de estar fuera de la civilización; sedos bonitos para salvar cortados infranqueables; senderos que parecen que no tienen salida; montañas abruptas; etc...

Eso es Picos y cuando uno sale de Caín con la intención de subir una montaña de más de 2.000 metros, todo ello está garantizado en mayor o menor medida.

Me hizo gracia la reacción que tuvieron nuestros hijos cuando les dije que la ruta comenzaba en Caín : "¡¡No!! Desde Caín para alcanzar cualquier montaña hay que subir 2.000 metros de desnivel..." ¡Y así fue!

Se trata de un recorrido duro, a pesar de no ser largo. Es duro porque salen más de 2.000 metros de desnivel, porque hay tramos técnicos donde no siempre es fácil ni rápido avanzar; porque la canal de Arzón es totalmente salvaje y carente de senderos...
A cambio, la recompensa que ofrece la ruta es mucho mayor...
Por supuesto, no es para cualquiera: es imprescindible estar en forma y tener experiencia en este tipo de terrenos en Picos (Ojo: ¡Picos no es comparable con nada!).

Como decía, salimos de Caín (realmente unos 600 metros más arriba; antes de llegar al pueblo). Aparcamos en una plazoleta al borde de la carretera, donde hay suficiente espacio para varios coches y fuimos en busca de la canal de Moeño.
No se trata de una canal técnicamente difícil y además está bien señalizada con hitos. Quizás, el punto donde es más fácil despistarse es en las Majadas de Moeño (1.300 metros de altitud, aprox), donde hay que girar a la derecha y cruzar la riega; nosotros tendimos a ir hacia la izquierda hasta que vimos en el track que no era por allí.

Al llegar a la parte alta de la canal hay que desviarse hacia la izquierda; nosotros cogimos demasiada altura y luego tuvimos que descender por una pedrera incómoda en busca del "Camino de las Ovejas".
Este camino o sendero, conecta las canales de Moeño y la de Dobresengos. Sin tener mucha dificultad, sí es verdad que ya el recorrido deja de ser tan evidente y además hay que afrontar algunas trepadas y destrepes para ir salvando pequeños resaltes. Más que para las ovejas parece un camino para las cabras... Es un terreno precioso y se hace bien teniendo algo de cuidado y costumbre de andar por estos sitios.
Al alcanzar una especie de collado, donde al otro lado tenemos la canal de Dobresengos, hay que girar a la derecha y afrontar definitivamente la subida a la Torre de Pamparroso. Este es otro tramo que tampoco es difícil, pero hay que ir acertando los mejores pasos; es cierto que puede haber más de una posibilidad para ir avanzando, pero no todas son igual de sencillas. Nosotros acertamos mejor en la bajada que en la subida.

Pasamos un buen rato en la cima, aunque no es muy amplia. ¡Las vistas son impresionantes! y hacía un tiempo como para quedarse allí todo el día.

Tras descender al collado, giramos a la derecha para alcanzar la canal de Dobresengos (tramo bastante vertical).
Podíamos haber continuado por la misma canal hasta Caín, pero ésta la conocíamos y la de Arzón no, por lo que fuimos a buscarla; se encuentra entre Moeño y Dobresengos y para alcanzarla desde donde estábamos nosotros hay que remontar unos metros hasta la Bermella; realmente, bajamos muy poco tiempo por Dobresengos (apenas unos 300 metros de recorrido), ya que girando a la izquierda fuimos a buscar este acceso hacia Arzón. La subida a la Bermella comienza con una pendiente suave, pero al final hay que superar un tramo muy vertical; se sube bien, pero para bajar puede ser más delicado (vimos varios anclajes, por lo que se puede asegurar).

En la Bermella, que es donde se acabaría la canal de Arzón, hay que ir hacia el oeste, que es la única cara con pendiente suave, para entrar en la canal.
A partir de aquí no encontramos senderos claros (solo algún paso poco marcado de cabras) y hay tramos con la hierba alta. No es que sea difícil, pero se nos hizo incómodo.
En la última parte del descenso, ya con Caín a la vista, la pendiente se acentúa.

Los últimos metros de la ruta son por carretera, ya que salimos más abajo que el punto de partida.

Como decía antes, es una ruta espectacular y sorprendente, pero no apta para cualquiera.