Tiñosa y Cresta del Dragón (desde Pto. de la Quesera)

Hoy toca trepar y destrepar por la maravillosa Cresta del Dragón, previa visita a La Tiñosa y el Granero. El objetivo es acometer el mayor número de trepadas y destrepadas posible y mantenerse en lo más alto de la Cresta en todo momento. La calificación de DIFÍCIL para esta actividad se basa en la complejidad de algunas de las trepadas llevadas a cabo. El grado de dificultad puede elegirse en cada momento, salvando la vía por pasos más fáciles e incluso transitando por la senda que discurre más baja, por la derecha, que evita el terreno más complicado. A la dificultad técnica se añaden la dureza del terreno y el esfuerzo físico constante de subir y bajar, usando constantemente las manos para los agarres. Muy a tener en cuenta la consistencia de la pizarra en los agarres, que puede jugarnos muy malas pasadas si se rompe.

Comenzamos en la zona de aparcamiento del Puerto de la Quesera, desde donde tomamos rumbo directo a la senda que, en constante subida, nos lleva hasta el Collado de los Lobos. Desde allí ya tenemos unas espectaculares vistas hacia el Hayedo de Tejera Negra, el Alto del Parrejón, el cordal de La Buitrera o la antesala de la Peña de la Silla, hacia cuya entrada continuamos subida.
Entrados ya en la "U" característica comenzamos las primeras trepadas de la zona, que concluyen el el corredorcito que asciende hasta la Peña de la Silla. Alcanzada su cumbre, disfrutamos ya de las vistas hacia el cordal de La Tiñosa y hacia la cercana Cresta del Dragón. Nos dirigimos primero a la Tiñosa, eludiendo nuevamente el "sendero de roca" y trepando por la pared vertical. Una vez alcanzada la cima del cresterío, llegamos al geodésico y posteriormente al gran hito que marca la cima del Granero.
Toca el descenso, buscando otra vez las destrepadas más divertidas y, alcanzada la pradera de abajo, nos encaminamos hacia la Cresta del Dragón.
Allí es muy recomendable el uso del casco, imprescindible el de guantes recios, tipo ferrata, para no cortarnos las manos, si nuestra intención es trepar.
Comienza aquí un verdadero "parque de atracciones" en el que cada cual puede elegir el nivel de riesgo que asume, que en ocasiones puede llegar a ser muy alto. El continuo sube y baja es agotador en ocasiones y la concentración no debe perderse en ningún momento por el constante riesgo de caídas serias.
Vamos pasando los diversos picos y llegamos al Corralón, el último de la Cresta. desde allí nos espera una fuerte bajada a enlazar con un empinado corredor en el que haremos casi un 180 grados para tomar otro ascendente, que nos deposita en una fajeta herbácea desde la que ya tomamos la difusa senda que en ocasiones tendremos que abandonar por estar invadida por los pinos. Nuestro camino discurrirá ahora más abajo de la Cresta, dejándola a nuestra derecha en todo momento, hasta que, aproximadamente a la altura de Las Cárcavas, divisaremos una pista lejana. Hacia ella habremos de bajar, por terreno de aventura formado en su mayoría por un canchal de pizarra. Alcanzada esta, sólo habremos de seguirla en todo momento, lo cual a veces no es tarea fácil por encontrarse en regeneración y estar ya muy desaparecida. Por el camino encontraremos espectaculares miradores al valle y una preciosa cascadita que forma el arroyo que viene de más abajo del cordal de La Tiñosa. Nos restará, hasta alcanzar la carretera que lleva hasta el Puerto de la Quesera, pasar por delante de unos panales de abejas. ATENCIÖN !! mucho cuidado porque la zona está invadida y doy fe de que alguna viene a picarte.
El tramo final, por el asfalto muy poco transitado por coches, se complata en unos 15 minutos.
Para terminar el día: la merienda en la pastelería de la plaza del pueblo de Riaza y la vuelta a casa.