El Taillón y los Gabietos desde Col de Tentes

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Taillón y Gabietos desde Col de Tentes.

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Voy a estar unos días por la zona de Gavarnie en viaje familiar, y hoy aprovecho para escapar y darme un garbeo por los tresmiles más cercanos.

Los franceses son muy listos a la hora de no esforzarse si no es necesario, y han abierto una carretera hasta las alturas para no tener que subir demasiado cuando les apetece visitar los tresmiles de la zona del Monte Perdido. Han montado un enorme aparcamiento en el Col de Tentes, con lo que se ahorran un buen desnivel. Subir desde Bujaruelo, por el lado español, supone unos mil metros más de cuestas.

Yo no estoy nada de acuerdo con estos subterfugios, que me parecen trampas propias de vagos y maleantes, pero... ya que estoy a este lado de la frontera... bueno... eh... me veo obligado a empezar también desde tan arriba... Pero de muy mal humor y protestando.

Procuro madrugar y llegar pronto, pero encuentro hueco por los pelos. El aparcamiento es grande, pero está llenísimo de coches. De hecho, lo tengo que dejar en el arcén. Veo que hay muchos que están igual, y espero que esté permitido. No sé si vigilan eso, pero al volver no tengo ni multas ni nada.

Últimamente tengo poca suerte con el tiempo en Pirineos. Siempre pillo nubes. Hoy parece que me va a ocurrir lo mismo. Qué lata. De momento el día está despejado, pero por el sur se ven llegar hordas de nubes que seguro que lo cubren todo.

Empiezo a andar hacia el Puerto de Bujaruelo por la pista horizontal que sale del Col de Tentes, bajo la mirada del Taillón y el Gabieto Oriental. El Occidental no me atrevo a distinguirlo, porque está más atrás. No tardo nada en llegar al puerto, por donde suben esforzados montañeros que supongo que habrán venido desde el refugio, ya sudando la gota gorda. No puedo por menos que envidiarles por la dura subida que han disfrutado.

Me aguanto la risa como puedo y giro a la izquierda. Aquí el camino ya empieza a subir por igual para todo el mundo. Es cómodo y no tiene pérdida en ningún momento.

Enfrente de mí, siguiendo el valle que voy dejando por debajo, se ve la hondonada que acaba en el Circo de Gavarnie, al que iré mañana. Veo un senderito que debe de bajar hasta ahí.

Yo sigo subiendo. A media altura me cruzo con el único problema que puede presentar la ruta de hoy: la cascada del Taillón. En el mapa del IGN se llama Ruisseau du Taillón. Según cuánta agua traiga, puede ser algo más complicado cruzar el arroyo. Las rocas resbalan y hay que pasarlo con cuidado. Hoy no presenta problemas; lo atravieso y sigo adelante.

Voy entrando en un pequeño circo hasta alcanzar el Col de Sarradets. A la izquierda hay una cordada subiendo el Pic de Sarradets. Siempre que veo escaladores me dan mucha envidia.

Pasado el collado aparece el Refugio de Sarradets. Es la primera vez que lo veo, así que no sé si ha cambiado mucho tras las larguísimas reformas que tuvieron que hacerle después del alud que le cayó. Hay alguna fachada que parece todavía inacabada, pero ya está operativo. Hay un montón de gente alrededor, y mucha más subiendo por la Brecha de Rolando.

No me detengo en el refugio. Viendo la cantidad de gente que está avanzando por la pedrera, prefiero seguir adelante sin perder más tiempo.

Es una pedrera extraña. Me da la sensación de que es artificial. Parece que la han construido con excavadoras, pero no creo que eso tenga mucho sentido. Sea como sea, me da el pálpito de que superarla va a resultar horrible, pero luego no es tan malo. A ver, es larga y cuesta su trabajo, pero no es tan resbaladiza como me temía.

Una vez superada la pedrera, todavía hay que subir un rato más para alcanzar la brecha.

Es una pasada. Ya desde abajo impresiona el enorme tajo abierto en la pared de la montaña. Y cuanto más me acerco, más aumenta la sensación de grandeza. Me parece un sitio bestial.

Los alrededores son como un mercadillo el día de las fiestas del pueblo. Llegar es bastante asequible, y hay mucha gente que viene hasta aquí solo por alcanzar la brecha.

Me asomo al otro lado, y compruebo que las nubes, que veía llegar desde el norte de las montañas y que pensaba que me iban a amargar el día, efectivamente me lo van a amargar. Cada vez hay más, y están muy bien agarradas a las alturas. Por lo menos no tiene pinta de que vaya a llover, pero me apetecía ver algo desde las cimas, por una vez.

A la izquierda de la brecha veo el Casco. No estoy seguro de haberlo visto antes. Lo recordaría. A partir de ahora, es mi nueva montaña favorita. Es espectacular. Desde este lado, la forma de la montaña es fabulosa. En principio había pensado que tal vez me daría tiempo a subirlo, pero luego lo descartaré. Me lo dejo pendiente.

Desde la brecha giro a mano derecha siguiendo una senda que bordea la Pointe Bazillac. El camino sube y sube suavemente hasta alcanzar la cima del Taillón. No la veo, porque está cubierta de nubes. Según voy subiendo, me meto en ellas y dejo de ver a mi alrededor. Un rollo.

De camino, paso al lado del Dedo de la Falsa Brecha, un enorme saliente muy llamativo. Hay que escalarlo para poderlo coronar.

La subida al Taillón es muy sencilla. Por eso está bastante concurrida. Hay mucha gente subiendo y bajando, a pesar de la niebla y de que hace bastante frío. El viento sopla de lo lindo. Pero no pérdida, no hay más que seguir el sendero, y me voy cruzando con un montón de montañeros.

Todos deshacen el camino desde la cima. Yo voy a seguir por el cordal hacia los Gabietos. Hasta aquí había gente por todas partes, pero a partir de la cumbre solo me cruzo con una persona hasta volver a la brecha.

La niebla es un problema, porque no veo nada y no sé bien por dónde seguir. Tengo que bajar por una fajeta hasta el Cuello del Gabieto, para luego continuar por la cresta, pero no veo más allá de unos veinte metros, y casi me la paso. Desciendo un poco más de lo que debería. Afortunadamente acabo encontrando el paso y no me pierdo del todo.

Hasta el Gabieto Oriental no hay dificultad. Tampoco hay mucha más siguiendo hasta el Gabieto Occidental, pero la cresta es algo más afilada. Yo la sigo por el lado izquierdo.

Me fastidia mucho la niebla. No he visto nada ni desde la cumbre del Taillón ni desde la de los Gabietos. Lo máximo que he podido entrever es un Gabieto desde el otro, y a medias. Esperaba que levantaran las nubes, pero no les ha apetecido y ahí siguen.

Vuelvo hacia el Gabieto Oriental, y antes de llegar a él salgo de la cresta y desciendo por las piedras en dirección al Collado Blanco. Hay un sendero que va y viene, o lo pierdo de vez en cuando. Se avanza con facilidad, siempre procurando no perder demasiada altura. El collado aparece al frente e intento mantenerme en su cota.

El Pico Blanco, al lado del collado, también es muy chulo. Supongo que el nombre le viene del color de sus rocas, que son blancuzcas. Hay una partición perfectamente visible entre las rocas marrones y las blancas en toda esta zona. Es como si se les hubiera acabado el material de un color al construir todo esto, y hubieran tenido que seguir con rocas de otro color. Un geólogo tendrá alguna explicación. Yo no...

Ya en el collado echo la vista atrás, hacia el cordal de los Gabietos, y como no podía ser de otra forma, descubro que las nubes ya se han ido y que desde la cima hay una visibilidad perfecta. Veo a un tipo en la cima del Oriental, viendo lo que yo no he podido ver. Le odio. Maldigo mi perra suerte y me resigno. Está claro que madrugo demasiado.

En fin, por lo menos las vistas aquí abajo son salvajes. A mi izquierda, un poco más arriba, está el camino que seguí por la mañana. Espectacular el Dedo, el paredón de la Pointe Bazillac, y la Brecha de Rolando, que se ve a lo lejos. Y el Casco más aún. Desde tanta distancia es todavía más impresionante. Tiene una forma redondeada alucinante. Tengo que subirlo, pero será en otra ocasión. Hoy no doy para más.

Llego debajo de la Brecha, y tras una última subida cansada, paro un rato a comer. Ya no hay nubes. Grrrrrrrrrr... Qué rabia me da. En fin, así es mi vida. Aceptémoslo con resignación.

El descenso no tiene mucha historia. Es rápido y cómodo. Bajando hacia el Puerto de Bujaruelo veo un lago al otro lado, cerca del Col de Tentes, y cuando llego allí me acerco a echarle un vistazo. Hay un sendero marcado desde el aparcamiento que permite llegar enseguida. Bueno, no está mal y no cuesta demasiado esfuerzo.

La ruta es algo larga, pero sencilla. Hasta el Taillón va por sendero. Entre los Gabietos tal vez haya que agarrase un poco en algún paso, pero nada más. Y seguro que hay unas vistas magníficas durante toda la cresta. Supongo.

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