Subida Moncayo (2314 m.) por el corredor Oeste del Morca: descenso por la directa y la senda de los Lobos, desde Haya Seca
near San Martín de Moncayo, Aragón (España)
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Itinerary description
Hoy vamos a subir al Moncayo, por una de las vías poco comunes, el corredor Oeste del Circo del Morca (PD 200 metros - 45º), así que no madrugamos, porque se esperan temperaturas bastante bajas y cuando llegamos a la altura de la fuente de la Teja, un operario nos indica si llevamos ruedas de invierno y cadenas.
Como las llevamos, nos comenta que hay placas de hielo, pero podemos subir hasta Haya Seca, así que chino chano, llegamos al aparcamiento, donde habrá poco más, de media docena de vehículos.
Unos minutos más tarde, comenzamos a caminar por las pista, disfrutando de las vistas hacia el Pirineo y la sierra de la Nava Alta, pasando por el Santuario, que, aunque la barrera se encuentra bajada, a estas horas, ya esta abierto, pero, nosotros continuamos caminando, hasta alcanzar el cruce de senderos, donde tenemos la posibilidad de subir al Moncayo por el circo de San Miguel o continuar por el collado Bellido, que, observamos no tiene huella.
Como el plan inicial es subir por el Circo de Morca, de momento, seguimos hacia el collado Bellido, la nieve no es profunda y se avanza con comodidad, introduciéndonos rápidamente en el pinar, que se alterna con pequeños claros. A medida que avanzamos, el collado de Bellido, esta a la vista, pasamos cerca de la pared del Morca, pelada de nieve y con un corredor muy tumbado, que descartamos, para seguir caminando,hasta alcanzar el barranco de Morca, desde el que observamos el circo y los tres corredores que ascienden.
En este lugar, abandonamos el GR., para continuar por la margen izquierda del barranco, tomando de referencia los hitos que hay esparcidos a lo largo de su cauce, aunque, la traza a seguir es evidente (todo recto), así que sin muchas dificultades, alcanzamos la morrena del Circo de Morca, donde aprovechamos las piedras desnudas, para descansar, comer, echar un trago, colocarnos los crampones y sacar el piolet (mejor dos).
Unos minutos más tarde, comenzamos a remontar el circo, la nieve está algo húmeda, pero ganamos rápidamente desnivel, hasta situarnos en la base de los corredores, donde cogemos el de la derecha, ya que tiene una salida más tumbada (45ª frente a los 55º del central), introduciéndonos en el corredor Oeste, con una pendiente moderada, por el que avanzamos despacio pero seguro, ya que la nieve está bastante buena, pero al llegar más o menos a la mitad, la capa de nieve es casi imperceptible con una mezcla de hielo y roca, lo que toca extremar las precauciones, ya que los piolet y crampones, apenas clavan la punta.
Superada, esta primera dificultad, descansamos en un bloque empotrado, reponemos energías, para acto seguido, seguir con la faena, donde de nuevo la nieve empieza a escasear y la inclinación es importante, así que buscamos las zona con "más nieve" para subir, mientras poco a poco, la capa es más gruesa y dura, lo que nos permite salir del corredor (yo iba de tercero, que es más fácil).
Ya en la loma cimera, el viento nos recibe, hace un frio del carajo, así que, rápidamente, continuamos por el sendero que recorre el cordal, dejando para otra ocasión la cima del Morca (se pasa a escasos 100 metros de su cima), pasando por el collado de Morca, donde iniciamos una pequeña subida, en la que avanzamos chino a chano, deteniéndome unos minutos para ajustar los crampones.
Luego, a la marcheta, me uno al grupo, enlazamos con la vía normal de verano, llegamos al Cerro de San Juan, pasamos por el collado de las Piedras (es la subida desde la Cueva de Ágreda), donde observamos como el Chucharón no tiene huella, pero sí, el corredor de los Gendarmes, hasta alcanzar la subida final al Moncayo, que esta pelada de nieve, por lo que avanzamos buscando las manchas, llegando definitivamente a la cima del Moncayo, donde tan solo hay un grupo.
El tiempo en la cima, es muy desagradable, no me molesto ni en hacer fotografías del entorno, nos escondemos en un vivac, comemos un poco, bebemos y como son, las cuatro de la tarde, cambiamos el plan inicial, que era bajar por el collado de Castilla y la senda de los Lobos, para bajar por la directa, así que, recogemos todo y nos ponemos en marcha, bajando lo más directos posible por la pala principal, que se utiliza para descender esquiando, cuando las condiciones lo permiten, porque hoy, tiene una nieve irregular, donde afloran los tiburones y en otras zonas, te hundes hasta la rodilla.
Cuando hemos realizado la mitad del descenso, localizamos los restos de un avión, que puede servir de referencia, aunque lo más sencillo, es guiarse por las lindes del pinar, a las que llegamos, en el precioso momento en el que enlazamos con la senda de los Lobos (hay un gran hito).
Ahora, el trabajo ya esta hecho, la senda está muy pisada y enseguida, nos mete en el pinar, trazando varias lazadas en los metros finales, hasta desembocar en el aparcamiento de Haya Seca, finalizando la circular, con las últimas luces del sol.
Como las llevamos, nos comenta que hay placas de hielo, pero podemos subir hasta Haya Seca, así que chino chano, llegamos al aparcamiento, donde habrá poco más, de media docena de vehículos.
Unos minutos más tarde, comenzamos a caminar por las pista, disfrutando de las vistas hacia el Pirineo y la sierra de la Nava Alta, pasando por el Santuario, que, aunque la barrera se encuentra bajada, a estas horas, ya esta abierto, pero, nosotros continuamos caminando, hasta alcanzar el cruce de senderos, donde tenemos la posibilidad de subir al Moncayo por el circo de San Miguel o continuar por el collado Bellido, que, observamos no tiene huella.
Como el plan inicial es subir por el Circo de Morca, de momento, seguimos hacia el collado Bellido, la nieve no es profunda y se avanza con comodidad, introduciéndonos rápidamente en el pinar, que se alterna con pequeños claros. A medida que avanzamos, el collado de Bellido, esta a la vista, pasamos cerca de la pared del Morca, pelada de nieve y con un corredor muy tumbado, que descartamos, para seguir caminando,hasta alcanzar el barranco de Morca, desde el que observamos el circo y los tres corredores que ascienden.
En este lugar, abandonamos el GR., para continuar por la margen izquierda del barranco, tomando de referencia los hitos que hay esparcidos a lo largo de su cauce, aunque, la traza a seguir es evidente (todo recto), así que sin muchas dificultades, alcanzamos la morrena del Circo de Morca, donde aprovechamos las piedras desnudas, para descansar, comer, echar un trago, colocarnos los crampones y sacar el piolet (mejor dos).
Unos minutos más tarde, comenzamos a remontar el circo, la nieve está algo húmeda, pero ganamos rápidamente desnivel, hasta situarnos en la base de los corredores, donde cogemos el de la derecha, ya que tiene una salida más tumbada (45ª frente a los 55º del central), introduciéndonos en el corredor Oeste, con una pendiente moderada, por el que avanzamos despacio pero seguro, ya que la nieve está bastante buena, pero al llegar más o menos a la mitad, la capa de nieve es casi imperceptible con una mezcla de hielo y roca, lo que toca extremar las precauciones, ya que los piolet y crampones, apenas clavan la punta.
Superada, esta primera dificultad, descansamos en un bloque empotrado, reponemos energías, para acto seguido, seguir con la faena, donde de nuevo la nieve empieza a escasear y la inclinación es importante, así que buscamos las zona con "más nieve" para subir, mientras poco a poco, la capa es más gruesa y dura, lo que nos permite salir del corredor (yo iba de tercero, que es más fácil).
Ya en la loma cimera, el viento nos recibe, hace un frio del carajo, así que, rápidamente, continuamos por el sendero que recorre el cordal, dejando para otra ocasión la cima del Morca (se pasa a escasos 100 metros de su cima), pasando por el collado de Morca, donde iniciamos una pequeña subida, en la que avanzamos chino a chano, deteniéndome unos minutos para ajustar los crampones.
Luego, a la marcheta, me uno al grupo, enlazamos con la vía normal de verano, llegamos al Cerro de San Juan, pasamos por el collado de las Piedras (es la subida desde la Cueva de Ágreda), donde observamos como el Chucharón no tiene huella, pero sí, el corredor de los Gendarmes, hasta alcanzar la subida final al Moncayo, que esta pelada de nieve, por lo que avanzamos buscando las manchas, llegando definitivamente a la cima del Moncayo, donde tan solo hay un grupo.
El tiempo en la cima, es muy desagradable, no me molesto ni en hacer fotografías del entorno, nos escondemos en un vivac, comemos un poco, bebemos y como son, las cuatro de la tarde, cambiamos el plan inicial, que era bajar por el collado de Castilla y la senda de los Lobos, para bajar por la directa, así que, recogemos todo y nos ponemos en marcha, bajando lo más directos posible por la pala principal, que se utiliza para descender esquiando, cuando las condiciones lo permiten, porque hoy, tiene una nieve irregular, donde afloran los tiburones y en otras zonas, te hundes hasta la rodilla.
Cuando hemos realizado la mitad del descenso, localizamos los restos de un avión, que puede servir de referencia, aunque lo más sencillo, es guiarse por las lindes del pinar, a las que llegamos, en el precioso momento en el que enlazamos con la senda de los Lobos (hay un gran hito).
Ahora, el trabajo ya esta hecho, la senda está muy pisada y enseguida, nos mete en el pinar, trazando varias lazadas en los metros finales, hasta desembocar en el aparcamiento de Haya Seca, finalizando la circular, con las últimas luces del sol.
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