Pico del Lobo por la canal de las Mesas desde La Pinilla (invernal)

Si exceptuamos los remontes de esquí, la ruta se realiza en un entorno realmente bello, tanto en la parte alta de la canal como especialmente en las partes boscosas más bajas, ya que todos los árboles estaban preciosos vestidos de blanco.

La ruta no tiene gran dificultad, más allá del gran desnivel para lo corta que es. También es cierto que la nieve no está en las mejores condiciones, ya que aún no estaba transformada. En las zonas ya un poco elevadas a partir de 1700 mts, puntos de 20/30 cms de nieve blanda con algo de costra (sobre todo en la cresta), y con fondo helado.

Comenzamos desde la estación de esquí de La Pinilla. Desde el parking ya se ve la zona de la canal de las Mesas, objetivo número uno previo paso a alcanzar el Pico del Lobo.

Inicialmente, como se ve en el track, di algún rodeo, ya que fui a mirar por la entrada principal pero al no estar operativa la estación, está todo cerrado, por lo que tuve que desandar y subir por la carretera de la izquierda. Un rato andando por ella hasta que llegamos a una valla cerrada, que es la que da paso al bosque. Pero podemos rodearla por la izquierda, ya que ese flanco sí que está abierto, con lo que no habrá problemas para cruzarlo.

Desde aquí nos metemos un pequeño rato en el bosque, ya en todo momento en terreno nevado, para acabar saliendo a la recta donde están los remontes de los telesillas. Este es el camino habitual invernal para ascender por la norte al Pico Lobo, así que iremos subiendo todo el rato en línea recta.

A los 1800 mts alcanzamos la zona del Gran Plató. Aquí ya dejaremos atrás los remontes y afrontaremos el inicio de la pala, aún poco tendida y que se puede hacer todavía sin crampones. Nos aprovecharemos de las pocas huellas que hay para no tener que realizar tanto esfuerzo. Aun así, es pesado ya que como comentamos al principio, la nieve se hunde más de lo que nos gustaría.

Llegado el waypoint que hemos denominado "placas de hielo", observamos que ya se deja ver ahí la base helada que había antes de las últimas heladas, así que consideramos que es el momento idóneo para ponernos el kit invernal y así evitar sustos. Puede que hubiéramos podido avanzar algo más sin crampones ni piolet, pero era arriesgar inútilmente. También aprovechamos para tomar un respiro y comer algo.

Continuaremos hacia arriba, viendo que ya no nos queda tanto para hollar la canal. Lo cierto es que no es una canal al uso, ya que es bastante ancha y sin mucha pendiente (unos 40º). Observamos que a nuestra derecha hay tres montañeros subiendo por una canal aún más atractiva: el Tubo del Gusano, el cual es más encajonado y tiene pinta que con algo más de pendiente. Aunque era muy tentador tirar por ahí, preferimos seguir con el plan establecido y dejar esta para otra ocasión.

Una vez que con un último esfuerzo alcanzamos el collado final y salimos de la canal, las vistas son espléndidas. Estaremos rodeados del resto de la Sierra de Ayllón, destacando en el centro el Cerrón. Delante nuestro hay un camino, el cual tomaremos hacia la izquierda en ligero ascenso para pasar por debajo del Alto de las Mesas y ya al poco, poder ver el Pico del Lobo con el característico y desafortunado edificio derruido de su cima. Al poco rato llegaremos al lado del vértice de la cima, pero no nos podremos quedar mucho rato ya que el viento sopla una barbaridad, lo cual da como resultado una sensación térmica muy baja. Así que unas pocas fotos de la cima y p'abajo. Aun así, el viento fuerte nos acompañará ya durante gran parte del recorrido. Transitaremos hasta el collado de Las Peñuelas. Descenderemos por el mismo tomando el cordal que nos lleva hasta el collado del Aventadero, donde ya vamos viendo los primeros indicios de bosque, y también ya nutridos grupos de montañeros deseosos de alcanzar la cima por el camino habitual.

Será en el collado del Aventadero donde ya nos quitaremos el kit invernal, ya que el terreno, aunque sigue completamente nevado, ya no presenta zonas heladas (de hecho, se podría haber quitado ya incluso antes de Las Peñuelas, pero el fuerte viento y frío hacían que no fuera el momento más conveniente).

La bajada ya será un continuo disfrute. Al hecho de haber flojeado mucho el viento, se une la entrada en la zona del bosque, que como ya habíamos dicho, nos hará pensar que estamos en alguna región de Laponia. Espectacular. Y ya solo nos queda ir bajando, haciendo varias zetas, hasta alcanzar nuevamente el parking.