Pico del Fraile con arroyo, cueva y cornisa
near Tertanga, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta ruta nos lleva al inicio del Siglo XX, cuando en 1924 Sopeña escaló en solitario la que se consideraba la cumbre más inaccesible del lugar.
La subida es salvaje total, mientras que la bajada discurre por el lugar más accesible de toda la ladera.
Vamos a lo salvaje. Tiene varios atractivos: primero he subido por el Río Orduña entre sus rocas, aprovechando el estiaje del miniveranito que estamos disfrutando; al llegar a una cascada *con chombo* he tenido que desviarme del cauce por talud pino; luego he llegado a Koba Txiki, una de las cuevas de donde surge el río y la he explorado, entra unos 200 metros; la salida de la cueva es por una pared en la que hay que trepar, aunque es fácil; después he subido a unos tejos que están sobre una plataforma prominente; he salido de ahí por una cornisa que atraviesa horizontalmente la pared frente al Pico del Fraile, al borde del vacío; a continuación he escalado el Pico del Fraile y de seguido el de al lado, que al no encontrar su nombre lo he llamado Pico de la Monja, aplicando el criterio de cuota; por último he llegado al borde de la meseta y, siguiéndolo, hasta el Portillo de Fraideburu.
Desde aquí la vuelta se civiliza. Descendemos sin error hasta el inicio por sendas de ganado y pista al final, siempre por terreno limpio. Esta vuelta es interesante porque en esa zona se lía todo el mundo y hay un bosque impenetrable, lleno de espinos, donde es fácil acabar. Es muy probable despistarse porque hay numerosos senderos del ganado y hay que ir cambiando al sendero inferior en determinados momentos. Si se mira al GPS, comprobando la ruta, no presenta ningún problema.
Vamos con las dificultades de la primera parte, la ascensión.
Lo primero es advertir del desvío en el primer waypoint, Paso alambrada. Hay que pasar bajo la alambrada que en ese punto está preparada para eso.
Por supuesto, al ir por el arroyo, debe hacerse con el caudal bajo y cuando no llueva, porque la roca resbalará y, además, puede haber riesgo de avenida porque la cuenca hidrográfica en esa ubicación conecta con el sistema de Pozalagua. Con el caudal adecuado se puede hacer, pero hay trepadas de grado I o II, siempre sin peligro de caída, pues son alturas de menos de 3 metros.
Para la cueva, frontal.
A la salida de Koba Txiki hay que trepar grado I.
Luego subimos verticalmente una campa muy resbaladiza por ser una pendiente acusada.
A los tejos se accede sin problema, salvo que es una zona un poco aérea.
La salida de este lugar es espectacular. Se va por una cornisa al borde del vacío y el paso se va estrechando, tanto que hay que poner las manos para quitar el miedo a la altura. Al final, cuando ya no hay precipicio, hay que salir escalando Grado I. Este pasaje, aun siendo fácil, acongoja mucho. Mola. (Segunda foto del waypoint Cornisa, sacada desde la cumbre del Pico del Fraile).
De la escalada al Pico del Fraile pongo un croquis porque no he encontrado ninguno por internet. Yo creo que es grado III, aunque por ahí dicen que es IV- y como tal lo he dejado, siempre es mejor pensar lo peor. En fin, es muy fácil, pero hay que ser capaz de destrepar ese grado con absoluta seguridad y si no, con material, aprovechando que está equipada. (Primera foto del waypoint Vía de escalada).
El siguiente (el Pico de la Monja hasta que me entere de su nombre) es un poco más fácil, pero solo un poco y tiene más roca suelta, porque si al Pico del Fraile va poquísima gente, ahí sí que no va nadie.
Llegar al Portillo sin atravesar el cercado es incómodo pero sin más.
Y he visto un ofidio (sexta foto del waypoint Río de Orduña), que no sé si es cría de víbora porque no es regordeta, puede ser una culebra mimética (culebra viperina, parece ser) . Estaba donde me tocaba poner las manos para trepar en la parte seca del arroyo.
Por último señalar que se puede desistir en cualquier momento de cualquiera de los tramos sin complicaciones. El río tiene varias salidas con caminos a la vista. No es necesario trepar la pared a la salida de la cueva, podemos descender 25 metros y tomar un camino alternativo. La pendiente a los tejos la podemos sortear yendo a la derecha. Se puede renunciar a los tejos y la cornisa en cualquier momento, volver por el mismo camino e ir por la base de la peña, por donde está la otra cueva, más conocida. Y, por descontado, la escalada a los Picos no es necesaria para proseguir hasta la meseta.
La pongo muy difícil por las trepadas a los Picos sin material. El arroyo y la cueva son ideales para niños: trepadas sencillas sin riesgo, una poza para zambullirse y la posibilidad de explorar los otros cauces en busca de Koba Haundi. La cornisa no, por el peligro potencial, no por la dificultad.
Y para quien quiera conocer el Pico del Fraile andando, puede aprovechar el track yendo por el camino de descenso.
La subida es salvaje total, mientras que la bajada discurre por el lugar más accesible de toda la ladera.
Vamos a lo salvaje. Tiene varios atractivos: primero he subido por el Río Orduña entre sus rocas, aprovechando el estiaje del miniveranito que estamos disfrutando; al llegar a una cascada *con chombo* he tenido que desviarme del cauce por talud pino; luego he llegado a Koba Txiki, una de las cuevas de donde surge el río y la he explorado, entra unos 200 metros; la salida de la cueva es por una pared en la que hay que trepar, aunque es fácil; después he subido a unos tejos que están sobre una plataforma prominente; he salido de ahí por una cornisa que atraviesa horizontalmente la pared frente al Pico del Fraile, al borde del vacío; a continuación he escalado el Pico del Fraile y de seguido el de al lado, que al no encontrar su nombre lo he llamado Pico de la Monja, aplicando el criterio de cuota; por último he llegado al borde de la meseta y, siguiéndolo, hasta el Portillo de Fraideburu.
Desde aquí la vuelta se civiliza. Descendemos sin error hasta el inicio por sendas de ganado y pista al final, siempre por terreno limpio. Esta vuelta es interesante porque en esa zona se lía todo el mundo y hay un bosque impenetrable, lleno de espinos, donde es fácil acabar. Es muy probable despistarse porque hay numerosos senderos del ganado y hay que ir cambiando al sendero inferior en determinados momentos. Si se mira al GPS, comprobando la ruta, no presenta ningún problema.
Vamos con las dificultades de la primera parte, la ascensión.
Lo primero es advertir del desvío en el primer waypoint, Paso alambrada. Hay que pasar bajo la alambrada que en ese punto está preparada para eso.
Por supuesto, al ir por el arroyo, debe hacerse con el caudal bajo y cuando no llueva, porque la roca resbalará y, además, puede haber riesgo de avenida porque la cuenca hidrográfica en esa ubicación conecta con el sistema de Pozalagua. Con el caudal adecuado se puede hacer, pero hay trepadas de grado I o II, siempre sin peligro de caída, pues son alturas de menos de 3 metros.
Para la cueva, frontal.
A la salida de Koba Txiki hay que trepar grado I.
Luego subimos verticalmente una campa muy resbaladiza por ser una pendiente acusada.
A los tejos se accede sin problema, salvo que es una zona un poco aérea.
La salida de este lugar es espectacular. Se va por una cornisa al borde del vacío y el paso se va estrechando, tanto que hay que poner las manos para quitar el miedo a la altura. Al final, cuando ya no hay precipicio, hay que salir escalando Grado I. Este pasaje, aun siendo fácil, acongoja mucho. Mola. (Segunda foto del waypoint Cornisa, sacada desde la cumbre del Pico del Fraile).
De la escalada al Pico del Fraile pongo un croquis porque no he encontrado ninguno por internet. Yo creo que es grado III, aunque por ahí dicen que es IV- y como tal lo he dejado, siempre es mejor pensar lo peor. En fin, es muy fácil, pero hay que ser capaz de destrepar ese grado con absoluta seguridad y si no, con material, aprovechando que está equipada. (Primera foto del waypoint Vía de escalada).
El siguiente (el Pico de la Monja hasta que me entere de su nombre) es un poco más fácil, pero solo un poco y tiene más roca suelta, porque si al Pico del Fraile va poquísima gente, ahí sí que no va nadie.
Llegar al Portillo sin atravesar el cercado es incómodo pero sin más.
Y he visto un ofidio (sexta foto del waypoint Río de Orduña), que no sé si es cría de víbora porque no es regordeta, puede ser una culebra mimética (culebra viperina, parece ser) . Estaba donde me tocaba poner las manos para trepar en la parte seca del arroyo.
Por último señalar que se puede desistir en cualquier momento de cualquiera de los tramos sin complicaciones. El río tiene varias salidas con caminos a la vista. No es necesario trepar la pared a la salida de la cueva, podemos descender 25 metros y tomar un camino alternativo. La pendiente a los tejos la podemos sortear yendo a la derecha. Se puede renunciar a los tejos y la cornisa en cualquier momento, volver por el mismo camino e ir por la base de la peña, por donde está la otra cueva, más conocida. Y, por descontado, la escalada a los Picos no es necesaria para proseguir hasta la meseta.
La pongo muy difícil por las trepadas a los Picos sin material. El arroyo y la cueva son ideales para niños: trepadas sencillas sin riesgo, una poza para zambullirse y la posibilidad de explorar los otros cauces en busca de Koba Haundi. La cornisa no, por el peligro potencial, no por la dificultad.
Y para quien quiera conocer el Pico del Fraile andando, puede aprovechar el track yendo por el camino de descenso.
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