Peña Sabocos (2.757m), Peña Blanca (2.555m) y Peña Roya (2.578m), semicircular desde el puerto de Gavin

Rudo y un tanto salvaje itinerario que asciende por el Sur a estas tres estupendas cimas recorriendo el cresterío que las une. La cresta es sencilla con algún paso un poquito aéreo pero en buenas condiciones y con precaución no tiene mayor dificultad. La bajada directa hacia el cordal sur, requiere un destrepe en el que también hay que tener atención o puede no gustar a quien no esté acostumbrado a los terrenos de aventura. Ruta muy recomendable para explorar aunque no apta quizá para todos los públicos.

Desde la ermita de San Bartolomé tomamos una pista en bastante buen estado (previa solicitud de permiso y llave) que nos conduce hacia el Norte en unos 50 minutos hasta una cabaña pastoril situada a casi 1600 m. Dejamos el coche y comenzamos la ascensión, fuera de sendero, en dirección Norte para ir girando hacia el Sur atravesando un barranco. Llegamos a una loma que remontamos con trazas de sendero en dirección Noroeste. Hacia los 1900m cruzamos un nuevo barranco para retomar las últimas palas herbosas, sin sendero, que nos conducen al cordal superior (hito), desde el que divisamos ya la Faja Señora y Peña Blanca. Vamos por una zona cárstica y herbosa (en el que pacen las ovejas en verano) primero sin ganar mucha altura y ascendiendo finalmente hasta la cresta muy cerca de Peña Roya, la primera de las cimas. Las vistas hacia Panticosa y el resto del Pirineo, en un día claro como el nuestro, son magníficas. En un cómodo y apilo sube y baja llegamos en pocos minutos a Peña Blanca. Retomamos nuestros pasos para, ahora sí, continuar por toda la cresta que nos conduce a la Peña Sabocos.Las cresta es fácil y entretenida. Hay tramos de cortas trepaditas y tramos algo aéreos pero sin dificultad, eso sí, prestando atención y andando con cuidado. Tras disfrutar de las vistas retrocedemos y descendemos nuevamente la parte final de la cresta que abandonamos decididamente al poco tiempo para bajar en dirección Sur y buscar un corredor encajonado y con piedra suelta (cuidado) que termina en un destrepe corto de unos 3 metros que nos conduce a un circo cerrado en terreno de cancha y piedra suelta. Esta es la parte más "salvaje" del recorrido. Tras recorrer la canchalera buscamos el cordal que descendemos por pendiente pronunciada hasta encontrar el punto al que habíamos llegado en la subida.