La Mira casi a ciegas

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Reseña de la ruta en Adventoorer: La Mira casi a ciegas.

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Aunque el invierno está resultando bastante caluroso, han llegado algunas borrascas que han traído fresquete y nieve, que buena falta hace. Justo cuando me vengo para Gredos a dar una vuelta por la Mira.

Abajo, en la carretera que llega a la Plataforma, donde comenzamos a andar, todavía hay visibilidad. Pero ya veo lo que espera por arriba. Hay mucha nube y se mueven muy deprisa, así que también tiene que soplar el viento de lo lindo. Según vamos subiendo hacia el Puerto del Peón, las previsiones se confirman. Vamos entrando en la nube y me olvido de ver el paisaje.

Me cierro todas las cremalleras para evitar que se me cuele el airecillo, pero hoy se me ha olvidado la braga, y me va a entrar frío por el pescuezo. No me gusta nada eso. Por lo menos sí me he traído las gafas de ventisca, que van a resultar imprescindibles.

Después de una larga subida y algunas zetas por la nieve, acabamos llegando al Puerto del Peón. La Cuerda de Galayos se ve un poco todavía, pero las nubes la tapan enseguida y se acabó. Desde este punto, todo va a ser blanco.

El camino que queda hasta la Mira es el habitual en estos casos. Frío, nieve, viento y poco más. Anda que te anda, acabamos llegando a la torrecilla que hay en la cima.

La bajada ya es otro cantar. El viento arrecia. Empieza a soplar fuerte de verdad. La poca visibilidad que había desaparece. Si antes era posible ver a la gente más o menos con facilidad, ahora los pierdes de vista a quince metros. Orientarse es imposible y hay que tirar de gps para encontrar el camino de vuelta.

A pesar de las gafas de ventisca, tengo la cara dolorida del golpeteo constante de la nieve. Encima, se me empiezan a congelar y cada vez veo menos. El hielo las va cubriendo y el espacio por el que puede ver se va reduciendo poco a poco.

Estoy sufriendo bastante, pero también disfrutando un montón.

Poco a poco salimos de la nube y el vendaval da una tregua. De vuelta en el Puerto del Peón, ya por debajo de las nubes, la cosa mejora mucho, especialmente para mi dolorido cutis, que debe de estar bastante colorao.

Da gusto salir en días así. Es un dolor, pero para eso está el invierno.

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