Espigüete por el corredor norte y descenso por la arista oriental

El Espigüete es una montaña bellísima y con cierto historial siniestro, sobre todo por la accidentalidad cuando hay condiciones invernales.

Es junto al Curavacas una de las cumbres más deseadas de la montaña palentina.

Se trata de una mole caliza aislada, con pendientes suaves en el lado sur y grandes verticales de origen glaciar por el lado norte.

El corredor norte es muy ancho y de orientación noble porque nos dirige el murallón calizo que queda a nuestra izquierda. Es progresivo, con pendientes moderadas (sobre 45 º) y únicamente se pone tiesito en los metros finales de salida. Después viene un corto tramo de cresta cimera suficientemente ancha. Hay que vigilar la formación de cornisas y no pisar al límite de ellas. Es un buen corredor para iniciación-intermedio por las características descritas, aunque el conjunto de la actividad tiene bastante desnivel, por lo que conviene ir lo suficientemente entrenado para evitar tembleque de piernas en pasajes tan alpinos.

La bajada por la arista tiene zonas con gran inclinación, hay que ayudarse de las manos en ocasiones y en invierno toca gestionar los tramos con nieve.

Al planificar la ruta, hemos visto que no hacía suficiente frío para garantizar nieve dura, así que hemos llevado raquetas y crampones. Como la nieve estaba lo suficientemente blanda hemos aguantado con las raquetas prácticamente hasta cumbre. Luego hemos cambiado a crampones para los tramos de arista donde había intervalos de nieve y roca, ya que los crampones son más versátiles. Los bastones los hemos utilizado en casi todo el trayecto porque aportan comodidad y te hundes menos, pero en los tramos más verticales y en flanqueos con patio nos hemos auxiliado con los piolets porque son la garantía para no irte ante una eventual caída. Todo es muy fácil, pero hay que tener experiencia para saber cuándo hacer los cambios.

Llegando al parking, en los últimos metros de la arista nos hemos salido hacia el lado sur para evitar un banco de nieve. Por donde hemos ido no hay una traza clara. Se encuentran muchas zonas pisadas, pero sin concentrarse en un camino definido. Es incómodo, pero sin peligro. En verano se puede continuar por la arista sin mayores inconvenientes.

Vídeo de Espigüete