El Niajo, guardián de los Beyos (ascenso por la Guaricia, y descenso por la Vallina)
near Ribota, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Vea aquí la descripción completa de la ruta y las fotografías.
En la orilla izquierda del Sella, frente a la Pica Loto, se alza la enorme mole del Niajo, el gran bastión donde comienza la Foz de Cobarcil, hoy más conocida como desfiladero de los Beyos.
Vea el vídeo a pantalla completa
El itinerario que vamos a emprender asciende al Niajo por el borde meridional de la canal Ballaína y la Guaricia, recorre toda la cresta cimera hasta coronar el Pozalón, y desciende por la canal de la Vallina.
En el barrio de abajo de Ribota (topónimo que, al parecer, significa "ribera alta"), cruzamos el puente sobre el Sella (525 m) y tiramos por la pista que sube dejando a la izquierda la central eléctrica y un hórreo de ocho pegollos.
En las bifurcaciones del camino, que zigzaguea plácidamente por la Solasiella, bosque donde medran algunos castaños de gran porte, seguimos siempre por el ramal de la derecha, aunque, a veces, el de la izquierda parezca más marcado.
Tras cruzar el río Igüeyo por el apenas perceptible puente Buseco (630 m, 0,7 km), una pronunciada curva (la Vuelta Ballaína) nos pone rumbo al suroeste (680 m, 0,9 km).
En el sostenido ascenso que viene a continuación, dejamos a la derecha un profundo pozo protegido con alambres; y a la izquierda, un par de invernales: el primero en ruinas, y el último algo mejor conservado.
Sin excesivo esfuerzo, alcanzamos el rellano del Medio (790 m, 1,5 km), donde el camino se estrecha y, convertido en senda, vira al noroeste en dirección a la canal Ballaína.
Enseguida (830 m, 1,6 km), sale a la izquierda una trocha poco evidente que se encamina a la Gustariega. Por ella volveremos, pero, de momento, seguimos por el camino más marcado, que pasa junto a la fuente Espinera (850 m, 1,8 km), dobla a poniente, dejando a la izquierda las ruinas de unas cuadras, y alcanza un hombro (890 m, 1,9 km) sobre la divisoria meridional de la canal Ballaína.
Desde el hombro, con objeto de aprovechar el terreno más favorable, el sendero se adentra en el monte la Boya, alejándose de la canal y acercándose a los resaltes de la Sierra la Teya. Pero este alejamiento es momentáneo, y muy pronto vuelve a asomarse a los abismos de la Ballaína. En este tramo, volado sobre las profundidades de la canal, todavía se conservan los vestigios de unas minúsculas y rudimentarias barandillas que los pastores colocaron para impedir que el ganado se despeñara.
Luego, el camino sale del bosque, cruza la canal muy arriba por una zona más pacífica y llega a la fuente Niajo (1.110 m, 2,7 km), antesala de la Guaricia Niajo (1.140 m, 2,8 km), amplia y herbosa plataforma inclinada de vistas increíbles de los Beyos, los Picos de Europa y el valle de Sajambre.
Desde luego, simplemente para disfrutar de este fantástico enclave, colgado sobre Ribota y Cobarcil, merece la pena el esfuerzo de subir hasta aquí.
El lugar es para pasarse horas contemplando el paisaje, pero nosotros debemos proseguir, así que remontamos la Guaricia en dirección a un par de arbolillos que medran cerca del final de la zona de pastos (1.230 m, 3,1 km).
Nos encontramos en la Cuesta Niajo, en la ladera oriental de esta montaña, de cuya cumbre nos separa un desnivel de medio kilómetro. El terreno que tenemos por delante es la típica mezcla de roca, hierba y monte bajo, muy pendiente y algo resbaladizo (atención al calzado).
Ascendemos por la ladera con rumbo a poniente, culebreando para evitar los pequeños resaltes que la jalonan. Cuando nos topamos con uno de mayor enjundia (1.340 m, 3,3 km), enfilamos al sur para rodearlo por la izquierda.
Llegamos así a la base de una destacada prominencia (1.440 m, 3,6 km), donde damos vista a la cima y pasamos a la vertiente sureste.
La amplia y somera canal en la que nos encontramos ahora presenta hacia su mitad y algo por encima de donde estamos una ligera protuberancia alargada. Nos dirigimos hacia ella (1.530 m, 3,9 km), y proseguimos ascendiendo por su lomo, algo más rocoso que el terreno que lo circunda.
Cuando la protuberancia se extingue 40 metros más arriba, en una faja donde crecen numerosos arbolillos, continuamos subiendo en su vertical.
El terreno se torna más rocoso y se empina cada vez más. Nos encontramos en el Afrontadorio, las duras pendientes que bajan de la cresta cimera.
La agreste pendiente nos exige algunas esporádicas y breves trepadas (II). Cuando el terreno lo permite tiramos a la izquierda para hacer pie en una canaleta que desemboca en la cumbre (1.739 m, 4,3 km).
Vea aquí la descripción completa del recorrido de la cresta entre el Niajo y el Pozalón, y el descenso por la canal de la Vallina. En este enlace encontrará también más fotografías, comentadas y con mayor resolución.
www.endefensadelasmontanas.com
Información sobre Picos de Europa y la montaña en general.
En la orilla izquierda del Sella, frente a la Pica Loto, se alza la enorme mole del Niajo, el gran bastión donde comienza la Foz de Cobarcil, hoy más conocida como desfiladero de los Beyos.
Vea el vídeo a pantalla completa
El itinerario que vamos a emprender asciende al Niajo por el borde meridional de la canal Ballaína y la Guaricia, recorre toda la cresta cimera hasta coronar el Pozalón, y desciende por la canal de la Vallina.
En el barrio de abajo de Ribota (topónimo que, al parecer, significa "ribera alta"), cruzamos el puente sobre el Sella (525 m) y tiramos por la pista que sube dejando a la izquierda la central eléctrica y un hórreo de ocho pegollos.
En las bifurcaciones del camino, que zigzaguea plácidamente por la Solasiella, bosque donde medran algunos castaños de gran porte, seguimos siempre por el ramal de la derecha, aunque, a veces, el de la izquierda parezca más marcado.
Tras cruzar el río Igüeyo por el apenas perceptible puente Buseco (630 m, 0,7 km), una pronunciada curva (la Vuelta Ballaína) nos pone rumbo al suroeste (680 m, 0,9 km).
En el sostenido ascenso que viene a continuación, dejamos a la derecha un profundo pozo protegido con alambres; y a la izquierda, un par de invernales: el primero en ruinas, y el último algo mejor conservado.
Sin excesivo esfuerzo, alcanzamos el rellano del Medio (790 m, 1,5 km), donde el camino se estrecha y, convertido en senda, vira al noroeste en dirección a la canal Ballaína.
Enseguida (830 m, 1,6 km), sale a la izquierda una trocha poco evidente que se encamina a la Gustariega. Por ella volveremos, pero, de momento, seguimos por el camino más marcado, que pasa junto a la fuente Espinera (850 m, 1,8 km), dobla a poniente, dejando a la izquierda las ruinas de unas cuadras, y alcanza un hombro (890 m, 1,9 km) sobre la divisoria meridional de la canal Ballaína.
Desde el hombro, con objeto de aprovechar el terreno más favorable, el sendero se adentra en el monte la Boya, alejándose de la canal y acercándose a los resaltes de la Sierra la Teya. Pero este alejamiento es momentáneo, y muy pronto vuelve a asomarse a los abismos de la Ballaína. En este tramo, volado sobre las profundidades de la canal, todavía se conservan los vestigios de unas minúsculas y rudimentarias barandillas que los pastores colocaron para impedir que el ganado se despeñara.
Luego, el camino sale del bosque, cruza la canal muy arriba por una zona más pacífica y llega a la fuente Niajo (1.110 m, 2,7 km), antesala de la Guaricia Niajo (1.140 m, 2,8 km), amplia y herbosa plataforma inclinada de vistas increíbles de los Beyos, los Picos de Europa y el valle de Sajambre.
Desde luego, simplemente para disfrutar de este fantástico enclave, colgado sobre Ribota y Cobarcil, merece la pena el esfuerzo de subir hasta aquí.
El lugar es para pasarse horas contemplando el paisaje, pero nosotros debemos proseguir, así que remontamos la Guaricia en dirección a un par de arbolillos que medran cerca del final de la zona de pastos (1.230 m, 3,1 km).
Nos encontramos en la Cuesta Niajo, en la ladera oriental de esta montaña, de cuya cumbre nos separa un desnivel de medio kilómetro. El terreno que tenemos por delante es la típica mezcla de roca, hierba y monte bajo, muy pendiente y algo resbaladizo (atención al calzado).
Ascendemos por la ladera con rumbo a poniente, culebreando para evitar los pequeños resaltes que la jalonan. Cuando nos topamos con uno de mayor enjundia (1.340 m, 3,3 km), enfilamos al sur para rodearlo por la izquierda.
Llegamos así a la base de una destacada prominencia (1.440 m, 3,6 km), donde damos vista a la cima y pasamos a la vertiente sureste.
La amplia y somera canal en la que nos encontramos ahora presenta hacia su mitad y algo por encima de donde estamos una ligera protuberancia alargada. Nos dirigimos hacia ella (1.530 m, 3,9 km), y proseguimos ascendiendo por su lomo, algo más rocoso que el terreno que lo circunda.
Cuando la protuberancia se extingue 40 metros más arriba, en una faja donde crecen numerosos arbolillos, continuamos subiendo en su vertical.
El terreno se torna más rocoso y se empina cada vez más. Nos encontramos en el Afrontadorio, las duras pendientes que bajan de la cresta cimera.
La agreste pendiente nos exige algunas esporádicas y breves trepadas (II). Cuando el terreno lo permite tiramos a la izquierda para hacer pie en una canaleta que desemboca en la cumbre (1.739 m, 4,3 km).
Vea aquí la descripción completa del recorrido de la cresta entre el Niajo y el Pozalón, y el descenso por la canal de la Vallina. En este enlace encontrará también más fotografías, comentadas y con mayor resolución.
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Comments (2)
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Buen aporte
Excelente trabajo el que estás realizando. Tus rutas (he realizado algunas), siempre son fiables, documentadas, tanto con datos, explicaciones y fotografías. Así da gusto. Gracias.