Curavacas por el Corredor Oblicuo y bajada por el Callejo

Magnífica ruta al coloso palentino en la que ascenderemos por el no tan habitual Corredor Oblicuo. La bajada la realizaremos por quizás la ruta más típica: el Callejo Grande.

Califico la ruta de moderada. De todas formas, justo en esta época igual podría subirse un poco el nivel, debido a la presencia de varios neveros que tendremos que sortear tanto en la subida como en la bajada, y que complicarán un poco el recorrido. Se pueden hacer bien sin necesidad de material invernal pero tampoco sobra para todo aquel que no se quiera arriesgar lo más mínimo.

La ruta, como la mayoría de ellas, tiene inicio en Vidrieros. Tanto la subida como la bajada comparten gran parte del recorrido, bordeando continuamente el arroyo de Cabriles hasta llegar a la zona del mismo nombre, y alcanzar la famosa pedrera que da acceso ya a varias opciones de ascenso.

En este caso, llegamos prácticamente a la base de la canal Sur (donde se ha instalado un altar en homenaje a dos hermanos fallecidos en esta montaña), y en este punto, iremos trazando una diagonal más o menos continuada hacia la izquierda, enlazando pequeñas pero muy entretenidas trepadas con algunos tramos más sencillos. Todo esto para llegar a la cresta, a la derecha del pico Medio.

Desde este punto, tendremos unas vistas espectaculares del Valle de Pineda, así como de las cimas más al norte de la famosa integral de la Montaña Palentina: Cuartas, Tres Provincias, Peña Prieta...y rematado todo con unas impresionantes vistas, tras un precioso mar de nubes, del Macizo de Ándara en Picos.

Tras descansar un ratito disfrutando de las mencionadas vistas, ya solo nos faltará completar el recorrido avanzando unos cuantos metros al este para hollar, ya sin excesivos problemas, la cima principal del Curavacas. Aquí ya aprovechamos para repostar "en condiciones", descansar, y a pesar de que se nos metió algo la niebla, disfrutar mucho de todo lo que nos rodeaba.

Finalmente, el descenso no lo hacemos en su primera parte por el sitio habitual para descender por el callejo, sino que destrepamos un poco antes para evitar el gran nevero que aun quedaba por ese "camino habitual". Aun así iremos sorteando por la derecha otro gran nevero que saldrá a nuestro paso, pero lo haremos sin mayor problema. Tras unos pocos metros, ya tomamos el camino habitual que nos lleva a la pedrera. Como siempre, todo lo que supone de tortura en la subida, lo es de disfrute en la bajada, ya que se puede realizar prácticamente saltando y corriendo sobre ella (eso sí, ¡con un poco de cuidado!).

La ruta fue organizada por el crack Tente Lagunilla, muy probablemente el mayor conocedor de todos los rincones de esta montaña en la actualidad.