Cresta de los quince gendarmes al Pico Alba

Fantástica actividad de alta montaña para los amantes de los cresteos. Sin duda, una de las crestas más estéticas y bonitas del Pirineo.
Salimos temprano (5:00am) del aparcamiento del Balneario de Benasque por el GR y a poco metros tomamos el desvío a la derecha al Pico y los Ibones de Alba. Empieza una subida exigente en terreno descompuesto, a tramos tierra y a tramos piedra. Superamos el barranco y llegamos a un plano dónde el verde da vida (Turonet de Alba y Cueva de Alba). De aquí hasta progresamos en una subiada suave hasta llegar al primer ibon y la entrada al Vall de Alba. Sin duda uno de los paisajes más bellos de la alta montaña pirenaica. Lo superamos por la izquierda y cambiamos el verde por el gris y el marrón de la roca. Subimos directos por el barranco hasta que a la altura de la característica brecha en la cresta, nos desviamos a la derecha y cruzamos toda la zona de bloques hasta el inicio de la cresta, justo en el inmenso gendarme antes de la Brecha.
La cresta empieza interesante y con pasos de intuición, siendo un terreno muy abierto y con variedad de opciones. Progresamos en ensamble, poniendo algún seguro flotante hasta la cima. Destrepamos rápidamente hasta la famosa Brecha. La subida al siguiente gendarme presenta un tramo de escalada comprometido dónde hay que saber leer el terreno y confiar en la roca. La cresta sigue subiendo y bajando, cada vez más aérea. Superamos un tramo corto muy afilado y estético. Enseguida llegamos al rápel obligado de quince metros justo que nos deja al lado del cuello, dónde se encuentra la subida más exigente de la cresta. Hay que flanquear la pared por la izquierda hasta ver un diedro perfecto, un poco escondido en la cara N y que sale de una pequeña repisa (hay un pitón en la entrada). El patio es interesante y la subida vertical, pero se pueden meter seguros flotantes en las fisuras y la roca es muy buena. Pasado el diedro montamos otra reunión para afrontar el ascenso final, una gozada en un tramo aéreo dónde se pueden enlazar rocas y poner friends.
La cresta continua bajando y subiendo, pero perdiendo exigencia técnica y con más trepada que escalada. Ya con el Pico de Alba a la vista, superamos una zona afilada hasta llegar a una cima dónde se puede rapelar (10 metros aproximadamente) o destrepar. Superada la bajada, el camino se convierte en una subida directa en tartera y mucha piedra suelta hasta el Pico de Alba (3107m).
El descenso es directo a los Ibones de Alba, mayoritariamente entre bloques de roca grandes y tartera más abajo. Antes del primer Ibon se junta con el camino de subida, ya hasta el parquing.