VALLES PASIEGOS. 2ª ETAPA. LA GÁNDARA-LIÉRGANES

Ruta de cuatro días siguiendo el recorrido que realizó Treches a quien desde aquí le doy todo mi agradecimiento.
Inicialmente teníamos pensada una quinta etapa circular para recorre la Merindad de Sotoscuevas, visitando la interesantisima zona karstica de Ojo Guareña y su comarca, pero nada más iniciar la ruta en Espinosa, tuve la mala suerte de romper la patilla del cambio con una rama y frustró la primera etapa; (moraleja: siempre hay que llevar patilla de repuesto). Tras conseguir, no sin dificultad una nueva patilla, al día siguiente comenzamos la ruta circular para conocer los verdes valles pasiegos de Cantabria.
La segunda etapa la comenzamos en La Gándara en dirección Valle de Asón.
Aunque el día sigue nublado, ya no llueve como el primer día, lo que facilita mucho la ruta. Tras una pequeña subida por carretera llegamos a un cruce que nos conduce hacia Asón, pasando por la cascada del nacimiento del río del mismo nombre y desde un mirador en el alto podemos divisar todo el valle por el que discurre la carretera con unas impresionantes paredes calizas. Circulamos junto al río hasta Arredondo, siempre descendiendo. En el pueblo comemos algo antes de afrontar la subida a Collao Espina, uno de los puertos más bonitos de toda la travesía.
Es un puerto largo, con varias rampas muy, muy duras, en las que tuvimos que poner pie a tierra. Compensa la subida al llegar al hayedo de Los Machucos, lugar coqueto que me recuerda los impresionantes hayedos asturianos. Tras varias revueltas llegamos al monumento a la Vaca Pasiega y tras otra pequeña subida llegamos al alto. El descenso es rápido y por fin luce el sol. Llegamos a San Roque de Riomiera para almorzar un buen cocido montañés con el que reponemos fuerzas. Sólo nos queda dejarnos llevar por la carretera hasta Liérganes, viendo varios puentes que aunque parecen romanos, no lo son. Antes de llegar a Liérganes pasamos por Rubalcaba y fotografío un esplendido escudo en una fachada de la plaza.
Llegamos a Liérganes y nos alojamos en la Posada Carpe Díem. Una matrícula de honor en cuanto a instalaciones y trato de sus dueños.