(Valencia). CIRCULAR uniendo MONTAÑA y MAR desde PORTACOELI a PORT SAPLAYA en el litoral de ALBORAYA.

Datos adicionales:

Realizada 28-08-2020.
Tiempo rodando 04h. 28m.
Velocidad media en movimiento 15 km/h.
66,4% de asfalto. Resto piso de tierra/cemento.



Además del vídeo insertado con secuencias de los tramos más significativos de la ruta tenéis otro más detallado, junto a las fotos y banderola correspondiente, que contiene imágenes del paso por el entorno de Port Saplaya como hito más importante del periplo.

Este es un proyecto que, a modo de circular, enlaza Portacoeli con el mar en el litoral de Alboraya entrando por términos de Náquera, Rafelbuñol y demás pueblos con salida a la costa. El regreso será remontando el curso del Carraixet, hasta Bétera, cerrando track en el parking superior del área de Portacoeli. Como tal es una ruta inusual. Me explico. Lo normal es que esos aparcamientos se llenen de vehículos que traen gentes dispuestas a disfrutar de la montaña, de la Calderona, muchas llegadas de localidades costeras por lo que plantear lo contrario resulta, como poco, extraño… paradójico, aunque este viaje entra más en la lógica del que se afinca, como un servidor, en los pueblos del entorno del Parque.

Decir también que al proponerse como circular permite abordarla desde otros sitios, poblaciones o incluso desde la misma Valencia y abre un abanico de rutas entre 50/80 kilómetros sin tener que coger coche. Igualmente señalar que, a pesar de inconvenientes a salvar en pueblos, tráfico rodado e importantes vías de comunicación (autovías y ffcc), se ha logrado para la ida, más complicada en ese aspecto, un itinerario tranquilo donde se alternan caminos rurales, de urbanizaciones, polígonos, etc… que permiten el cruce más idóneo de tales obstáculos. La vuelta es aún más sosegada. Y con todo ello más el poco desnivel y escasa complicación técnica pero, si larga en kilometraje y tiempo, me veo en el brete de catalogarla y, lo haga como moderada o fácil, no estoy satisfecho… quizás en un valor intermedio cabría mejor.

En cuanto a Port Saplaya (Alboraya) y su entorno, destino primordial en ruta, decir que es un complejo residencial construido en la década de los 70 bajo un patrón novedoso entonces para el litoral levantino al envolver, edificios y casas, un puerto interior con muelles donde sus moradores atracan las embarcaciones deportivas al lado de unas viviendas de tonos pasteles (rojizos y siena) y que con un urbanismo peculiar le ha valido ser conocida como “la pequeña Venecia”. Tiene dos playas separadas por la entrada del puerto interior y una población consolidada que permite, durante todo el año, mantener abierto negocios.

Comienzo a pedalear por la senda que va paralela a la ctra. de Náquera/Serra (CV-328). Dejo los limites del Parque Natural de la Calderona yendo por el carril que baja a la colonia del Bco. del Cirer cuya rambla cruzo hacia las urbanizaciones de Mont-Ros y la del Pla de L´Estepar. Entre naranjos, caminos rurales y de urbas cruzo la CV-315 y sigo bajo el mismo patrón por la de Bonanza hasta penetrar el antiguo camino de Liria que dejo presto destino Rafelbuñol cruzando, antes, encima de una A-7 con un tremendo volumen circulatorio. Llevo rato por asfalto, casi sin tráfico, y así continuará, excepción del pequeño tramo final de rotondas de Rafelbuñol, por zona de polígonos y, sobre todo, del sector al mar de la comarca de L´Horta Nord de Valencia donde apenas quedan ya caminos de tierra.

Pero para ello debo llegar al gran complejo de celebraciones de la Hacienda donde la cercanía al mar se otea tras los apartamentos de las playas del Puig/Pobla de Farnals…, y se huele en la brisa mientras recorro, en paralelo y suave declinar al litoral, los carriles que serpentean alquerías y cuidadas huertas al cruce del ffcc del Levante o Albuixech. Tras esta localidad topo con el obstáculo de la V-21 que pronto voy a librar a través de una gran pasarela que sorprende con las primeras vistas al mar y Port Saplaya. Hacia él hay diversas entradas, entre dunas, a las playas y es, por la Norte y su paseo por donde accedo al complejo que recorro en su totalidad siendo, sin duda, el pasaje más bonito el hecho por el perímetro del muelle y edificios interiores. Por la playa y paseo Sur dejo la urbanización y encuentro la desembocadura del Carraixet. A la otra parte de la lengua de agua que vierte al mar proveniente de las lagunas de final de rambla, sigue la línea de playa hacia la Patacona y la Malvarrosa; al lado hay antiguas casetas de pescadores que se han rehabilitado y, entre ellas, emprendo el camino del Este.

Más el regreso tiene pronta parada a la otra margen para ver y aguar junto al conjunto de la bella ermita del Miracle dels Peixets. Está construida a principios del XX y dedicada al Santísimo Sacramento en homenaje a un supuesto milagro acaecido acá en el siglo XIV. Prosigo presto por el carril que remonta a la vera de la rambla y, por el puente Carpesa a Bonrepós/Mirambell cambio a la margen izquierda, hacia Vinalesa, con alto previo en el área de descanso del Anillo Verde Metropolitano que estoy utilizando. Luego, desde la periferia de Vinalesa dejo el barranco y prosigo por el camino del Pou dels Terrers hasta el vado de las Torres donde, ya en plena rambla, me dispongo a hacer un puñado de kilómetros por su interior en los que salvo, por debajo, la A-7. Tras pasar las obras de la nueva radial de Náquera rodeo el polígono de L´Horta Vella y, por el carril al paseo de la Alameda de Bétera entro en esta localidad.

Un poco de callejeo para pasar por la parroquia de la Purísima Concepción donde hay posibilidad de aguar, bien en su fuente o en la pública que hay en la plaza contigua. Tan sólo queda desgranar los kilómetros finales con el último vado del Carraixet, rodear la urbanización la Masía y por carriles junto al barranco de Portacoeli remontarlo hasta el Sanatorio donde aún apetece entremeter alguna senda que nos lleva al punto de inicio, ahora final de trayecto.

RESUMEN. Ruta singular que une la Calderona con el mar, y viceversa, por una suerte de caminos diversos que logran minimizar el gran volumen de tráfico de esa zona y, así, dejan un recorrido entretenido y tranquilo. Sin complicación técnica y algo exigente en el aspecto físico por la distancia a cubrir. Hay dos puntos de aguada que coinciden junto a los dos edificios religiosos de paso.