Un hato que me ha quedado muy grande: Almodóvar, un circuito imposible

Voy a dividir el texto en tres partes: la organización, el circuito y mi experiencia. Comencemos pues, por la organización, ya que tiene bien merecido un primer puesto en esta evaluación.
Tengo muchas experiencias de estas y dispongo de un criterio suficiente para valorar la altura de un grupo organizado. Por eso, pienso me encuentro en disposición, de dar mi más sincera enhorabuena a todo el grupo organizador de este evento, Sin duda, una organización de altura.
En cuanto al circuito, no tengo tan buenas noticias. La zona de salida ha sido ideal, muy buena y propicia para que organice el grupo. Pero las dos vueltas al circuito han sido brutales: he visto caídas, ciclistas bajarse de la bici para poder seguir andando, porque no podían rodar dos metros seguidos… Mira que me gusta lo heavy. Las bajadas me han encantado, pero no las he disfrutado ya que estaba destrozado. O estas muy muy fuerte o no la disfrutas… y a 5 de marzo…
En definitiva, un circuito muy bestia, que ha impedido que el ciclismo MTB, haga brillar a sus participantes: en los rodajes, que no los ha habido; en las subidas, porque era imposible marcarse un ritmo; y en las bajadas, aunque yo las disfruto así, pero comprendo que no es lo mismo bajar gozando, que muerto e intentarlo en esas condiciones del terreno. Es la primera vez que me marco no volver.
EN CUANTO A MI EXPERIENCIA
Hoy llegamos apurados, hemos cargado tarde las bicis y se nos ha echado el tiempo encima. Pero ya en Almodóvar, ha sido fácil encontrar el Mercado. Aparcamos junto al pabellón, zona de vestuarios, nos vestimos rápido y mientras unos suben y otros bajan calentando, nos dirigimos a por los dorsales en la zona del Mercado, junto a META. Es día festivo para los ciclistas y todos se prepara para disfrutar del circuito y la mañana… Madre mía lo que viene.
Todo está preparado y el run run de los rodillos ha cesado de forma paulatina. Los corredores comienzan a incorporarse en la línea de META para la salida no oficial, la neutralizada. Al corte de la cinta, el coche de Policía se pone en marcha y se respira nerviosismo, adrenalina… Todo, mientras el tambor del corazón, marca el ritmo a son de Gong. Son solo unos cientos de metros, pero todos quieren coger un buen sitio. La acera, me brinda la oportunidad de hacerlo… Y la tomo. Me coloco en la parte delantera del grupo, pero eso me va a servir de poco.
Nos vuelven a parar, ya para dar la salida oficial. Estamos todos bien colocados, veo a José y Santi cerquita. Suena el petardo y comienza la fiesta. Son solo unos cientos de metros, pero salimos super rápido, manteniendo las posiciones. Sé que la cosa se va a poner fea, pero me estoy calibrando. Llegan las primeras rampas y mi corazón, mi cabeza, todo me dice que hoy no va a ser mi día, DEBO PONER EN MARCHA EL PLAN B A SOLO UN PAR DE QUILÓMETROS DE LA SALIDA, QUE HORROR.
El plan B, consiste en dejar la competición a un lado y tratar de disfrutar del recorrido para salvar la mañana. No estoy a la altura y este hato me va a quedar muy grande si sigo así.
El circuito es muy duro, no solo por el desnivel que se acumula, sino por la imposibilidad de mantener un ritmo y una postura adecuadas sobre la bicicleta. Son todo sendas, tanto para subir como para bajar y algunos cientos de metros por caminos muy rotos. Es imposible, en la primera vuelta, hasta nos molestamos los unos a los otros, debido a la dificultad de mantenernos sobre la bici en estas condiciones. Las bajadas son trepidantes, como me gustan, pero llegado a la altura de otros ciclistas, ya no puedes adelantar si poner en peligro a alguien... Pronto además, mis propias limitaciones, impedirán un correcto desarrollo en las bajadas.
Que castigo, que calor, por qué me habré puesto manga larga… Joder, se me ha olvidado engrasar la cadena. Esta es una de esas veces, mientras me compadezco de mi mismo, mientras sobrevivo pedaleando sin cadencia… Esta es una de esas en las que valoro todo lo que nos enseña este deporte. Podría haber apretado el botón de abortar misión en infinidad de ocasiones, pero siempre decidí continuar hasta el final, porque somos así, hemos aprendido a concluir, hemos crecido en el cumplimiento y no podemos abortar… Claro, siempre salvo fuerza mayor, jajajaja.
Dicho esto, me quedo con todas esas bajadas regateando surcos, piedras, derrapando en las curvas, esquivando olivas, los ánimos de la gente, el baja por encima de esas piedras, cuidado que se pone feo, ánimo… ánimo. Me quedo con todo eso, porque lo demás, solo me recuerda... Por qué no me traje la e-bike.