rutómetro quatretonda 13-12-2014

Ni el mismo conductor de l'autobús sabía donde íbamos. Los únicos que conocían el misterio eran los organizadores, Lucas, Juan Moreno y Doménech... ah! Y Jean-Christophe que se había dormido y como no había llegado a hora le habían de decir para que fuera con su coche. La resto llegaba con el autobús o con los vehículos detrás de este, recorríamos la autovía de Albacete sin idea donde iríamos a parar. Algunos predecían que la zona de Moixent podía ser la candidata, pero al desviarnos por Xàtiva esta opción desvanecía. Tampoco la ciudad chamusquina sería la sede, ya que continuáramos hacia el Genovés, que también dejáramos atrás. Al pasar el puerto de Beniganim, quedaban pocas opciones y pocos minutos después finalmente paramos en el pueblo elegido para el rutómetro de invierno 2014, Quatretonda. Desembarcamos en la piscina municipal y empezáramos a montar las bicis y los apoyos para el libreto de ruta.

En esta ocasión, teníamos una prueba clásica. Los dibujos con las indicaciones y las distancias nos debían guiar por el desconocido recorrido de unos 27 kilómetros por los términos de Quatretonda, y Llutxent (y tal vez también un poco de Pinet). Como es tradición, cada cinco minutos se iva pidiendo la presencia de los grupos al punto de partida, se les entregaba el bloque con las datos y se les informaba de alguns detalles a tener en cuenta. Los primeros al salir, los de Guadassuar, que por cada pedalada hacían tres carcajadas, y los últimos, el grupo de Abarca y Juanma.

En los rutómetres, cada grupo es un mundo, y las diferentes historias que viven sus protagonistas como en una película coral se creen por dejar entrever un fiel retrato del conjunto. Así, cuando ya estuviéramos todos juntos, sanos y salvos, cada uno compartí sus aventuras durante el trayecto. Miguel Ángel (el Indio) rompió la suspensión y los de su grupo, Santi, Javi y Toni Mateu le recriminaran que su bici era una chatarra; el grupo de Quique, Toni Pacheco y Melchor había roto la cadena; los de Guadassuar, Juan, Agustin, Lino y Carlos, que habían sido remojados con colonia por Vicent antes de empezar, habían ido dejando un rastro de olor para los que vendrían después; el grupo de Ivan, Marcos y Jean-Christophe habían tenido un error en uno de los dibujos que seguramente les había lado el triunfo. Pero el caso más remarcable fue el de Calafat, Salva y Jesús. Este último, al poco de salir del polideportivo se quedó sin pedal ni biela, que se le habían salido de su lugar natural. Invirtieron mucho tiempo en la reparación, pero finalmente completaron también el recorrido que tenían planificado.

Para todos los que acudieron, hubo vino y aceite de la tierra. A medida que se iban anunciando los grupos en orden inverso de llegada, recibían los presentes y eran ovacionados por los compañeros con vítores, aplausos, golpes a las tablas y también, como siempre, gritos de tongo, tongo! o globers! , pero de buen rollo. Al llegar a las posiciones de honor, el reconocimiento fue más intenso. En tercer lugar quedó el grupo de Paco, Buades, Pepe Gandía y José Ángel, solo a tres minutos del grupo de Ivan, Marcos y Jean-Christophe y, como ganadores, sorpresa tan grande, que ni ellos mismos se lo esperaban, el grupo de los Cocobikes de Carcaixent, Pau, Vicent, Toni Signes y Toni Bagán. Parece ser la primera vez que un grupo que se estrena en el rutómetro gana la prueba. Estaban contentos y orgullosos, no es pora menos. Enhorabuena! A ellos y a todos los de la peña, a los organizadores y a los participantes que siempre consiguen hacer de este día, un mañana memorable.