Ruta de tarde por cercanías Jaén

Ayer por la tarde (12-02-19) fue el momento ideal para salir un rato con la bici, pues después de comer tenía unas 3 horas de luz (el sol se oculta a las 18:47) para hacer una ruta rápida sin demasiadas pretensiones. Llevo casi dos semanas sin coger la bici porque he tenido unos fines de semana muy ajetreados de viajes lejanos y tengo algo de “mono”. Podía haber optado por una ruta de más kilómetros, pero preferí esta más cortita pero más intensa. Son 26 kms. mal contados, pero el desnivel es lo que le pone la guinda: 949 metros de ganancia de altura acumulada.

Si no conoces la ruta, pensarás que es una más entre tantas, y que además, son pocos kilómetros. Pero si miras con detenimiento, en el trazado de la ruta verás muchas zetas. Cuando veas este tipo de dibujo, ya lo sabes, témete lo peor. El arranque de la subida hasta La Mella es corto, pero con mala leche y sobre todo, en las curvas, donde la rueda de delante de la bici se levanta a cada pedalada que das. Pero al menos en este tramo, el camino está asfaltado y no hay problema de tracción. El último tramo antes de llegar al refugio, más o menos 1 km. ya es otra cosa, pues pasamos sobre unos canchales con una infinidad de piedras sueltas que hacen que las ruedas se claven y la bici se vuelva absolutamente incontrolable, y además en estas condiciones tienes que dar una curva de 180 grados y hay que pasar el tramo como buenamente se pueda.

Lo mejor es que el refugio es casi en el punto más alto, y lo mejor de lo mejor es que la bajada se hace ya casi en su mayor parte por veredas con un bonito “flow”, que no tienen gran dificultad, pero sí tienen su puntito y sus obstáculos. Para mí personalmente, es un reto importante hacer la ruta completa sin tener que poner el pie en el suelo, y hoy casi lo he conseguido. Digo casi porque en un par de ocasiones, en algunas rampas con piedras sueltas o con evidente peligro de dar con los bajos de la bicicleta o con los pedales en piedras grandes me ha resultado imposible pasarlos sin tener que soltar el pedal. Voy solo y la seguridad es lo más importante. Si me caigo y me pasa algo, mi mujer, además, me mata.

Por lo demás, la ruta, aunque corta, es una verdadera pasada de naturaleza, de aire limpio y fresco, y de sensación de libertad. Es absolutamente gratificante y si eres de por aquí y tienes la oportunidad de hacerla, no te la pierdas. Ya sabes, menos de tres horas de intensidad y disfrute garantizados.