Ruta 306

La ruta comenzó por una senda paralela al río, donde no había mucha gente y no hubo ningún inconveniente. A lo largo del tramo de la senda, había árboles a ambos lados que aportaban una sombra que se agradecía, aunque el día no era muy soleado.
Luego nos desviamos de esta y pasamos por un camino con algunas piedras y que tenía charcos de agua bastante grandes debido a las lluvias de los días anteriores. En muchos de ellos, tuvimos que bajarnos y cruzar caminando.
Después de estos inconvenientes, ya llegamos a unos caminos de asfalto y otros de gravilla que resultaron muy tranquilos después de estar esquivando piedras y charcos.
Llegado un punto de ese camino, tuvimos que cruzar 2 riachuelos que habían crecido por las tormentas, y tuvimos que cruzar con la bici en la mano, casi saltando de piedra en piedra para no mojarnos los pies.
Tuvimos un pequeño tramo por una carretera, que tenía un carril bici, por lo que no resultó un problema.
Y la vuelta fue toda por carreteras secundarias de pueblos que tenían carril bici, cosa que fue muy cómoda, ya que además de no tener obstáculos en el camino, los pocos coches que nos adelantaron estaban a cierta distancia.
Finalmente, acabamos en la senda del principio, acabando en el punto donde habíamos comenzado nuestra ruta.
Tuvimos algún despiste en algún cruce, donde tuvimos que retroceder un poco para ir por el camino correcto, sin hacer excesiva distancia de más. Dos de nosotras llevábamos diferentes GPSs marcando la ruta, por lo que íbamos pendientes por si la otra no se daba cuenta de algún cruce.
En general, fue una ruta tranquila, donde solo tuvimos una pequeña subida que no nos resultó nada complicada. Pasamos por varios pueblos pequeños que nunca habíamos visitado, y pasamos una mañana entretenida entre amigas disfrutando de la naturaleza y el deporte.