Río Claro - Monteloro - El Prodigio - Las Confusas - Mesa Norte - Río Claro (San Luis, Antioquia - Colombia)

Río Claro - Monteloro - El Prodigio - Las Confusas - Mesa Norte - Río Claro
Por: Liliwhale®

Video:
https://youtu.be/2O2iMWUlPhU

Blog:
http://buenastrochas.blogspot.com/2018/08/mtb-el-prodigio-san-luis-antioquia.html

Esta es una de esas rutas anheladas por varios años que quedó plasmada el pasado sábado 25 de agosto de 2018 como una tremenda aventura sobre dos ruedas, cuando Luis A y yo tuvimos la oportunidad de viajar hasta la zona, y una vez allí, decidimos recorre la ruta aunque tuvimos que hacer un cambio al inicio para cumplir con el recorrido planeado.

Fecha de ruta: agosto 25 - 2018
Tipo de ruta: circular (13 km en pavimento + 52 Km en trocha)
Dificultad física: alta
Dificultad técnica: alta
Veredas: Monteloro, La Cumbre, La Independencia, El Prodigio, Las Confusas, La Mesa Norte
Corregimiento: El Prodigio
Municipio: San Luis, Antioquia
Recomendaciones: buena hidratación, buena alimentación, GPS, linterna

LOS ANTECEDENTES
Desde inicios del 2015 yo tenía un mapita hecho con lapicero y sobre una hoja de papel para reciclaje, que tracé con la ayuda de personas que trabajan y habitan la zona del Corregimiento El Prodigio en San Luis, Antioquia. Ese mapita siempre estuvo en mi carpeta de rutas pendientes y así se fue pasando el tiempo. Fueron más 3 años que transcurrieron y cada vez que llegaba un poco de verano la comenzaba a recordar y a soñar. Lo que más me motivaba era conocer la zona de la Vereda Las Confusas, de la cual me hablaron innumerables maravillas estos pobladores y conocidos con quienes trabajé en la zona.

Y es que no sólo fue el mapa trazado a mano alzada con un cruce por un sector olvidado por los conflictos armados en Antioquia y en Colombia lo que desbordó mi curiosidad por recorrer este sector tan bello, sino también mi asombro porque desde ese mismo año (2015) pude recorrer dos partes del camino y quedé muy sorprendida con la belleza de la zona:

1 - La parte inicial de la ruta, por la carretera que desde Monteloro llega hasta el Corregimiento El Prodigio de San Luis. En ese viaje pude observar en la distancia la forma deslumbrante como las montañas del oriente de Antioquia se desvanecen hasta llegar al gran valle del Río Magdalena. Y luego, después de cruzar por el Prodigio, en las cercanías de una mina de roca caliza que ya no está en operación (El Cartageno), disfruté mucho con la riqueza hídrica, rocosa y paisajista de la zona. Desde ese momento, me imaginé recorriendo ese sector sobre mi bici, así que quedó como un gran reto.

2 - La otra parte de la ruta que ya había recorrido es el tramo final de unos 5 Km, al cual se ingresa por el camino que va hacia la Vereda Mesa Norte, y que se toma por un desvío ubicado sobre la autopista Medellín - Bogotá, unos 400 metros arriba de la Reserva del Río Claro. Recordaba este camino por la exuberancia de los árboles que forman un túnel natural y ese fue otro impacto para mis ojos, lo cual puso a volar mi imaginación tratando de imaginar cómo sería montar en bici por este lugar tan bello.

El hecho es que a mí se me metió en la cabeza hacer una ruta circular, conectando los dos caminos. Como muchas otras veces, use las herramientas satelitales más la información del mapita que había hecho con trazos en lapicero en una tarde de febrero de 2015, cuando yo trabajaba en la zona, y que recuerdo especialmente porque había un calor intenso y mucha humedad como es típico en esta región.

Así salió este recorrido de casi 63 Km, exigentes de principio a fin, pero reconfortantes para el espíritu de quienes amamos la aventura !!!

LA LOGÍSTICA
Desde Medellín a Río Claro se llega por la autopista Medellín - Bogotá, recorriendo 124 Km por trayecto, en unas 3 horas aproximadamente y durante el viaje terrestre se pasa cerca al acceso de municipios como Guarne, Marinilla, El Santuario, Cocorná y San Luis. El viaje total Medellín - Río Claro - Medellín tiene una longitud de 248 Km. Hasta Río Claro se puede llegar en transporte público o en auto propio, y en la zona existen una gran cantidad de hoteles, por ser una región turística, lo cual puede ser una opción si la idea es quedarse un par de días recorriendo la zona, o si no se quiere realizar la jornada en un sólo día.

El hecho es que si se quiere hacer la ruta en un mismo día, se deben disponer mínimo de 14 horas entre transportes de acercamiento (6 horas, 3 por cada trayecto) más el tiempo de recorrido sobre la bici, que en mi caso estaba estimado en 8 horas. Esas 14 horas totales "son un estimado" y se basan en mi experiencia personal pero cada quien debe calcular el promedio de velocidad al cual es capaz de avanzar en un terreno como este, que a pesar de no tener ascensos largos e inclinados, sí tiene una topografía quebrada todo el tiempo, con muchos subes y bajas.

LA RUTA
Mi idea inicial consistía en pedalear en ascenso 13 Km entre Río Claro y Monteloro, y luego internarnos por la trocha que llega al Prodigio, cruzar el Río Cocorna Sur, luego Las Confusas y por último La Mesa Norte para salir de nuevo a Río Claro. Pero ese día tuvimos un contratiempo antes de la salida y sólo fue posible llegar a la zona alrededor del medio día (12:00 m), lo cual nos puso a pensar cómo hacer nuestra jornada, prevista en un tiempo aproximado de 8 horas a ritmo constante (2 horas para los 13 Km de ascenso en pavimento + 6 horas para 52 Km de trocha, con un cruce desconocido para mí, así ya conociera el principio y el final del trazado).

Ya sabíamos que una parte de la ruta, y en especial el final, serían de noche. Ya estábamos en la zona y queríamos recorrerla. Así que tomamos una decisión intermedia y antes de iniciar el descenso en auto hacia Río Claro, decidimos dejar las bicis en Monte Loro, en la tienda de la señora Enith, junto a la estación de servicio de Monteloro. Así descenderíamos en auto hasta Río Claro y regresaríamos en transporte público para ahorrar tiempo (aprox. 2 horas del ascenso). Adicional a esto, Luis A venía de recuperarse de una lesión en su espalda, y por prudencia decidimos hacer el recorrido de ese modo para ahorrar un poco de energías.

Lo cierto es que una vez llegamos a Río Claro no tuvimos éxito con el transporte público, a pesar que lo estuvimos esperando por más de 1 hora a un lado de la carretera y nada. Nos tocó echar dedo y al final unas almas caritativas nos subieron en una camioneta hasta Monteloro. Ya para ese momento era la 1:40 pm. Reclamamos las bicis, recargamos líquido y comenzamos a pedalear a la 1:55 pm, por la vía hacia El Prodigio, que yo había recorrido en 2015.

Se me pasaron muchas cosas por la cabeza por la emoción de recorrer la zona y me dio hasta risa nerviosa porque precisamente una ruta tan esperada y el final iba a ser de noche en una zona parcialmente desconocida, je, je. Pero Luis A y yo íbamos preparados para esa jornada, con buena linterna para guiar el camino y con buena cantidad de agua y alimentos.

Cruzamos el sector de Paylandia, luego la Vereda La Cumbre, luego La Finca El Rubi, la Vereda La Independencia, luego La Finca Vasconia y así nos fuimos disfrutando del paisaje. Muy montañoso sobre el costado occidental del camino y de llanura hacia el costado oriental, y hasta alcanzamos a ver el Valle Del Río Magdalena. Entre subes y bajas, pero con predominio de terreno en descenso, llegamos al Corregimiento El Prodigio a las 3:40 pm (1 hora + 43 minutos en total).

A partir del Corregimiento El Prodigio, yo estimaba un tiempo de cruce de 3 a 4 horas. Esta información la íbamos a verificar durante el cruce como tal, porque la ruta yo la había conectado por medio de herramientas satelitales. Es decir, yo preveía hacer el total del recorrido (sacando el tramo de pavimento) entre 5 y 6 horas, o sea que estaríamos llegando entre 7 y 8 pm, si todo salía según lo planeado.

Recargamos líquido, comimos y regresamos al punto de entrada al Corregimiento, donde quedó el vestigio de una imagen de la virgen que fue quemada en la época del conflicto, frente al coliseo y la escuela, y coincide con el desvío para Las Confusas y La Mesa Norte. A las 4:05 pm tomamos el desvío y continuamos nuestro recorrido.

Al salir del Prodigio, nos encontramos un ascenso bien inclinado, pero corto, y luego, el camino se asemejaba al primer tramo que habíamos recorrido, entre Monteloro y El Prodigio. Tenía subes y bajas todo el tiempo, pero ahora con más vegetación, más bosque con árboles muy altos y afloramientos constantes de roca caliza. Además, cruzamos caños de agua cristalina todo el tiempo. Eso mismo comenzó a causar que las cadenas de las bicicletas se llenaran de arena. Y este es un punto a tener en cuenta, puesto que va afectando el estado de los piñones, las rodajas del tensor y la cadena misma. Afortunadamente llevábamos lubricante para cadena y esto ayudó a mitigar la situación.

En poco tiempo llegamos hasta un campamento de geólogos, ya abandonado. Hasta este lugar era que yo había llegado en 2015. Luego comenzamos a recorrer un sector donde hubo una explotación de roca caliza y se nota que el suelo fue recuperado dado que no hay bosque sino prado sembrado y quedaron los vestigios de la excavación, a cielo abierto, de una de las minas de roca caliza que operaron durante muchos años en este sector: "Mina El Cartageno".

Seguimos avanzando y luego de una curva observé, a mi derecha, un sector muy amplio de potrero que tenia ganado bovino, tipo Cebú, y en medio del potrero había un sendero que avanzaba relativamente paralelo a la carretera, pero con cierta tendencia a girar hacia la derecha. Ingresé al sendero y comencé a recorrerlo pero noté que Luis A había seguido por la carretera y se alejaba cada vez más, así que decidí salirme del sendero y alcanzarlo para no separarnos. Justo en ese momento no me percaté que había un desvío a la derecha y, por error, avanzamos durante un rato más por la carretera y terminamos ingresando a la zona de otra mina abandonada: "El Guadual".

Curiosamente, la vía de la mina seguía más o menos paralela al camino que yo había trazado de forma satelital pero no me di cuenta de inmediato del error, aunque si me dio por pensar que no podía ser por ahí porque entonces "cómo hacían los habitantes de la zona para cruzar cuando la mina operaba ???". A veces esto se dice muy fácil después de analizarlo, pero en caliente y en el campo abierto pueden pasar minutos muy valiosos antes de evidenciar que uno no está siguiendo la ruta planeada, y menos cuando es casi paralela, pero esto es parte de la navegación. Lo importante fue que al final yo noté que el camino se estrechaba y seguía por un sendero tipo single track en medio de un bosque muy denso, aunque muy bello, pero eso no coincidía con las indicaciones que yo tenía del camino (amplio y siempre por potreros). Además, el rumbo de la ruta había cambiado totalmente. En ese instante le dije a Luis A que regresáramos para buscar un desvío que no habíamos visto. En el retorno encontramos unos niños de la zona que se bañaban en la Qda El Tigre y nos indicaron que, en efecto, nos habíamos desviado del camino unos metros atrás. En ese momento entendimos que, sin querer, habíamos gastado 1 hora muy valiosa de luz solar en este trayecto que no nos llevó a ningún lado. Conclusión: el camino giraba a la derecha, por el portero, antes de llegar a la mina abandonada “El Guadual”.

Pero de todo esto se aprende y todos estos imprevistos también se disfrutan. Por ejemplo, los niños nos dieron un estimado de tiempo, además de algunas indicaciones muy precisas para cruzar el Río Cocorná Sur, qué encontraríamos en nuestro avance hacia Las Confusas.

Avanzamos subiendo y bajando por potreros, abriendo y cerrando puertas de golpe que separan los potreros. Ya con el sol poniéndose en el horizonte, justo antes de cruzar el Río Cocorna Sur, logré ver en la distancia un marco en "U" invertida, de concreto y pintado con color amarillo y dos franjas negras. Bingo !!! Era la entrada a un puente colgante que uno de los niños me había mencionado previamente, que nos permitiría avanzar sin cruzar pasando dentro del Río Cocorná Sur. De hecho, el niño lo indicó como una de las alternativas de la comunidad que habita este sector, para la época de invierno.

Decidimos salirnos del camino y cruzar el puente porque unos minutos antes, cuando habíamos llegado hasta el sitio del cruce a pie, vimos que el río llevaba un caudal medio que, por seguridad, nos implicaba pasar unidos de las manos porque el agua nos llegaba un poco arriba de la cintura. Y, adicional a eso, ya comenzaba a anochecer. El camino por el puente es un poco más largo y momentáneamente cambia el rumbo el camino, pero es cuestión de regresar, y vale la pena hacerlo así por lo maravilloso que se siente rodar entre pastizales y potreros.

Después de haber cruzado el río retomamos el rumbo y continuamos el camino por potreros, siempre con subes y bajas. Ya con los últimos rayos del sol nos encontramos con un arriero que venía en su caballo hacia su vivienda. Nos saludamos, intercambiamos palabras y le preguntamos por tiempos estimados para terminar el recorrido. El hizo un cálculo de 1 hora más de camino y para ese momento eran las 6:30 pm. Un dato muy particular es que nos dijo: “Tranquilos que ya hay mucha parte plana hacia allá”. Y creo que nunca entendimos a que se refería con “parte plana”. Tal vez el siente plano el camino plano cuando va montado sobre su caballo, porque de plano no vimos ni recorrimos nada, je, je, puesto que todo el camino siguió con subes y bajas.

Unos 10 minutos después de haber encontrado al campesino, nos envolvió la oscuridad y ahí fue necesario sacar la linterna para guiarnos y avanzar por el camino. Ya no era igual de fácil ver en la distancia los portillos sino que prácticamente frenábamos encima de ellos cuando el haz de luz de la linterna los iluminaba. En varias ocasiones tuvimos que espantar el ganado que encontrábamos a nuestro paso por los potreros y se ponía muy curioso con La Luz. Además tuve que verificar el rumbo en un par de ocasiones porque se abrían ramificaciones para varios lugares y en la oscuridad ya no era tan sencillo divisar el trazo de la trocha.

Pero como siempre lo he creído y lo he vivido, todo esfuerzo tiene su recompensa !. Y lo digo porque el día que hicimos la ruta era un día previo a la luna llena y debo decir que fue indescriptible la belleza de la luna que se nos apareció detrás de las montañas y comenzó a iluminar una parte del camino. Digo una parte porque el tramo final de la ruta es muy boscosa y en algunos tramos se forma un túnel natural que impide el paso de la luz.

Entre risas, concentración, esfuerzo y alegría por poder disfrutar tantas emociones, Luis A y yo cruzamos el sector de la Vereda Mesa Norte y finalmente salimos a la autopista Medellín - Bogotá, donde giramos a la izquierda y descendimos unos 400 metros más para llegar al Río Claro, siendo las 7:45 pm, es decir 15 minutos más que el tiempo que había estimado el campesino que iba sobre su caballo.

En total, fueron 5 horas 50 minutos, es decir, casi 6 horas de las cuales casi 1 hora fue cuando tuvimos que re-encaminar el rumbo que habíamos perdido al ingresar a la Mina El Guadual.

Nuestras bicis llegaron con arena hasta más no poder, las cadenas ya comenzaban a rechinar pero nosotros, gracias a Dios, llegamos intactos y felices por lograr el cruce. Cenamos en Río Claro, hidratamos, nos pusimos ropa seca y limpia. Y pasadas las 9:35 pm iniciamos el retorno hacia Medellín.

Este es un sector maravilloso y repleto de bellezas naturales, que vale la pena cruzar. Agradezco a los habitantes de la zona que habían caminado por allí y me dieron datos puntuales de la ruta, pero sobre todo, que desde 2015 me animaron a realizar el cruce en bici.

Para terminar, debo decir que es una ruta exigente desde lo físico y desde lo técnico, y como sucede en estas rutas exploratorias y de aventura, es muy importante llevar todo lo necesario para sobrevivir. Por ejemplo, entre El Prodigio y Río Claro hay muy pocas casas y nada de tiendas o lugares para abastecer comida y agua, así que es mejor ir auto abastecido. Y por ningún motivo olvidar la lámpara y el GPS.

Buenas trochas, Liliwhale®