Puente de Sabiñánigo-Ibort-Abena-Rapún. 1-ENE-2024

Corta ruta, variada y entretenida, con pistas, carreteras sin tráfico y algunos senderos estrechos para hacer equilibrios en bosques y descampados. Se pasa por tres pueblos, Ibort, Abena y Rapún. Hay vistas hacia la Peña Oroel, bosques de pinos y robles, campos de cereales y espacios abiertos. Y una formación geológica con crestas de roca verticales: la Ralla de Rapún.
Salimos desde el aparcamiento del Polideportivo Municipal, a las afueras de Sabiñánigo. Nos dirigimos a Puente Sardas y bajamos hacia el río Gállego, cruzando por la pasarela de hierro que sustituye a la antigua de madera de la que todavía se mantienen algunos pilares. Nada más terminar la pasarela nos encontramos con la pista, el Camino del Pastor o Cañada Real del Valle de Tena; entonces giramos a la izquierda y seguimos el track de la ruta 29, muy bien señalizado en todo el recorrido, aunque en algunos tramos no seguimos ese track que no llega hasta Abena, como sí hacía esa ruta hace unos años.
(Puede compararse con la que hicimos en el año 2019:
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/sabinanigo-por-la-ralla-de-rapun-14-abr-2019-35423933)
La pista sigue el río Gállego por su orilla derecha, pasa por la Depuradora y luego continúa hacia el pueblo de Ibort por una carretera local sin tráfico. A 3,6 km desde la pasarela dejamos la carretera por una pista de tierra que se desvía a la derecha, marcada con una flecha de la ruta 29. Subimos por esa pista pasando una barrera para el ganado y después continuamos la subida hasta una zona llana en un pinar. Otro desvío indica una bajada a un arroyo tras el que seguimos subiendo por pista pedregosa que las últimas lluvias han deformado. Una barrera, canadiense, marca el final de la subida y el comienzo de la bajada al pueblo de Ibort. Antes de llegar al pueblo pasamos por un punto al que volveremos tras el bucle que se inicia en Ibort. Desde el pequeño pueblo se sube por una pista durante algo más de 2 km hasta un cruce en el que giramos a la izquierda por otra pista bastante llana que nos lleva hasta la Pardina de Campares en donde pastan las vacas a su antojo. Desde aquí tomamos una carretera sin tráfico y 2,3 km después estamos en el pueblo de Abena, con su iglesia, sus casas cuidadas y su anuncio de Chill Out. Desde aquí bajamos entre campos de cereales durante un kilómetro, luego subimos otro tanto por un sendero con tramos bastante pedregosos, barro y surcos que aumentan la dificultad. Llegamos al punto por el que habíamos pasado, confluencia de varios caminos, y giramos a la izquierda por una pista que enseguida se convierte en sendero estrecho que se interna en un bosque de robles y pinos y tiene algunos pasos bastante técnicos que sólo podrán resolver sin poner pie a tierra los endureros confirmados. Pero el conjunto es espléndido.
Seguimos el sendero que comienza subiendo y luego se templa por terrenos más despejados, variados y entretenidos. Se pasan zonas de bosque, lomas arcillosas, un puente rústico de madera para salvar el arroyo Abena y vuelta a la senda boscosa. Así se llega al pueblo de Rapún, subiendo por una pista pendiente, pedregosa y difícil. Salimos del pueblo hacia la ermita de San Miguel, tras la que sobresale la Ralla de Rapún, una formación de estratos verticales muy característica. Luego se baja enseguida a la pista por la que vinimos, llegamos a la pasarela del Puente de Sabiñánigo y al aparcamiento del Pabellón Polideportivo de Sabiñánigo.