Pingüinada y orugas por la Pedriza
near Manzanares el Real, Madrid (España)
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Trail photos
Itinerary description
*Ruta cuyo objetivo era subir al pico de la Nava con 1.963 metros de altitud, y tras regresar a las Zetas, llegar al mirador del Collado de los Pastores (1.748 metros), y completar una circular. Sin embargo, no pudimos llegar a ninguno, por culpa de la nieve. Y es que a 1.600 metros de altitud ya era imposible rodar con la bici, por lo que ciclamos hasta que pudimos y regresamos por nuestros pasos
Según Garmin:
Ascenso total acumulado: 1.033 m
Velocidad media en movimiento: 12,4 km/h
Tiempo en movimiento: 2h y 57 min
Dificultad técnica: 1/5
Dificultad física: 4/5
Terreno: Principio y final en asfalto, el resto pista ancha. Todo 100% ciclable en condiciones normales
Mejor época: Perfecto para verano puesto que discurre gran parte por sombras entre pinares. Cuidado en primavera con la plaga de orugas, a nosotros nos ha enganchado y nos ha dejado irritaciones en la piel durante varios días. El terreno no embarra.
Resumen en Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=Hj92_z8OeD0
Dejamos el coche a las afueras de Manzanares el Real, justo al lado del restaurante donde después comeremos, y comenzamos en una primera parte en asfalto de unos 5 km, con una subida exigente que acelerará nuestras pulsaciones. Se suben unos 170 metros en apenas 3 km, más que suficiente para entrar en calor.
Tras una bajada también por asfalto, comenzaremos luego la ascensión por las Zetas de la Pedriza, ya por pista ancha y perfectamente ciclable. La subida es muy constante en desnivel, sin porcentajes muy duros, pero bastante larga, por lo que hay que regularse.
Y aunque la nieve nos impidió realizar la ruta completa, al menos nos regaló bonitas fotos y momentos para el recuerdo. Resbalones, derrapes, incluso alguna caída tonta. Tras disfrutar de la nieve como enanos y comer algo, regresamos por nuestros pasos con cuidado en la bajada, muy disfrutona.
No fue una ruta muy larga, pero se superaron los 1.000 metros de desnivel, así que llegamos con hambre. Comimos en el Bar Restaurante Las Cinco Herraduras, donde habíamos dejado el coche. Las dos veces que pasé por allí me llamaba siempre la atención su terraza, y en un día tan espléndido como nos hizo no queríamos perder la oportunidad. Claro que luego la comida no fue para tanto, bastante normalita, pero unas cervezas al sol siempre es bien.
La sorpresa para mal de la ruta fue encontrarnos al día siguiente con irritaciones en la piel. Y es que en esta zona hay una oleada de plaga de orugas, cuyos pelos irritantes se contagian por el aire. Vimos miles, y aunque no llegamos a tocarlas, fue suficiente con pasar al lado de ellas. Los tres acabamos con bastantes irritaciones, alguno lo ha pasado peor que otros durante varios días.
Según Garmin:
Ascenso total acumulado: 1.033 m
Velocidad media en movimiento: 12,4 km/h
Tiempo en movimiento: 2h y 57 min
Dificultad técnica: 1/5
Dificultad física: 4/5
Terreno: Principio y final en asfalto, el resto pista ancha. Todo 100% ciclable en condiciones normales
Mejor época: Perfecto para verano puesto que discurre gran parte por sombras entre pinares. Cuidado en primavera con la plaga de orugas, a nosotros nos ha enganchado y nos ha dejado irritaciones en la piel durante varios días. El terreno no embarra.
Resumen en Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=Hj92_z8OeD0
Dejamos el coche a las afueras de Manzanares el Real, justo al lado del restaurante donde después comeremos, y comenzamos en una primera parte en asfalto de unos 5 km, con una subida exigente que acelerará nuestras pulsaciones. Se suben unos 170 metros en apenas 3 km, más que suficiente para entrar en calor.
Tras una bajada también por asfalto, comenzaremos luego la ascensión por las Zetas de la Pedriza, ya por pista ancha y perfectamente ciclable. La subida es muy constante en desnivel, sin porcentajes muy duros, pero bastante larga, por lo que hay que regularse.
Y aunque la nieve nos impidió realizar la ruta completa, al menos nos regaló bonitas fotos y momentos para el recuerdo. Resbalones, derrapes, incluso alguna caída tonta. Tras disfrutar de la nieve como enanos y comer algo, regresamos por nuestros pasos con cuidado en la bajada, muy disfrutona.
No fue una ruta muy larga, pero se superaron los 1.000 metros de desnivel, así que llegamos con hambre. Comimos en el Bar Restaurante Las Cinco Herraduras, donde habíamos dejado el coche. Las dos veces que pasé por allí me llamaba siempre la atención su terraza, y en un día tan espléndido como nos hizo no queríamos perder la oportunidad. Claro que luego la comida no fue para tanto, bastante normalita, pero unas cervezas al sol siempre es bien.
La sorpresa para mal de la ruta fue encontrarnos al día siguiente con irritaciones en la piel. Y es que en esta zona hay una oleada de plaga de orugas, cuyos pelos irritantes se contagian por el aire. Vimos miles, y aunque no llegamos a tocarlas, fue suficiente con pasar al lado de ellas. Los tres acabamos con bastantes irritaciones, alguno lo ha pasado peor que otros durante varios días.
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