Pedro Vicente - Salto del Tigre
near Pedro Vicente Maldonado, Pichincha (Ecuador)
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Itinerary description
Cuando el grupo de montaña El-Sadday, invitaba a ciclear al “Salto del Tigre”, me pareció que tras el intrigante nombre, se escondía una emocionante aventura; la realidad superó la expectativa.
El Salto del Tigre es una magnífica cascada que se forma justo cuando el río San Dimas desemboca en el Guayllabamba, en la zona nororiental del Cantón Pedro Vicente Maldonado, al occidente de la Provincia de Pichincha.
La zona está constituida por un gran bosque nublado de media montaña, matizado por fincas agrícolas y ganaderas, siendo su principal producto de cultivo el palmito, cuyas pequeñas palmas verde claro, custodian los caminos vecinales de la exuberante región.
La aventura de algo más de 25 kilómetros en bicicleta inicia en Pedro Vicente Maldonado, cabecera del cantón del mismo nombre, ubicado al occidente de la provincia de Pichincha a unos 150 kilómetros de la ciudad de Quito.
Repartidos en tres vehículos, los 13 aventureros convocados salimos muy temprano de la ciudad, por el norte, tomando la vía Calacalí – La Independencia, pasando por Nanegalito, la entrada a Mindo, Los Bancos, para finalmente llegar a Pedro Vicente Maldonado, en donde dejamos los vehículos, a excepción de la camioneta de César, que generosamente se ofreció para apoyar en la aventura y que nos fue custodiando todo el recorrido. Antes por supuesto desayunamos en una de tantos paraderos del camino, un desayuno de esos que aguantan todo el día; yo un tigrillo con huevo frito y un jarro de café pasado, por supuesto.
Desde Pedro Vicente tomamos la vía pavimentada que conduce al recinto La Celica, al inicio es una ligera bajada, seguida por una empinada cuesta que ayuda mucho para entrar en el calor de la cicleada. Casi todo el trayecto, de los 9 y más que hay hasta la Celica tienen este patrón de subidas y bajadas, aunque la pendiente es bastante ligera, lo que no conlleva mayor esfuerzo.
Una vez que ingresamos en el recinto La Celica, a medio kilómetro encontramos el desvío (claramente señalizado) al Distrito Naranjito, que es la vía que tomamos.
Un poco más adelante el camino pavimentado concluye, para dar paso a un camino lastrado, bastante bien mantenido, punto desde el cual dejamos totalmente el área urbana e ingresamos a las maravillas del bosque nublado, con su exuberante vegetación y gran variedad de aves que casi no se las ve pero que su alegre canto son un deleite para los oídos; el entorno de selva lluviosa con sus infinitas tonalidades de verde, se ve matizado por la presencia de innumerables fincas agrícolas, la principal actividad económica de la zona que produce cacao, café, palmito, palma africana y gran variedad de frutas tropicales, a más de la crianza de ganado bovino, para la producción láctea y sus derivados.
La cicleada por la zona no conlleva mayores dificultades, al igual que por el camino pavimentado, encontramos gran cantidad de bajadas y pequeñas subidas, en general sin mucha pendiente, lo que hace un trayecto fácil y cómodo para disfrutar de la naturaleza y sus encantos.
El camino es claro y fácil de seguirlo, solo hay que estar pendiente de una bifurcación a 6 kilómetros de la Celica y tomar el ramal de la izquierda, es decir el mismo que va al Distrito Naranjito y al Salto del Tigre.
Desde este punto aún quedan 10 kilómetros de magnífica cicleada, por un camino muy similar hasta el aquí seguido.
En el sector conocido como Malú nos encontramos con unos niños que alegremente se columpian en medio del camino, con una cuerda colgada de un árbol, es muy grato verlos disfrutar de un juego que rememora nuestra infancia en los bosques cercanos a la ciudad, un par de los nuestros no logran vencer la tentación y prueban el simple pero increíblemente encantador juguete campestre.
Un par de kilómetros más adelante llegamos a la unión de los ríos San Dimas y Guayllabamba, y nuestro destino final.
El escenario es fascinante, la fuerza de ambas corrientes, el fuerte ruido de las dos serpientes chocando, la caída de agua que se forma, da sentido a tan misterioso nombre “el Salto del Tigre”; solo al verla y disfrutar su maravilloso espectáculo, uno presiente por qué el imaginario popular llamó así a tan hermosa cascada.
Luego de los 25 kilómetros recorridos, nos damos un buen descanso y algunos incluso un chapuzón en un vado tranquilo del San Dimas, también compartimos un ligero refrigerio de lo que cada uno ha llevado, “cositas para picar” como se suele decir, aunque no falta el tallarín con pollo al que todos metemos cuchara. Mientras nosotros probamos bocaditos, los mosquitos nos devoran, llevar repelente se hace necesario, lamentablemente nos enteramos ya bastante tarde.
El retorno es otra aventura, por lo tarde de la hora decidimos regresar en vehículo, así que mientras pasa alguna “ranchera” caminamos unos cuantos kilómetros de regreso, mientras que el siempre colaborador César se lleva las bicicletas; cuando al fin nos convencemos de que no habrá un transporte público de regreso, todos nos trepamos en la fuerte camioneta y salimos un buen tramo, acomodándonos como podemos, algo incomodos, pero felices como niños por primera vez en la paila.
De regreso a Quito y ya casi en la noche, disfrutamos de una merecida merienda en un paradero del camino cerca de Nanegalito; yo me pido una muy sabrosa trucha al vapor, que sabe a cielo, la disfruto totalmente, mientras comento con los amigos los pormenores de la encantadora aventura vivida.
Si hacen la ruta me comentan, un abrazo.
El Salto del Tigre es una magnífica cascada que se forma justo cuando el río San Dimas desemboca en el Guayllabamba, en la zona nororiental del Cantón Pedro Vicente Maldonado, al occidente de la Provincia de Pichincha.
La zona está constituida por un gran bosque nublado de media montaña, matizado por fincas agrícolas y ganaderas, siendo su principal producto de cultivo el palmito, cuyas pequeñas palmas verde claro, custodian los caminos vecinales de la exuberante región.
La aventura de algo más de 25 kilómetros en bicicleta inicia en Pedro Vicente Maldonado, cabecera del cantón del mismo nombre, ubicado al occidente de la provincia de Pichincha a unos 150 kilómetros de la ciudad de Quito.
Repartidos en tres vehículos, los 13 aventureros convocados salimos muy temprano de la ciudad, por el norte, tomando la vía Calacalí – La Independencia, pasando por Nanegalito, la entrada a Mindo, Los Bancos, para finalmente llegar a Pedro Vicente Maldonado, en donde dejamos los vehículos, a excepción de la camioneta de César, que generosamente se ofreció para apoyar en la aventura y que nos fue custodiando todo el recorrido. Antes por supuesto desayunamos en una de tantos paraderos del camino, un desayuno de esos que aguantan todo el día; yo un tigrillo con huevo frito y un jarro de café pasado, por supuesto.
Desde Pedro Vicente tomamos la vía pavimentada que conduce al recinto La Celica, al inicio es una ligera bajada, seguida por una empinada cuesta que ayuda mucho para entrar en el calor de la cicleada. Casi todo el trayecto, de los 9 y más que hay hasta la Celica tienen este patrón de subidas y bajadas, aunque la pendiente es bastante ligera, lo que no conlleva mayor esfuerzo.
Una vez que ingresamos en el recinto La Celica, a medio kilómetro encontramos el desvío (claramente señalizado) al Distrito Naranjito, que es la vía que tomamos.
Un poco más adelante el camino pavimentado concluye, para dar paso a un camino lastrado, bastante bien mantenido, punto desde el cual dejamos totalmente el área urbana e ingresamos a las maravillas del bosque nublado, con su exuberante vegetación y gran variedad de aves que casi no se las ve pero que su alegre canto son un deleite para los oídos; el entorno de selva lluviosa con sus infinitas tonalidades de verde, se ve matizado por la presencia de innumerables fincas agrícolas, la principal actividad económica de la zona que produce cacao, café, palmito, palma africana y gran variedad de frutas tropicales, a más de la crianza de ganado bovino, para la producción láctea y sus derivados.
La cicleada por la zona no conlleva mayores dificultades, al igual que por el camino pavimentado, encontramos gran cantidad de bajadas y pequeñas subidas, en general sin mucha pendiente, lo que hace un trayecto fácil y cómodo para disfrutar de la naturaleza y sus encantos.
El camino es claro y fácil de seguirlo, solo hay que estar pendiente de una bifurcación a 6 kilómetros de la Celica y tomar el ramal de la izquierda, es decir el mismo que va al Distrito Naranjito y al Salto del Tigre.
Desde este punto aún quedan 10 kilómetros de magnífica cicleada, por un camino muy similar hasta el aquí seguido.
En el sector conocido como Malú nos encontramos con unos niños que alegremente se columpian en medio del camino, con una cuerda colgada de un árbol, es muy grato verlos disfrutar de un juego que rememora nuestra infancia en los bosques cercanos a la ciudad, un par de los nuestros no logran vencer la tentación y prueban el simple pero increíblemente encantador juguete campestre.
Un par de kilómetros más adelante llegamos a la unión de los ríos San Dimas y Guayllabamba, y nuestro destino final.
El escenario es fascinante, la fuerza de ambas corrientes, el fuerte ruido de las dos serpientes chocando, la caída de agua que se forma, da sentido a tan misterioso nombre “el Salto del Tigre”; solo al verla y disfrutar su maravilloso espectáculo, uno presiente por qué el imaginario popular llamó así a tan hermosa cascada.
Luego de los 25 kilómetros recorridos, nos damos un buen descanso y algunos incluso un chapuzón en un vado tranquilo del San Dimas, también compartimos un ligero refrigerio de lo que cada uno ha llevado, “cositas para picar” como se suele decir, aunque no falta el tallarín con pollo al que todos metemos cuchara. Mientras nosotros probamos bocaditos, los mosquitos nos devoran, llevar repelente se hace necesario, lamentablemente nos enteramos ya bastante tarde.
El retorno es otra aventura, por lo tarde de la hora decidimos regresar en vehículo, así que mientras pasa alguna “ranchera” caminamos unos cuantos kilómetros de regreso, mientras que el siempre colaborador César se lleva las bicicletas; cuando al fin nos convencemos de que no habrá un transporte público de regreso, todos nos trepamos en la fuerte camioneta y salimos un buen tramo, acomodándonos como podemos, algo incomodos, pero felices como niños por primera vez en la paila.
De regreso a Quito y ya casi en la noche, disfrutamos de una merecida merienda en un paradero del camino cerca de Nanegalito; yo me pido una muy sabrosa trucha al vapor, que sabe a cielo, la disfruto totalmente, mientras comento con los amigos los pormenores de la encantadora aventura vivida.
Si hacen la ruta me comentan, un abrazo.
Waypoints
Waypoint
1,635 ft
Ingreso a La Celica
Ingreso a La Celica
Waypoint
1,208 ft
Río Dimas
Río Dimas
River
1,203 ft
Unión del San Dimas con Guayllabamba
Desembocadura del río San Dimas en el río Guayllabamba
Waypoint
1,928 ft
Inicio de la Cuesta
Inicio de la Cuesta
Waypoint
1,962 ft
Fin de la cuesta
Fin de la cuesta
Waypoint
1,989 ft
Salida de Pedro Vicente
Salida de Pedro Vicente
Comments (6)
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Muy entretenido toda tu redacción, fue tan buena que casi me transportas al lugar que describes. Suena a una excelente aventura y la anoto para realizarla cuando nos permitan salir...
Gracias por compartirla... 👏🏻
Saludos cordiales apadilla.maldonado, muchas gracias por tu comentario y que bueno que te haya gustado la descripción. Es una ruta bastante sencilla, se la puede hacer de ida y vuelta desde Pedro Vicente, el paisaje es increible, totalmente recomendada, incluso con niños, me cuentas si la haces, un abrazo...!
Muy buena tu descripción que transporta. Si la haríamos ida y vuelta que tan complicada le verías del 1 al 5. Quedó atento y pensando con tu respuesta ver si la hacemos circular en una semana
Gracias por tu comentario Juan Pablo del Pozo, no es muy complicado el regreso en bici, hay un poco más de cuestas que la ida, pero perfectamente cicleable, yo diría del 1 al 5, que tiene un nivel 3, no más, por favor si la haces me comentas, saludos cordiales
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
La descripción es correcta.
Solo hay q indicar que:
1. No hay infraestructura en la zona del vado
2. Hay trasporte público en el sector (verificar rutas y frecuencias)
DB
Excelente relato