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Otiñar-Cañada Hazadillas-Pantano-Parrizoso-Ermita-Otiñar

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Trail stats

Distance
18.44 mi
Elevation gain
3,812 ft
Technical difficulty
Difficult
Elevation loss
3,812 ft
Max elevation
3,686 ft
TrailRank 
21
Min elevation
1,877 ft
Trail type
Loop
Time
3 hours 53 minutes
Coordinates
4843
Uploaded
January 6, 2023
Recorded
January 2023

near Otiñar, Andalucía (España)

Viewed 72 times, downloaded 1 times

Itinerary description

Enero 2023
Jesús es una caja de sorpresas y me dice que tiene una piragua hinchable en su casa, y que le gustaría que nos fuéramos a algún río o pantano o lo que sea, pero que pudiéramos remar y pasarlo bien. Se me ha ocurrido que, puesto que a los dos nos chifla la bici y, además, queremos remar, ¿por qué no hacer una ruta mixta, es decir, bici y piragua? ¿Será eso posible? Ni corto ni perezoso, Jesús coge su saracof y yo busco mi sombrero fedora (como el de Indiana Jones) y nos vamos a vivir LA GRAN AVENTURA.
Así que nos cogemos por la mañana los coches, las bicis, y la piragua hinchable, pero bien plegada, a la que hemos atado unas correas para poder llevarla como una mochila, y nos vamos hasta el cruce de Otiñar. Impacientes, sacamos las bicis, las ponemos en orden y a eso de las 08:30, comenzamos a pedalear camino de la Cañada de las Hazadillas. Yo llevo la piragua colgada de los hombros, y él lleva los arreos de la bicicleta y las palas para remar. Nos vamos parando de vez en cuando para cambiar porque la piragua pesa lo suyo. Llegamos a la Cañada, tomamos un sorbo de agua y seguimos hasta los Llanos de Palomares, donde tiramos para la derecha, buscando el antiguo Cortijo de las Pilas, por la magnífica vereda, algo abandonada y con muchas piedras sueltas. Después entramos en la pista de la Dehesa de Molina, pasamos por debajo del Peñón de Burgos y llegamos al final de la pista. Allí comienza la veredita que lleva hasta el muro del pantano. Vamos machacados de llevar la piragua, que ya pesa toneladas, pero parece que va a merecer la pena. Descasamos un poquito y nos ponemos manos a la obra.
Lo primero es inflar la piragua, pero no hemos echado ninguna bomba especial, así que Jesús, que es un hombre de recursos, coge la bomba de la bici, la acopla a la válvula de la piragua y se pone a darle, duro que te pego, hasta que queda agotado; la cojo yo otro rato, él otro rato, y así hasta que 20 minutos después, la tenemos bien inflada y la echamos al agua. Estamos nerviosos.
Atamos bien las bicicletas atravesadas sobre el tambucho de proa (mal negocio si se caen al agua), nos montamos y comenzamos a remar. No es fácil y si no se sincronizan bien las dos palas, corres el riesgo de ponerte a dar vueltas y vueltas y no avanzas ni un metro. Nos vamos, felices, dirigiendo hacia la cola del pantano, pero no queremos alejarnos demasiado aguas adentro, no vayamos a tener tonterías. De pronto, oigo como un ruidito, como de burbujas, que viene de debajo del agua. Maldita sea, la piragua tiene un pinchazo y se está aflojando; a ese paso no vamos a llegar a tierra hasta la otra orilla. A Jesús se le ocurre que, puesto que se va desinflando, podíamos ir metiendo aire con la bomba de la bici, así que la vuelve a acoplar, y mientras yo remo con más fuerza, él va metiendo aire al mismo tiempo para que la piragua no se desinfle. Cuando pasa unos diez minutos, nos cambiamos de oficio, y él rema y yo meto aire. ¡Jesús, rema, por Dios!, y es que estamos muy apurados. Nos cambiamos varias veces de oficio, pero no vemos claro el final. Acercarnos a la orilla no parece buena idea, pues esta es como una pared de piedras difícil de escalar, y va a ser imposible agarrarnos allí, así que, sudando y apurados, remamos y metemos aire a la vez, pidiendo al cielo que nos ayude a salir del trance. Yo he perdido la noción del tiempo y no se cuanto tiempo llevamos inflando y remando, pero poco a poco nos vamos acercando a la orilla opuesta del Parrizoso. Parece que, si no desfallecemos en el último momento, a lo mejor escapamos con vida. En tierra pastan unas ovejas que nos reciben y nos miran extrañadas e incrédulas: ¿qué harán por aquí estos dos cuadrúpedos que vienen sudando como gorrinos?, pero cuando por fin tocamos tierra nos dan ganas de abrazarlas, como si fueran nuestra tabla de salvación.
Desinflamos la piragua, la plegamos bien y nos la echamos al hombro; esta vez le toca primero a Jesús y yo le doy el relevo un poco más adelante. Vamos girando a la derecha, pasamos por le Ermita donde paramos a beber agua, pues vamos agotados. Nos montamos de nuevo en las bicis, tiramos para abajo, como para la caseta de vigilancia del pantano, y seguimos la carretera camino de los coches, que nos esperan en el cruce.
No me entretengo más y no quiero dar detalles escabrosos. Hemos vivido nuestra gran aventura, pero casi nos hemos jiñado en los pantalones.

Comments  (2)

  • Photo of JaviEmeritus
    JaviEmeritus Jan 7, 2023

    Mama mía que locos. Habría estado bien alguna foto del invento. Si señor, aventura espectacular.

  • Photo of Chussjess
    Chussjess Jan 7, 2023

    JaviEmeritus, bonita historia la relatada por vicerruiz, con un buen final. La podemos contar, tenemos fotografías y la grata sensación de haberla realizado. Seguimos en la aventura de la bici....!!

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