Monteloro, El Prodigio, Las Confusas, Rioclaro, Naranjal

Después de nuestra aventura por la vereda la Holanda (San Francisco), y después de un buen descanso en el Hotel Naranjal, nos levantamos para emprender esta otra ruta.
Salimos en dirección a San Luis, hasta el alto de Monteloro (unos 7 km aprox), allí desayunamos y tomamos el camino que va hacía el Prodigio (vereda de San Luis). Un camino bien agradable, con mucha vegetación a lado y lado (en una parte pudimos apreciar un bonito grupo de tucanes). La divisa desde el camino es espectacular, hacia el Rio Magdalena que se lograba distinguir a la distancia y al otro lado hacia el páramo de Sonsón, donde se dibujaba la silueta de tan imponentes montañas.
Este camino, sin novedades, nos llevó a la población de El Prodigio. Aunque el camino fue muy solitario, en el poblado se veía buena cantidad de personas y el ruido propio de las mismas mientras departían en bares y tabernas.
Dimos una vuelta al pequeño poblado, hidratamos un poco y rápidamente tomamos la salida a las confusas. Este ya era un camino mas agreste, menos transitado. Muy agradable, rodeado de espesa vegetación a lado y lado, y de mucha roca suelta en el mismo. Cruzamos arroyos, abrimos algunos broches, nos cruzamos con lotes de ganado y finalmente llegamos al sector de las confusas.
Teníamos mucha expectativa sobre este lugar, ya que habíamos visto unas fotos previas del mismo, con un cristalino rio, sin embargo, este nos tocó bastante turbio. Cruzamos con nuestras bicicletas al hombro, y al otro lado del rio continuamos el camino hacia Rioclaro.
Es asombrosa la exuberante vegetación que se conserva en la zona a lado y lado del camino; en un sector pudimos observar, arriba en la montaña, un gigantesco árbol que sobresalía entre la demás vegetación (asombroso).
Continuamos avanzando hasta que empezamos a llegar a Rioclaro. Allí ingresamos a aun sector donde tienen alojamiento y zona de camping; allí almorzamos un rico fiambre, nos dimos un buen baño en el Rio Claro, que lastimosamente ese día no estaba tan claro (la noche anterior había caído un fuerte aguacero).
Luego de esto emprendimos el camino para terminar de salir a la vía autopista Medellín Bogotá, para allí emprender el ascenso por la vía pavimentada hasta nuestro punto de partida, en el Hotel Naranjal, al que llegamos ya finalizando la tarde, dando así por terminada esta nueva aventura en nuestras maravillosas máquinas.