Miraflores de la Sierra, Hoya de San Blas

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Va entrando la primavera y ésta es la primera salida en mucho tiempo sin mojarnos los pies, la celebración anticipada con rebujito hacía preveer un día espléndido.

A la hora estábamos en Miraflores Juan, José Antonio, Paco, Joserra y un servidor.

Nada más salir del pueblo empiezan las rampas entre pinares y la pendiente es constante, una subida de momento llevadera nos deja ver las primeras panorámicas desde la altura y nos va haciendo entrar en calor.
La entrada en la hoya no se aprecia hasta un poco más adelante, cuando después de las primeras fotos vemos sobre la cima que tenemos la nieve cerca.
Los caminos tienen un firme excelente y el agua baja por torrenteras que se oyen de fondo y amenizan el paisaje.

Estos detalles hacen que vayamos subiendo, sin apenas darnos cuenta de la dureza de una rampa constante de 3km hasta pasar los 1400m de altitud, donde hacemos la paradita de rigor con la excusa de las fotos para coger aire y ver los maravillosos paisajes.

Estamos arriba y ha llegado el momento de disfrutar de flora y fauna variada, el perfil nos va llevando arriba y abajo como una montaña rusa, aunque son incomparablemente mejores las bajadas que las subidas, las pistas impecables dan fe de la conservación medioambiental que se está haciendo en la zona.
Casi de repente llegamos al Collado de la Ventana, y lo de la ventana es bastante literal porque entre los pinos te sorprende un paisaje de cuadro en el que se ve la inmensidad del valle que se extiende hasta Madrid ofreciendo inmejorables perspectivas desde los embalses de Santillana, cerro de San Pedro, el Pardo y al fondo como siempre el foro.
Momento que aprovechamos para el avituallamiento en la zona de terraza, donde unas cabras no se muestran muy sorprendidas desde la distancia.
A partir de éste punto hemos vuelto un rato por la zona de toboganes ésta vez con más bajadas que subidas, y en un punto del recorrido nos hemos desviado por un camino que nos ha bajado hasta la parte del arroyo del Mediano por una pendiente de esas que unida al buen estado del camino te invitan al descenso rápido. De lo mejorcito del día.
Para terminar hemos cruzado el punto bajo de la ruta para subir al pueblo otra vez por duras rampas que esperaban como para sacar lo que quedaba en la recámara

Al final otra vez premio, con esas cervezas dominicales de reglamento en la plaza y a la hora del vermouth con los deberes hechos.