Macizo del Canigou: Prades-Villerach-Cortalets-Cresta Barbet-Canigó-Cortalets-Taurinyà-Prades
near Codalet, Région Languedoc-Roussillon (France)
Viewed 8881 times, downloaded 177 times
Trail photos
Itinerary description
Fantástica ruta de un día en la que me planteo “subir una montaña” desde abajo (algo parecido a lo que hice en el Mulhacén, pero empezando aún más abajo). La montaña del Canigó me regala una meteo perfecta en un soleado domingo de noviembre. Ver el vídeo al final de la descripción.
Para poder llevar a cabo el plan, me planteo la ascensión en dos fases, una en bici y otra a pie:
1a. Aproximación en btt desde Prades (350m) al Refugio de Cortalets (2.150m) por la pista forestal que pasa por Villerach. Son 29,2 km interminables con 1.837m de ascenso acumulado.
2a. Subida a pie desde Cortalets al Pic Canigó (2.786m) por la famosa chimenea. Otros 750m de ascenso acumulado.
Para hacer más interesante el día y disfrutar mejor del Macizo del Canigou, planifico las bajadas por rutas diferentes a las que he subido, dando lugar a ambas circulares:
2b. Bajada a pie del Canigó por la vertiente suroeste, que es más fácil y corta.
1b. Bajada en bici desde Cortalets hasta Prades por Taurinyà pasando por Sant Miquel de Cuixà. Salen 1.807 m de descenso trepidante.
La ruta la califico como difícil por la exigencia física de ambos tramos de subida, por la logística de llevar encima el mínimo material de ambas disciplinas (mountain bike y montañismo) y un poco también por el brutal descenso desde Cortalets hasta Sant Miquel de Cuixà, perdiendo 1.500m de desnivel por pistas muy rotas, llenas de piedras y baches (recomiendo revisar los frenos antes de hacer esta ruta, los necesitarás y mucho). Después hasta Prades no tiene dificultad.
Descripción detallada: Tras aprovechar el sábado para hacer turismo por el valle del Conflent, duermo en el magnífico alojamiento Villa du Parc de Prades. Desde aquí, gracias a Mireike y Oliver por su amabilidad y calidez, espero nos volvamos a ver. Empiezo a dar pedales justo al amanecer atravesando Prades, bajo un cielo absolutamente cubierto de un gris plomizo. Me desvío por la carretera que lleva a Villerach y me empiezan a caer algunas gotas. Decido seguir, la meteo pronostica un día de sol radiante…
Llego sin problemas a Villerach, donde no solo me adelantan en coche los amigos catalanes que hice anoche durante la cena, sino que se acaba el asfalto y empieza la pista. Serán 23 km que me llevarán hasta la cota 2.150m del Refugio de Cortalets. Me lo tomo con calma, tengo todo el día por delante y he de reservar piernas. Además, parece que el cielo se empieza a abrir. Pedaleo y pedaleo. Voy ganando cota metro a metro, pero 1.800m son muchos…
Por suerte, empiezo a adivinar tenues zonas azules en el cielo y el sol ilumina las montañas cercanas. No es que se vaya despejando el día, sino que estoy atravesando las nubes ancladas en el fondo del valle. Por fin, sobre mi cabeza, cielo azul. Limpio y otoñal cielo azul, el mismo que me acompañará durante todo el día. Sigo subiendo por la pista con pendientes constantes que permiten pedalear a la vez que mirar los impresionantes paisajes (ver fotos). De vez en cuando algún tramo se vuelve más vertical, pero asequible. La dificultad es la combinación de las cada vez más frecuentes piedras con la creciente altura. Planifico un par de descansos a las cotas 1.200 y 1.700 para comer y beber. He pasado por diversas fuentes y no me preocupo por el agua sabiendo que en Cortalets podré reponerla.
Cerca de la cota 1.800 el camino se vuelve muy pedregoso y cuesta pedalear. El esfuerzo extra, la altura y el cansancio hace que a 1.900 m ponga pie a tierra y haga los últimos 2,5 km a pie. Hay que estar muy muy fuerte para hacer este último tramo sobre la bici. Llego al collado de Cortalets donde están los coches y en seguida, por fin, llego al refugio… que está cerrado y absolutamente solitario. Problema: no tengo agua. Busco una fuente, busco en la parte libre, busco algún montañero, pero nada. Dilema, sin agua no podré subir hasta la cima del Canigó.
Me quito la ropa de biker y me pongo la de montañero, descanso y como. No viene nadie. Así que decido empezar a andar confiando en que encontraré una fuente. Cojo el sendero de la izquierda que lleva hacia la Cresta del Barbet, está muy bien señalizado y dando un poco de vuelta nos permitirá disfrutar de una vistas impresionantes de la cara noreste del Canigó. No llevo ni 5 minutos andando y me cruzo con Jon y Jana, dos montañeros que me dan todo el agua que tienen y, realmente, hacen posible que pueda llegar a la cima. ¡Gracias! ¡Mil gracias!
Como si volviera a la vida, subo paso a paso, descansando los músculos fatigados de la bici y disfrutando del calzado amortiguado que llevaba en la mochila. Salgo del bosque y encaro la ascensión a la suave Cresta del Barbet mientras la cara norte de mi objetivo se vuelve más gris, escarpada y vertical.
Veo gente en la cima del Canigó, lo cual me reconforta. Por fin llego al collado donde empieza la afilada Cresta Gasamir sólo accesible para escaladores bien equipados. Ahora toca flanquear por la vertiente sur perdiendo bastante cota y siguiendo el claro sendero. Un poco más adelante el avance se complica un poco por la cantidad de piedras, y sirve de calentamiento para la famosa chimenea Durier que ya se ve a la derecha de la cima. Gano cota rápidamente hasta la entrada de la chimenea buscando las rocas fijas y evitando el sendero de tierra que resbala mucho.
La chimenea está muy bien señalizada mediante líneas amarillas: horizontales significa “no subir por aquí y sí buscar el camino bueno a derecha o izquierda”; verticales “por aquí, para arriba” (y lo mismo si estás bajando, claro). Me la imaginaba más fácil: es bastante aérea aunque tiene rellanos de descanso generosos. Se trepa sobre roca sólida pero puede suponer un mal trance para personas poco acostumbradas a estas situaciones, especialmente de bajada. Hago énfasis en este punto pues al ser el Canigó una montaña emblemática, suele atraer a mucha gente no siempre familiarizada con pasos moderadamente técnicos y aéreos. En caso de duda, subir y bajar por la vía normal desde Cortalets, que no tiene pasos complicados.
El final de la chimenea te deja en la misma cima del Canigó, con su cruz y gran hito indicador. Es una cima bonita, pequeña, rota y un poco aérea. Nada que envidiar a muchas otras cimas más altas del Pirineo central, o a cimas más inaccesibles de montañas más técnicas. Como un poco y empiezo a bajar por la ruta normal muy bien señalizada que en menos de una hora me llevará hasta Cortalets. El camino y las vistas son muy bonitos, me hubiese gustado disfrutarlo más, pero el sol empieza a caer y me queda bajar más de 2.400 m.
Llego a Cortalets, la bici sigue donde la he dejado. Me encuentro con los amigos de anoche y charlamos un poco del día fantástico que hemos tenido. Me vuelvo a vestir de biker poniéndome toda la ropa de abrigo que tengo, pues las sombras avanzan inundando el valle y se nota la bajada de temperatura. Y para bajadas, la que me dispongo a empezar por la pista que lleva a Taurinyà. La pista está muy muy rota, llena de piedras, zonas con parches de hormigón y hay que estar muy atento pues la bicicleta tiende a coger mucha velocidad. Poco puedo ver del paisaje, pero intuyo bosques y paredes de piedra fantásticos. Los últimos rayos de sol iluminan las zonas altas y mis ojos empiezan a acostumbrarse a la poca luz. Los frenos constantemente apretados a diferentes intensidades y los brazos muy tensos.
Paso por una zona donde la pista se estrecha y está protegida con muretes pues se va por el filo de un precipicio. Paro un par de veces para hacer alguna foto, pero voy a contra reloj. O contra el anochecer. Espero volver en otra ocasión para conocer mejor este valle, aunque eso sí, no es transitable para vehículos que no sean 4x4 y creo que me hubiese costado muchísimo más subir en btt por aquí.
Ya es casi de noche, y cuando empiezo a dudar si veré el próximo pedrusco o bache… llego al asfalto!!! Me pongo el frontal y me dejo llevar inmerso en tinieblas hasta Sant Miquel de Cuixà . En breve llego a Prades y a Villa du Parc donde tengo el coche.
Para poder llevar a cabo el plan, me planteo la ascensión en dos fases, una en bici y otra a pie:
1a. Aproximación en btt desde Prades (350m) al Refugio de Cortalets (2.150m) por la pista forestal que pasa por Villerach. Son 29,2 km interminables con 1.837m de ascenso acumulado.
2a. Subida a pie desde Cortalets al Pic Canigó (2.786m) por la famosa chimenea. Otros 750m de ascenso acumulado.
Para hacer más interesante el día y disfrutar mejor del Macizo del Canigou, planifico las bajadas por rutas diferentes a las que he subido, dando lugar a ambas circulares:
2b. Bajada a pie del Canigó por la vertiente suroeste, que es más fácil y corta.
1b. Bajada en bici desde Cortalets hasta Prades por Taurinyà pasando por Sant Miquel de Cuixà. Salen 1.807 m de descenso trepidante.
La ruta la califico como difícil por la exigencia física de ambos tramos de subida, por la logística de llevar encima el mínimo material de ambas disciplinas (mountain bike y montañismo) y un poco también por el brutal descenso desde Cortalets hasta Sant Miquel de Cuixà, perdiendo 1.500m de desnivel por pistas muy rotas, llenas de piedras y baches (recomiendo revisar los frenos antes de hacer esta ruta, los necesitarás y mucho). Después hasta Prades no tiene dificultad.
Descripción detallada: Tras aprovechar el sábado para hacer turismo por el valle del Conflent, duermo en el magnífico alojamiento Villa du Parc de Prades. Desde aquí, gracias a Mireike y Oliver por su amabilidad y calidez, espero nos volvamos a ver. Empiezo a dar pedales justo al amanecer atravesando Prades, bajo un cielo absolutamente cubierto de un gris plomizo. Me desvío por la carretera que lleva a Villerach y me empiezan a caer algunas gotas. Decido seguir, la meteo pronostica un día de sol radiante…
Llego sin problemas a Villerach, donde no solo me adelantan en coche los amigos catalanes que hice anoche durante la cena, sino que se acaba el asfalto y empieza la pista. Serán 23 km que me llevarán hasta la cota 2.150m del Refugio de Cortalets. Me lo tomo con calma, tengo todo el día por delante y he de reservar piernas. Además, parece que el cielo se empieza a abrir. Pedaleo y pedaleo. Voy ganando cota metro a metro, pero 1.800m son muchos…
Por suerte, empiezo a adivinar tenues zonas azules en el cielo y el sol ilumina las montañas cercanas. No es que se vaya despejando el día, sino que estoy atravesando las nubes ancladas en el fondo del valle. Por fin, sobre mi cabeza, cielo azul. Limpio y otoñal cielo azul, el mismo que me acompañará durante todo el día. Sigo subiendo por la pista con pendientes constantes que permiten pedalear a la vez que mirar los impresionantes paisajes (ver fotos). De vez en cuando algún tramo se vuelve más vertical, pero asequible. La dificultad es la combinación de las cada vez más frecuentes piedras con la creciente altura. Planifico un par de descansos a las cotas 1.200 y 1.700 para comer y beber. He pasado por diversas fuentes y no me preocupo por el agua sabiendo que en Cortalets podré reponerla.
Cerca de la cota 1.800 el camino se vuelve muy pedregoso y cuesta pedalear. El esfuerzo extra, la altura y el cansancio hace que a 1.900 m ponga pie a tierra y haga los últimos 2,5 km a pie. Hay que estar muy muy fuerte para hacer este último tramo sobre la bici. Llego al collado de Cortalets donde están los coches y en seguida, por fin, llego al refugio… que está cerrado y absolutamente solitario. Problema: no tengo agua. Busco una fuente, busco en la parte libre, busco algún montañero, pero nada. Dilema, sin agua no podré subir hasta la cima del Canigó.
Me quito la ropa de biker y me pongo la de montañero, descanso y como. No viene nadie. Así que decido empezar a andar confiando en que encontraré una fuente. Cojo el sendero de la izquierda que lleva hacia la Cresta del Barbet, está muy bien señalizado y dando un poco de vuelta nos permitirá disfrutar de una vistas impresionantes de la cara noreste del Canigó. No llevo ni 5 minutos andando y me cruzo con Jon y Jana, dos montañeros que me dan todo el agua que tienen y, realmente, hacen posible que pueda llegar a la cima. ¡Gracias! ¡Mil gracias!
Como si volviera a la vida, subo paso a paso, descansando los músculos fatigados de la bici y disfrutando del calzado amortiguado que llevaba en la mochila. Salgo del bosque y encaro la ascensión a la suave Cresta del Barbet mientras la cara norte de mi objetivo se vuelve más gris, escarpada y vertical.
Veo gente en la cima del Canigó, lo cual me reconforta. Por fin llego al collado donde empieza la afilada Cresta Gasamir sólo accesible para escaladores bien equipados. Ahora toca flanquear por la vertiente sur perdiendo bastante cota y siguiendo el claro sendero. Un poco más adelante el avance se complica un poco por la cantidad de piedras, y sirve de calentamiento para la famosa chimenea Durier que ya se ve a la derecha de la cima. Gano cota rápidamente hasta la entrada de la chimenea buscando las rocas fijas y evitando el sendero de tierra que resbala mucho.
La chimenea está muy bien señalizada mediante líneas amarillas: horizontales significa “no subir por aquí y sí buscar el camino bueno a derecha o izquierda”; verticales “por aquí, para arriba” (y lo mismo si estás bajando, claro). Me la imaginaba más fácil: es bastante aérea aunque tiene rellanos de descanso generosos. Se trepa sobre roca sólida pero puede suponer un mal trance para personas poco acostumbradas a estas situaciones, especialmente de bajada. Hago énfasis en este punto pues al ser el Canigó una montaña emblemática, suele atraer a mucha gente no siempre familiarizada con pasos moderadamente técnicos y aéreos. En caso de duda, subir y bajar por la vía normal desde Cortalets, que no tiene pasos complicados.
El final de la chimenea te deja en la misma cima del Canigó, con su cruz y gran hito indicador. Es una cima bonita, pequeña, rota y un poco aérea. Nada que envidiar a muchas otras cimas más altas del Pirineo central, o a cimas más inaccesibles de montañas más técnicas. Como un poco y empiezo a bajar por la ruta normal muy bien señalizada que en menos de una hora me llevará hasta Cortalets. El camino y las vistas son muy bonitos, me hubiese gustado disfrutarlo más, pero el sol empieza a caer y me queda bajar más de 2.400 m.
Llego a Cortalets, la bici sigue donde la he dejado. Me encuentro con los amigos de anoche y charlamos un poco del día fantástico que hemos tenido. Me vuelvo a vestir de biker poniéndome toda la ropa de abrigo que tengo, pues las sombras avanzan inundando el valle y se nota la bajada de temperatura. Y para bajadas, la que me dispongo a empezar por la pista que lleva a Taurinyà. La pista está muy muy rota, llena de piedras, zonas con parches de hormigón y hay que estar muy atento pues la bicicleta tiende a coger mucha velocidad. Poco puedo ver del paisaje, pero intuyo bosques y paredes de piedra fantásticos. Los últimos rayos de sol iluminan las zonas altas y mis ojos empiezan a acostumbrarse a la poca luz. Los frenos constantemente apretados a diferentes intensidades y los brazos muy tensos.
Paso por una zona donde la pista se estrecha y está protegida con muretes pues se va por el filo de un precipicio. Paro un par de veces para hacer alguna foto, pero voy a contra reloj. O contra el anochecer. Espero volver en otra ocasión para conocer mejor este valle, aunque eso sí, no es transitable para vehículos que no sean 4x4 y creo que me hubiese costado muchísimo más subir en btt por aquí.
Ya es casi de noche, y cuando empiezo a dudar si veré el próximo pedrusco o bache… llego al asfalto!!! Me pongo el frontal y me dejo llevar inmerso en tinieblas hasta Sant Miquel de Cuixà . En breve llego a Prades y a Villa du Parc donde tengo el coche.
Pic del Canigó desde Prades en MTB y a pie (2.600m de ascenso acumulado) from Ignacio Sánchez Zárate on Vimeo.
Waypoints
Religious site
0 ft
Monasterio Sant Miquel de Cuixà
Summit
0 ft
Pic Jofre
Mountain pass
0 ft
Portella de Vallmanya
Mountain hut
0 ft
Refugio dels Cortalets
Wilderness hut
0 ft
Refugio Mas Malet
Waypoint
0 ft
Taurinyà
Waypoint
0 ft
Villa du Parc
Waypoint
0 ft
Villerach
Comments (7)
You can add a comment or review this trail
Datos técnicos.
Subida Prades-Villerach-Cortalets:
Distancia: 29,28km
Ascenso acumulado: 1.839m
Pendiente media: 7,11%
Tiempo total: 4:44h
Tiempo en movimiento: 4:00h
Circular Cortalets-Canigó-Cortalets
Distancia: 8,05km
Ascenso acumulado: 750m
Tiempo total: 3:54h
Tiempo en movimiento: 2:54h
Bajada Cortalets-Taurinyà-Prades:
Distancia: 26,22km
Descenso acumulado: 1.807m
Pendiente media: 7,58%
Tiempo total: 1:26h
Tiempo en movimiento: 1:22h
Felicidades por esa excursión, muy buena idea combinar la bici y el ir a pie aunque ha de ser muy dura.
Ah y el video superchulo
Muchas gracias por valorarla.
Realmente es una ascensión fantástica aunque requiere no solo piernas, sino también cierta logística para llevar el mínimo equipo necesario para cada disciplina (bicicleta y montañismo). Yo la recomendaría a todo el que se sienta capaz de hacerla, para mi es de las ascensiones que guardo mejor recuerdo.
Un saludo!!
gran ruta, la voy a hacer . y muy bien explicada, Felicidades y gracias por compartir esta experiencia, Bravo!!!
Fantástica crónica y gran reportaje!!
Gracias por compartir.
Joan
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Hola Iszart, el año pasado estaba buscando un track para subir con la família el Canigó des de Cortalets (habiendo subido al refugio con los taxi TT) y encontré este track tuyo que combina la excusión a pie con la BTT. Me dije buena idea! Me lo guardo para otra ocasión. Pués la ocasión llegò esta semana pasada: el miércoles hice la ruta, https://ca.wikiloc.com/rutes-multiesport/el-canigo-combinant-btt-i-caminada-a-peu-55727828 y disfruté mucho.
Gracias por la inspiración
Un saludo!