La Piñuela-San Francisco-Guacales-La Mañosa-Restaurante El Chagualo

RUTA DE LA PUNTO CINCUENTA
La Piñuela-San Francisco-Guacales-La Mañosa-Restaurante El Chagualo
10 de Mayo de 2014

Hasta hace muy poco San Francisco, municipio del oriente antioqueño, no sólo era una de las regiones más minadas del país, sino que es el municipio con más víctimas por minas 'quiebrapatas' en Colombia.

Ocupó el primer lugar en siembra de estos artefactos, por encima de Montes de María, en Sucre, y La Macarena, en Meta.

Afortunadamente hoy es ejemplo mundial en proceso de desactivación de minas y, gracias a ello, se puede ir a conocer uno de los municipios con más tradición arriera en el departamento ya que de allí parten varios caminos de herradura que llegan al Gran Río de La Magdalena y que en siglos pasados fueron utilizados intensamente por los arrieros paisas.

Para llegar a éste poblado llamado antes “El Morrón” y conocido ahora como la “Ventana ecológica de oriente” tomamos las bicicletas en un sitio sobre la Autopista Medellín- Bogotá, conocido como La Piñuela –Corregimiento de Cocorná-. Antes de emprender el recorrido parchamos la llanta de una de las ciclas que llegó pinchada.

La idea era ir hasta el municipio por la carretera pavimentada y volver a la Autopista Med-Bog por una vía destapada que empata en un lugar llamado San Lorenzo, cerca de La Mañosa.

Hubiera sido mucho mejor haber ido a otro pueblo pero, desafortunadamente, San Francisco no tiene conexión con ninguno otro municipio y por eso recurrimos a éste circuito

Siendo las 10:30 am salimos rumbo a San Francisco, subimos un poco para emprender luego un descenso al sector de Pailania, famoso por sus charcos, sus posibilidades de pesca y la práctica de cañonismo.

De hecho allí, en la Qda Las Aguadas, hice, hace poco, ésta última actividad http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5196825

Una vez cruzamos el puente sobre Las Aguadas, comenzamos el ascenso al municipio. Una subida que va por la vereda La Maravilla y que presenta algunos repechos fáciles de sortear.

Un par de kilómetros más allá nos detuvimos pues, nuevamente, la llanta pinchó. Mientras nos desvarábamos comenzamos a escuchar, no muy lejos, ráfagas de metralleta, fusiles y granadas.

Estupefactos nos miramos y, en voz baja, concluimos que eso era, sin duda, un enfrentamiento entre el Ejército y la Guerrilla.

Pese al inminente peligro decidimos seguir hasta encontrar una casa en donde preguntar a los lugareños sobre la situación de orden público en la zona pues, nosotros teníamos entendido, que la región ya estaba “limpia”.

En una de las casas sus habitantes no tenían idea de lo que estaba sucediendo pero nos animaron a seguir pues, según ellos “esos disparos eran de muy lejos, de las montañas de más arriba”.

Con una extraña sensación de rodar hacia la boca del lobo seguimos otros cuántos metros hasta que encontramos una moto que venía en sentido contrario.

La paramos y le preguntamos a su conductor sobre los disparos en cuestión a lo que, con una sonrisa en sus labios, nos contestó que no había de qué preocuparse pues todo obedecía a maniobras hechas por el Ejército con el fin de ensayar algunos fusiles, el carro tanque y la punto cincuenta, una poderosa ametralladora que da nombre a ésta crónica.

Una vez salimos de la duda seguimos, pasamos por el carro-tanque del Ejército que estaba haciendo los ensayos y continuamos para acabar de llegar a San Francisco.

Antes de entrar al pueblo nos detuvimos un rato en el mirador de donde se aprecia la imponencia de nuestra montañas, el cerro de la Teta que custodia la zona, el cañón que forma el Río Santo Domingo y, a lo lejos, Cocorná

Al pueblo llegamos a la 1:25p.m. con 13km rodados en 1H:38´.

Tras las fotos de rigor seguimos para emprender la segunda parte de la rodada que nos llevaría por vía destapada.

Salimos por los famosos caminos de vida que hace ya varios años construyó el Dr. Anibal Gaviría, en varios municipios, cuando fue Gobernador de Antioquia.

Pasamos por Guacales, sorteamos un par de cortos ascensos, cruzamos por Las Aguadas, llegamos a La Quiebra y bajamos a San Lorenzo por una excelente vía.

Casi a las 4:00p.m. llegamos a éste otro Santo en donde ésta carretera destapada empata con la Autopista Medellín-Bogotá. (3:50p.m-25km-3H-07´)

Mhhhh se nos había ido el día y sólo habíamos rodado 25km por eso, porque aún teníamos dos horas de luz y porque aún estábamos como “nuevos”; optamos por empezar a subir por ésta vía con la idea de llegar, al menos, hasta Alto Bonito.

Por la Piñuela, en donde se cierra éste circuito que, entre otras es muy bueno para aquellos que quieran algo corto y fácil, pasamos a las 4:58pm (30km-3H:48´)

Con el fin de aprovechar los últimos rayos del sol seguimos hasta un Restaurante llamado El Chagualo en donde aprovechamos para “tanquear” (comer) pues sabíamos que todavía faltaba mucho para llegar al Alto. (6:30p.m.-37km-4H:57´)

En mente teníamos la idea de rodar hasta ése Alto pese a que lo haríamos de noche, pero una persistente lluvia nos hizo desistir de ése plan por lo que optamos, más bien, por esperar el penúltimo bus de la noche que pasa por allí a las 7:30 p.m. pues, para el último, nos hubiera tocado esperar hasta las 12 de la noche.

Así terminamos una corta pero bonita montada por otro de los rincones de nuestra querida Antioquia.