La estrella - Copacabana - La Veta - Sn Pedro

Aventura en la vereda la Veta
Inspirados en un video que por esos días se compartía en las redes sociales donde se promocionaba el ascenso mas exigente del valle de aburra, nos motivamos a explorar de nuevo esas vías que suben desde el municipio de Copacabana hacia el nor-occidente y que conectan al valle donde está ubicado San Pedro de los milagros.
https://youtu.be/c5dRqghH7v4 Video que motivó la ruta.
Desde el día anterior había estudiado con la ayuda de los mapas satelitales y el recorrido de otros ciclo-montañistas las posibles rutas y el trazado del camino hacia la vereda la Veta. Se veía intenso el acenso en el mapa y opté por dejar 3 recorridos seleccionados, uno que cruzaba la veta y descendía hacia el Noral o el Limonar, el otro que una vez cruzada la vereda la veta, se regresaba hacia el sur oriente hacia la unidad Norteamérica y el ultimo que seguía en ascenso hacia San Pedro.
Debía dejar todo organizado desde la noche para ahorrar el precioso tiempo de la salida y cuidadosamente había seleccionado la ropa, hidratación, accesorios y todo preparado para enfrentar tan retadora ruta.
Recuerdo que en ese video se advertía de los fuertes ascensos y que debíamos estar listos para bajarnos y dedicarnos a empujar la bicicleta por lo inclinado de algunos trayectos.
La ansiedad que siempre me generan estos recorridos me despiertan antes de tiempo, lo cual no fue la excepción esta vez y a eso de las 5:00 mucho antes de sonar el despertador ya estaba en pie ordenando las cosas… a eso de las 6:30 ya estaba listo para la nueva aventura con un ligero desayuno encima.
Mi recorrido inició por la vía regional hasta la Aguacatala donde me encontraría con el buen amigo JuanGo que fue quien días antes me había enviado el dichoso video y que me había motivado a que realizáramos y programáramos la salida en nuestras bicicletas de montaña. A las 7:10 después de una breve espera, emprendimos el recorrido con paso fuerte por toda la vía regional rumbo norte de la ciudad, el promedio no bajaba de los 40 kms/hr. Yo le había sugerido a JuanGo que fuera adelante y colocara el ritmo y que nos podíamos rotar la delantera para hacer el recorrido mas llevadero, al parecer no hubo entendimiento en este detalle y yo salí adelante y cada vez que volteaba a ver si el compañero venía, ahí estaba cerca y no pasaba adelante, lo que interpretaba como que siguiera adelante. De esta forma y sin mucha novedad cruzamos la ciudad hasta Niquia, allí nos detuvimos para revisar la ruta en el GPS.
El camino indicaba que colindando con la fábrica de electrodomésticos Haceb hay una vía en rieles y piedra donde inicia el acenso hacia ese lado de la montaña. Poco a poco y con algo de esfuerzo fuimos sorteando cada subida y fuimos encontrando gente amable que nos indicaban con detalles lo que nos esperaba, una vez en uno de esos descansos con una altura ganada de unos 500 metros, preguntamos a una pareja de deportistas por esos detalles de la subida a la vereda la Veta y con algo de risas nos advirtieron que no era posible subir montados en la bicicleta y que nos esperarían al regreso para que le contáramos de como nos había parecido.
Aun no sabíamos cual de los 3 caminos que había seleccionado tomaríamos, pero lo importante es que queríamos probarnos y vivir por nuestra propia experiencia la subida. Seguimos las instrucciones y más delante de nuevo paramos a preguntar y en esta ocasión nos detallaron el lugar por donde debíamos subir. Un sitio de recolección de basuras al lado izquierdo de la vía pintado de verde y amarillo con un aviso que dice “el pinar” ese sitió marcaría el inicio del durísimo ascenso. En menos de 5 minutos encontramos el desvío. Nos detuvimos para hidratamos, comimos un poco y dimos inicio al ascenso muy motivados. Juan subía al lado derecho y yo al lado izquierdo, lado a lado, cuando empezamos el ascenso Juan me dijo que no se sentía cómodo uno al lado del otro. Por lo tanto, le sugerí que siguiera entonces adelante. Yo siempre al enfrentar este tipo de ascensos los tomo con mucha calma y puedo bajar la intensidad de pedaleo sin perder el equilibro. Juan siguió adelante según lo acordado y seguimos subiendo… los rieles siguieron tomando inclinación con cada metro que se avanza y ganamos más y más altura. Empezamos a sentir la intensidad del camino con esa picazón en las piernas que aumentan el calor y ponen al corazón a latir muy fuerte para acomodarse a la exigencia del terreno. Unos metros mas adelante Juan debió detenerse pues se cruzó en la vía y perdió el paso. Yo alcancé a pasar por un lado y continué el ascenso que se hacía eterno y sin ver aun donde terminaba, seguí dando pedal a pedal. En la mitad del recorrido la inclinación en mi GPS indicaba 35%. Para poder dar pedal con ese desnivel, uno debe tener todo el cuerpo desplazado hacia el manubrio, lo más adelante posible. Unos tramos de pie y otros sentado. En pleno ascenso una pareja me dio animo con palabras de aliento y sorpresa. Me decían que si caminando era duro… Es un Trayecto que no creo que tenga más de 200 metros, pero sí que se hace eternooooo, Alcance a ver el sitio donde haría una pausa porque es donde termina la loma y hay al lado izquierdo una casa donde venden gaseosa. Allí decidí esperar al buen amigo JuanGo que no subía. Y para refrescar un poco el ánimo, pedí una malta fría. Después de una breve charla con el dueño de la casa, no escuchaba ni los pasos del JuanGo, debieron pasar unos 10 minutos y cuando ya me disponía a regresar por tan empinado camino, lo escuche subir con algo de dificultad, le ofrecía algo para tomar y me sorprendió cuando me relato que se había caído después de intentar de nuevo subirse a la bicicleta, según me relató la bicicleta se levantó y rodó hacia atrás golpeándose fuerte la espalda y raspándose el codo y la rodilla. La sangre evidenciaba lo aparatoso que debió ser ese percance. Le solicitamos autorización al señor de la tienda para el uso de una manguera con agua para lavar las heridas y limpiarse un poco la tierra. Después de enjuagarse varias veces con jabón, el señor de la tienda ofreció desinfectar con alcohol. Yo de solo pensarlo sentí ardor, pero el JuanGo accedió y sin vacilación ni muestras de molestia, se dejó aplicar ese alcohol en las heridas. Esto y las ganas de seguir en la aventura, le dio un segundo aire y más energía al compañero que ante mi pregunta de cual camino seguir o retornar, me dijo que tomáramos la ruta hacia San Pedro. Yo me quedé sorprendido porque el golpe fue muy fuerte y aun hacia muuuucha parte del recorrido, le expliqué en el mapa lo que nos faltaba y que aun el ascenso continuaba con mas rampas de menos intensidad pero que de todas formas nos exigirían mas por el desgaste acumulado. Pues su decisión era firme y me decía que el quería terminar el recorrido. Como les digo, esto le dio mas fuerzas al amigo que tomó el camino adelante y en cada curva lo veía alejarse mas y mas adelante… Hay unas 3 rampas fuertes después de este sitio que exigen bastante porque son en rieles y con tramos sin pavimento. Desde el desvío hasta el sitio donde se toma la vía de San Pedro son 1.8 kms con una ganancia en altura de casi 400 metros, habíamos pasado de los 1800 a los 2200 msnm en tan solo 1,8 kilómetros…
Volví a preguntar si seguíamos o si el dolor seguía para regresar y la decisión estaba tomada… seguir el camino hacia San Pedro, nos esperaban unos 370 metros más de desnivel y unos 4 kilómetros para llegar al punto mas alto del recorrido 2570 msnm. Demoramos en este tramo 45 minutos sin pausa. Una vez en lo alto se ve hacia el Sur Este el valle más debajo de Copacabana y hacia el Sur Oeste un valle que se debe cruzar antes de llegar a San Pedro, este valle es desconocido para quienes hacen este recorrido que esperan que el camino hacia San Pedro sea en descenso, lo cual no es cierto ya que esta ese valle en el medio y para cruzarlo se debe llegar a la base y luego volver a subir al otro lado. Son unos 100 metros de desnivel, pero como uno viene agotado del recorrido se hace muy duro cruzarlo.
Faltaban aun 10 kilómetros para llegar a San Pedro, hay varios caminos para cruzar este valle, tres por lo menos que están marcados en los mapas, y decidimos por el más directo ya que empezaba a escasear el agua y la hora del medio día insinuaba que era hora de almorzar. Nos tomó 50 minutos llegar al pueblo y después de visitar su hermoso parque e iglesia buscamos una droguería para comprar un analgésico para mitigar un poco el dolor de la caída que nos recordaba la épica subida de la Veta.
Tomamos la vía tradicional que conduce de este lindo pueblo a Medellin sin muchas novedades y en la entrada a Poleal paramos por alimentos y tomar el ultimo aliento para regresar a la casa. Cruzamos la ciudad a buen paso por toda la autopista.

Nos queda en el recuerdo una muy buena aventura que nos tomó 8 horas exactas recorrerla, sumar 105 kilómetros mas de aventuras y un desnivel acumulado de 1900 metros. Muy buena y exigente ruta que bien tiene el título de uno de los recorridos mas inclinados del valle de Aburrá.