Jaén-Quiebrajano-Pto. Coberteras- La Pandera-Jaén

Anoche estuvo lloviendo hasta altas horas y esta mañana estaba la calle mojada. No me gusta el barro, porque te pones hecho un asco, la bicicleta sufre mucho y tampoco aporta nada nuevo a las rutas normales, así que creo que haré una ruta de asfalto.

Pensé en hacer una con 4 puertos (Coberteras, Pitillos, Cruz de la Chimba, Alto), comenzando por el de Las Coberteras, así que me tiro a primera hora para allá y subo bastante bien, pero cuando voy llegando cerca del Puerto, me sale por el lado derecho un perro enorme corriendo hacia mí, un mastín, ladrándome furioso y con cara de pocos amigos, así que sacando fuerzas de donde quedaban pocas y bajando un piñón, salgo para arriba como alma que lleva el diablo y, aunque no te lo creas, poco a poco logro ir sacando alguna ventaja al perro, que acaba parando. Llego echando la sadura por la boca al punto más alto y me paro a descansar y a pensar: ¿me vuelvo para atrás y sigo la ruta prevista, o me tiro para Valdepeñas?, pero ¿y cómo me vuelvo teniendo allí, dos curvas más allá, al demonio?

La ruta planificada volvía hasta el Puerto de Pitillos y bajaba de nuevo hasta el Pantano, y como no llevaba agua a la salida, había pensado llenar la mochila en el Pilarillo de Casabermeja, cuando bajara, pero como no veo otra solución, decido tirarme para Valdepeñas y coger camino de los Villares, a pesar de que no lleve agua. Ya me apañaré como sea.

Cuando llego a la altura de la carreterita de subida a la Pandera, oigo la llamada de las sirenas y no me puedo resistir, así que tiro para arriba, y que sea lo que el Señor quiera. Hace frío, incluso en las fuertes pendientes, pero voy bien abrigado, por lo que no hay problema. Arriba me paro poco porque hace un aire frío que corta los huesos, y además, ya me hace falta beber.

Bajo de un tirón hasta Los Villares y allí me paro en la fuentecilla que hay en la carretera. Llevo más de 70 kms. desde que salí de la casa sin beber; creo que en pleno verano me habría deshidratado, pero con este frío no he sudado mucho.

Poco más que contar de esta ruta. ¡Ah, sí!, demasiada carretera para mí. La subida desde Valdepeñas y la que arranca en Los Villares son horribles para los amantes de la bici de montaña. Muchísimo coches y poco respeto a las bicicletas; algunos pasan casi rozando mi codo, incluso a pesar de que hay un carril de vehículos pesados, y además, yo voy por el arcén. No sé cómo pueden aguantar los amantes de la bici de carretera.