Jaén- Puerto Alto-Fuente Pinillo-Faldeo Grajales-Jaén

Hoy nos hemos ido el amigo Jesús y yo a hacer una bonita ruta, que quizás no haya sido bien ponderada por los ciclistas de Jaén, pero que está muy bien: Fuente Pinillo.

Es una mañana fresca de primeros de julio en un día en que las previsiones indican que llegaremos a los 35 grados, por lo que comenzamos a pedalear a eso de las 7:30, cuando todavía da gusto salir a la calle. Salimos por la Alcantarilla y nos vamos sin dilación por el camino de Pero Codes, con el fin de ir calentando, pero que no se nos haga muy tarde.

Desde el Puente de la Sierra cogemos la carreterita de Puerto Alto y nos paramos en Casa Grande a coger agua, porque yo no llevo ni una gota. Afortunadamente, todavía la fuentecilla echa como un dedo del líquido elemental y podemos llenar los botes. El dueño de aquel lugar está por allí y se acerca para vernos. Es buen hablador y se sienta con nosotros y echamos un buen rato de conversación y nos dice que a él no le importa que los ciclistas llenen agua de su fuentecilla y nos cuenta algo de su historia y de aquella finca. Creo que no sabemos la suerte que tenemos los que frecuentamos aquellos lares, porque perfectamente podría ser otro dueño, y que además, no le pareciera muy bien que la gente entrara a su patio. De hecho, hubo una temporada que aquella finca tuvo una cadena para evitar que el personal entrara a la fuente.

La subida es tranquila, asequible y como es temprano y todavía no hace calor, la pasamos razonablemente bien. Hablamos de todo un poco y vamos entretenidos.
Una vez que nos salimos del camino y nos metemos en los caminos (por decir algo) y veredas, no tenemos problema alguno, porque Jesús conoce muy bien aquella zona, y aunque por si las moscas, yo llevo el track en el Garmín, no nos salimos mucho de la ruta prevista. Hay muchos cruces que, si no los conoces, puedes acabar saliendo de aquel lugar por cualquier sitio, o puede que des muchas vueltas hasta que encuentres la salida. ¡Cuidado con este detalle!

Una vez acabada la vereda vienen los caminos, también por decir algo, porque están en estadio intermedio entre la vereda y poco más, vamos que si tienes que transitarlos con un coche, menester será que busques uno de esos que hacen el París-Dakar. Pero bueno, vamos en bicicleta, y tampoco necesitamos gran cosa para pasar. Bajamos por todo el faldeo de la Sierra de Grajales sin perdernos hasta el río.

Decía al principio que esta ruta parece modesta, y quizás por eso no ha sido convenientemente ponderada por los ciclistas, pero a Jesús y a mí nos ha parecido una magnífica ruta con un perfecto equilibrio entre distancia, desnivel acumulado, subida por carreterita y caminos tranquilos, bajada por veredas y sendas Trail, etcétera. ¡Vamos, que es un verdadero rutón!
Y si acaba con un par de cervecitas frescas, ni te cuento.

El único problema: se nos ha olvidado hacer algunas fotos. Pero bueno, ya conoces aquello, ¿verdad?