Itagui Prado Ebejico el Gaitero (Sopetrán)

Para mí esta ruta la saco del Estadio. Es una ruta muy completa, empezamos en clima templado, subimos a tierra fría y bajamos a tierra caliente. Tenemos largos y duros asensos pero también hay descensos muy extensos con partes muy técnicas e inclinadas. Llegamos a zonas donde abunda la flora con montañas muy verdes y árboles frondosos hasta llegar a tierras áridas casi desérticas. Encontramos fincas pequeñas con sus huertas, dos o tres vacas o marranos y las gallinas que se volaban del corral para salir a saludarnos, pero también habían grandes fincas bien tecnificadas donde crían marranos con zonas donde debes apretar el paso porque el olor a estiércol te deja nauseabundo, también pasamos por haciendas ganaderas y haciendas piscícolas donde atravesamos innumerables lagos con miles de tilapias rojas. Pero cuando empiezas a bajar el tipo de cultivos cambia y ahora empiezas a ver caña de azúcar con sus trapiches en plena molienda que sueltan un aroma que despierta todos tus sentidos y te hace envidiar la vida simple pero sin comodidades, tranquila pero con más esfuerzos que se lleva en el campo. Sientes el olor de las plantas de café. Hay empecé a sentir que estaba en otro mundo al cual quisiera pertenecer. Un mundo donde la gente es muy amable y se ayudan entre todos porque todo está muy lejos y no hay tanta asecicibilidad a un repuesto, a un medicamento o a un alimento que se cultive en la región. Nos encontramos muchos arrieros muy formales y que hablan más que Cosica, el cual debe haber andado por esos lados porque si no estoy mal es de Heliconia, municipio vecino. Si realizan esta ruta, les aseguro que se la van a disfrutar de principio a fin. Así me echen madrazos al tener que subir esos primeros y últimos asensos que tiene esta ruta.

Nosotros salimos de Itagüí con rumbo a san Antonio de Prado, donde pasamos de largo porque la lluvia nos atrasó la hora de salida, tomamos la vía hacia el Chuscal y en el estadero la cabaña debemos girar a la derecha para tomar un corto pero empinado descenso. En ese punto paramos a desayunar y a despinchar a un compañero que venía chuzado. Luego continuamos, pasamos por Porcicarnes y más adelante me pinche, entonces otra parada que nos retrasaba, pero la fe seguía intacta de terminar la ruta.

De ahí en adelante empieza una serie de asensos que cada vez se van parando más y que te exigen al máximo que además son con piedras muy sueltas con unos cuantos descansos o falso planes en los que puedes tomar algo de aire para seguir afrontando las lomas. Igual como no estamos compitiendo con nadie paramos en varias ocasiones para recuperar el aliento. Después de mucho subir estábamos en la cima de la montaña, al lado izquierdo veíamos el relleno sanitario el guacal y a la derecha el cerro Padre Amaya muy cerca de nosotros. Hay una serie de columpios antes de empezar a bajar. Le preguntamos a un lugareño que a cuanto estaba Ebejico y nos informó que a una hora más o menos. Cosa que nos alegró porque la parte divertida ya iba a empezar.

Empezamos descendiendo por una carretera amplia con buena pendiente de inclinación y con mucha piedra suelta, había que bajar siguiendo el rastro que dejan las motos porque hay el terreno está bien afirmados, pasamos como dos fincas de marranos y hay el camino está muy deteriorado, llegamos a una intersección y tomamos a la izquierda hay se vuelve casi canalón es muy rápido con muchas eses pero debes tener cuidado de no caerte porque hay estas en la mitad de la nada. Bajamos un rato y el camino de herradura ya vuelve a ampliarse hasta llegar a la vereda Murrapal, subimos 200 metros y empieza otra vez el descenso, hay que tener mucho cuidado porque ya suben y bajan motos carros transeúntes , hay tramos con rieles en muy buen estado y pequeños resaltos que te hacen más divertida la bajada. Pasamos por la vereda la clara y por otra que no paramos porque ya queríamos llegar a Ebejico. En esta zona cultivan mucho el café y la caña de azúcar y los olores son muy agradables al olfato.

Al final bajamos hasta la carretera que comunica a Sevilla con Ebejico y de ahí son 3.5 kms hasta el pueblo con uno de ellos en ascenso. Bajamos y buscamos un restaurante para Almorzar. El almuerzo fue rápido y a eso de la 1:45 pm seguimos con nuestra ruta. Buscamos la vía que va hacia Medellín y más o menos en 800 mts. Nos desviamos por una carretera sin asfalto que hay a mano izquierda en ese punto nacen dos vías debes tomar la de la derecha.

En este municipio hace demasiado calor, pero nos salvó que estamos en invierno y veníamos huyendo del agua, este camino es muy bonito tiene casi que un túnel natural que te brinda muy buena sombra y con muchos árboles de mangos que lastimosamente no estaban en cosecha, solo encontrábamos las pepas a lado y lado de la vía.




Este tramo es de varios columpios con asensos moderados y descensos rápidos. Cuando pasas un puente empieza un ascenso de 4 KM. hasta la vereda Guayabal. la inclinación es muy pronunciada, había leído en la ruta de Oscar Upegui que habían unos rieles muy empinados para llegar a Guayabal y efectivamente eran muy empinados y cuando pensé que ya los habíamos pasado nos encontramos otros y otros en total creo que fueron cuatro rieles y los últimos son los más exigentes de la ruta, luego se pone más suave hasta llegar a Guayabal, hay tomamos refresco pedimos indicaciones a lo cual nos respondieron que ya todo era bajando, que había que pasar por hay diez puertas, que las cerráramos para que nos dejaran pasar y que más abajo nos tocaba pasar una quebrada con las bicis en la mano.

En este punto la vegetación empieza a cambiar ya el verde empieza a desaparecer cada vez que avanzamos y el color café aparece en todas sus tonalidades. En este punto hay una vista majestuosa, al fondo vemos el río Cauca, Santa fe de Antioquia.

Vamos bajando entre potreros ayudando en la jornada de los vaqueros que llevan el Ganado que va para el otro corral y al final del descenso aparecen los tan anhelados lagos de peces anunciando que nuestra aventura está llegando a su final.

Van siendo las 4:30 pm, el sol se empieza a posar y las garzas, garrapateros y gallinazos empiezan a buscar un lugar entre los árboles secos para descansar, son un montón de lagos en escala uno más abajo del otro del otro con pequeñas cascadas para oxigenar el agua, primero pasas por un costado y luego pasas en medio de dos lagos, este punto es muy bonito y es el final de estos. Ahora debes afrontar el paso del río y aunque es poco profundo y angosto la corriente te hala queriendo arrebatarte la bicicleta.
De ahí empieza un plan muy sabrosos en el que pedaleas con ganas porque ya estás cansado y quieres terminar pero esta ruta todavía tiene sorpresas hay un último asenso que aunque es corto tiene la tierra muy suelta y las bicis se hunden amarrándote más al terreno pero cuando lo terminas ya es puro descenso hasta la vía al mar.

En ese punto termino esta grandiosa ruta. Allí paramos el primer bus que paso y nos llevó hasta la terminal del norte el costo por persona era de $10.000 y $5.000 por cada bicicleta.

Aquí les dejo unas foticos.
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