Hayedo de Tejera Negra

Datos: 49,51 km. Velocidad media: 9km/h. Desnivel: 949 m. Tiempo en movimiento: 5,30 h. Tiempo total: 6,35 h. Altitud máxima: 1646, mínima: 1353.

Inicio en el Centro de interpretación del Hayedo de Tejera Negra.

Salimos por la carreterilla que accede al parque y la abandonamos pronto para tomar una pista a la derecha. Vamos subiendo por la falda del pico de Majada de la Sierra y, tras un tramo de suave descenso, alcanzamos el Collado de Puerto Infante.

A partir de aquí y tras un descenso rápido, comienza una subida tendida. Tras salvar una barrera, avanzamos cómodamente y, después, en descenso hasta llegar a una bifurcación importante en el kilómetro 19,3 de nuestra ruta. En una curva, dejamos la pista para girar a la izquierda y salir a una pradera.

Buen momento para contemplar el valle del Lillas y las montañas que lo rodean, es un espectáculo natural, sobre todo en otoño. Se baja rápidamente al río por una senda medio ciclable y, según el caudal, lo podremos vadear sin complicaciones o habrá que descalzarse. Hay una fuente de piedra junto a la puerta de acceso al aparcamiento.

Tomamos durante unos kilómetros la pista de coches y la dejamos al encontrar a la derecha la señal que indica Ruta del río Zarzas. Tras salvar la barrera, nos quedan cuatro kilómetros, más duros al final, para alcanzar el Collado del Hornillo. La belleza del paisaje, y el cansancio invitan a una parada. Un panel nos recuerda que estamos en Tejera Negra.

Comienza una bajada espectacular entre hayas, robles y pinos, de esas que quedan en la retina para siempre.

Llegamos a una bifurcación y a un punto de decisión: podemos girar a la izquierda para ir directamente a los coches o bien, que fue nuestro caso, seguir de frente para alcanzar la zona más densa del hayedo. Es una coleta de poco más de cuatro kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, pero que no defraudará. Se recorre el valle profundo del curso alto del río Sorbe, con tramos en los que se rueda por un pasillo de hayas y siempre escoltados por las recias formaciones rocosas del pico de la Tiñosa y la Cuerda de las Berceras, entre cuyos barrancos se divisan buenos rodales de hayas.

Vueltos a la bifurcación, bajamos rápidamente a vadear el Arroyo del Hornillo y, tras salvar un fuerte repechón, nos quedan varios kilómetros de cómodo pedaleo con el río Sorbe a nuestra derecha. Tras una subida, seguida de un breve descenso, alcanzamos el puente que cruza el río Lillas. Solo nos queda seguir por la carreterilla, eso sí, disfrutando de unas vistas espléndidas, hasta alcanzar los coches.