Explorando entre morro Gil y la clara

Esta montaña es muy parchada con paisajes y asensos muy exigentes, sin descanso alguno.
Subimos al tradicional alto de la cruz de caldas y continuamos subiendo por la puerta roja. En el camino te encuentras algunas desviaciones, pero siempre seguimos por la vía principal.
Subiendo a mano izquierda podemos apreciar todo el valle de la Miel con las cimas de las montañas tapadas por una densa niebla que nos iba envolviendo con cada pedalazo, cuando llegamos al aserrío dejamos atrás el valle de la Miel para continuar el ascenso a morro Gil, el cual podemos comparar con la catedral de Envigado, pero con la diferencia que es por vía destapada que dificulta más la pedaleada.

Después del aserrío, sorteas dos asensos duros y otra serie de lomas muy cortas para llegar a un plan donde hay una intersección, a la derecha sigue la vía normal y a la izquierda el camino se va cerrando hasta volverse en sendero. Hay comienza el descenso, luego salimos a una zona donde fueron talados los pinos, y por seguridad debes bajarte para no caerte ni dañar la bici, aquí debes poner atención porque el camino está entre las ramas y debes bajar haciendo unas eses para pasar este tramo.
Mientras bajamos observamos el maravillosos paisaje, entre la montaña vemos una cascada que se abre entre los árboles. Seguimos disfrutando del paisaje y vemos otra cascada con un camino más abajo que nos podría llevar a ella. Entonces decidimos dejar el camino y hacer travesía por la montaña para llegar hasta allí.
Seguimos el camino y cada vez se iba estrechando hasta quedar metidos en la mitad del bosque sin sendero alguno. Habían varios árboles caídos por el invierno y tal vez ocultaron el camino, después de dar vueltas un rato decidimos devolvernos, pies no veíamos la forma de llegar hasta esta. Emprendimos un descenso largo con tramos muy empinados sobre carretera con piedra muy suelta, que nos sacó a la vereda la clara y de hay retornamos a nuestras casa.

Un parche para sollárselo sin afán. Pues creo que se disfruta más de la bici y de la montaña cuando sales sin cronometrar el tiempo o sin darse leña con tus compañeros de ruta.