ETAPA 6 del Camino del Norte en MTB: S. Vicente - Ribadesella

Desafortunadamente salimos de San Vicente de La Barquera lloviendo un día más. Tomamos dirección sur hacia La Acebosa de nuevo entre verdes prados. Atravesamos Unquera y Colombres a buen ritmo y en La Franca, y habiendo dejado de llover se aclara el día. Pasamos al otro lado de la A-8, primero por la N-634 hasta Buelna, donde tomamos ya caminos rurales sin asfaltar junto a la cornisa cantábrica. Este camino bordea algunas de las mejores playas del norte, por lo que aprovechamos para acercarnos a alguna de ellas: playa de Bretones o el fantástico mirador de La Boriza, desde donde se disfrutan de unas magníficas vistas de las playas de Andrín y Ballota. Atravesamos Llanes, haciendo cambio de conductores y tomando un piscolabis junto a las furgonetas y seguimos de nuevo por caminos sin asfaltar junto a la costa. En Celorio atravesamos la playa frente a su ensenada. Continuamos pasando por la playa de San Antolín, pedaleando en dirección oeste y pasando por Hontoria y Picones. Pasamos junto a la Playa de Cuevas del Mar y después a la playa del Canal, estrecha entre el acantilado y digna de acercarse y disfrutar un momento. Para comer hacemos una parada cruzando la autovía y nos paramos en un pequeño local junto a la carretera, donde los más valiente se piden el consabido cachopo que no cabe en el plato. Mientras comemos, pasa por la carretera nuestra amiga alemana con la que nos hemos cruzado varias veces. Increíble historia la de esta mujer que viene desde Munich en una bici adaptada por su discapacidad en la pierna izquierda. 45 días pedaleando sola en su bici con sus alforjas y camino de Santiago tirando de mapas en papel sobre el manillar. Cuando uno descubre personas así, se da cuenta de que nada es imposible y de que hay personas con una fuerza interior y un coraje que son un verdadero ejemplo. Continuamos hasta Llames de Pria, donde nos acercamos a la costa a ver los Bufones de Pría, aunque hoy el mar está calmo y no bufan. En cualquier caso, la playa y los acantilados de Guadanía merecen una visita. Los últimos kilómetros hasta Ribadesella se adentran un poco por el interior y, por fin, llegamos a nuestro destino. Lo celebramos en la entrada del pueblo, vamos de nuevo a lavar las bicis y nos encaminamos hacia el Hotel Don Pepe, en la misma playa de la ría donde desemboca el río Sella. Fantástico hotel y muy bien situado. Tras dejar los trastos, 4 valientes nos damos un chapuzón en las aguas del Cantábrico. Nos vamos a cenar a la sidrería El Tarteru junto al puerto, donde degustamos varios platos típicos regados con abundante sidra y cerveza.