Etapa 10. Cebrero - Portomarín
near Cebrero, Galicia (España)
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Itinerary description
La ruta de hoy se caracteriza por comenzar con un descenso pronunciado desde O Cebreiro, intercalado con dos saltos en forma de pequeñas rampas. Desde el Alto do Poio el perfil será de continua bajada hasta Triacastela.
Si la climatología es muy mala o hay excesiva afluencia de peregrinos, recomendamos ir por carretera con las señalizaciones de seguridad adecuadas.
El tramo desde la salida de Sarria hasta Portomarín (km 22) hará que saquemos a relucir nuestras habilidades técnicas, ya que se discurre por sendas y corredoiras que, sobre todo en época de lluvias, se embarran e inundan con los arroyos cercanos.
En general puede decirse que es ciclable, a pesar de ser rompepiernas, ya que cambia continuamente de pendiente y de que en puntos muy concretos el firme puede complicarse bastante.
Waypoints
O Cebreiro
Liñares
Con menos de 70 habitantes que en su mayoría se dedican a la agricultura y ganadería, esta población recibe a los peregrinos con su iglesia dedicada a San Esteban (Santo Estevo en gallego) que se cree que fue fundada en el S. VIII.
Alto de San Roque
El Alto de San Roque (1275 m de altitud) se marca con una imponente estatua de bronce. El escultor gallego Jose María Acuña la hizo en 1993 y trató de reflejar la dureza del camino que el peregrino ha de recorrer por esos puertos. Vestido con las ropas medievales jacobeas, se sujeta el sombrero con una mano para que no le vuele con el viento, mientras se apoya en su bastón para continuar ascendiendo. Las vistas del entorno desde este punto son imponentes.
Hospital da Condesa
Llamado así porque tenía antiguamente un hospital de atención a los peregrinos, quizás patrocinado por alguna aristócrata.
Padornelo
Alto do Poio
El alto de Poio es, con sus 1339 metros de altitud, el punto más alto que pisaremos en toda Galicia. Esto ofrece unas vistas muy llamativas de toda la sierra circundante.
Fonfría
Pequeño pueblo cuyo nombre deriva de “fonte fría” (“fuente fría”, en gallego), en referencia a los manantiales de agua de montaña. En este caso, aún queda una fuente que vemos a la entrada del pueblo y que mana agua de la sierra do Rañadoiro.
O Biduedo
En la zona de Lugo surgen muchos abedules (“bidueiros” en gallego) en la orilla de ríos o regatos y en este pueblo antiguamente debía haber muchos, de ahí que le quedase este nombre. Desde O Biduedo La mayoría del tramo es ciclable, aunque habrá momentos en los que el firme se componga en parte de lascas de pizarra, por lo que se aconseja extremar las precauciones. Estas montañas eran escenario en la Edad Media de una tradición muy simbólica, que se relata en el Códice Calixtino. Se dice que en la undécima etapa, que iba desde Villafranca del Bierzo hasta Triacastela (Aymeric iba a caballo, de ahí que recorriera distancias tan grandes), los peregrinos debían coger una piedra de estas montañas de Triacastela y cargarla hasta Castañeda, por donde pasaban en su última etapa, que iba de Palas a Compostela. En Castañeda debían dejarla en los hornos de cal de la localidad, donde se preparaba la argamasa para la construcción de la catedral. De esa forma, todos los peregrinos ponían su granito de arena en el levantamiento de la casa de Santiago.
Filloval
Esta población puede escribirse con “b” con “v” y con el artículo o sin él… ¡Nadie tiene muy claro cuál es la forma correcta, ni en gallego ni en castellano!
Pasantes
Ramil
Pequeño enclave rural que guarda un tesoro natural: un gran castaño centenario. No se sabe la edad exacta de éste árbol, ¡pero se piensa que puede tener cerca de 800 años!
A Balsa
A Balsa es una pequeña población rural en la que hay una capilla dedicada a Nuestra Señora de las Nieves. Nuestra visita se convertirá en un preludio de lo que nos espera hasta Sarria: pintorescas poblaciones de minúsculo tamaño que mantienen su esencia rural y tradicional al máximo, estando poco acostumbradas a sacar provecho económico del visitante peregrino. Desde A Balsa hasta San Xil el camino peatonal es complicado: con saltos y un firme de piedras y tierra que se embarra si ha llovido (algo común en la zona). Si queréis ahorraros esta parte, podéis salir de A Balsa y seguir por la carretera. Por el camino peatonal la visión de la naturaleza es más salvaje, pero por carretera las vistas también serán maravillosas y podremos disfrutarlas más.
San Xil de Carballo - km 25,8
San Xil es una población muy pequeña y sin servicios, pero su toponimia indica que seguramente tenga un pasado jacobeo bastante marcado. El santo al que se dedica el pueblo es muy importante en Francia, especialmente en los lugares de paso de la ruta a Santiago, por eso seguramente la relación del lugar con la peregrinación venga de antiguo.
Alto de Riocabo
La subida desde San Xil hasta el Alto de Riocabo se hace por carretera. No es excesivamente dura, pero quizás el esfuerzo realizado en la etapa anterior haya hecho mella y nos cueste un poco más de lo normal. El alto de Riocabo marcará un cambio en la dinámica de la ruta, ya que comienza el descenso hasta Sarria. El camino peatonal se adentra en el monte por “corredoiras”, caminos de tierra y piedras entre grandes robles o “carballos”, como dirían los lugareños. Partes de este descenso son bastante complicadas, incluyendo un tramo con grandes piedras que se amontonan como si fuese una escalera. Con la lluvia se vuelve bastante resbaladizo y dado que es en bajada, debemos sacar a relucir al máximo nuestras habilidades técnicas. Si no nos vemos capaces lo mejor es que obviemos el desvío en el alto de Riocabo y sigamos por la pista asfaltada.
Montán-km 28,9
Desde aquí hasta Sarria las sendas son mucho más ciclables que las que nos han traído desde Triacastela.
Fontearcuda-km 29,6
Furela
Pequeña población sin servicios hay una sencilla capilla dedicada a San Roque, pintada de blanco por fuera y con una espadaña en la portada principal.
Pintín- km 32,8
Calvor
Aguiada
Aguiada es una pequeña localidad de menos de 50 habitantes, que tiene servicios de atención a los peregrinos y una pequeña capilla rural dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.
San Mamede do Camiño
Triacastela-km 21,1
En los S. XII y XIII la peregrinación estaba en auge, Triacastela ya tenía más peregrinos que habitantes. De hecho, se dice en el Códice Calixtino que muchos hosteleros de Compostela se acercaban a Triacastela para convencer a los peregrinos de que cuando llegasen a Santiago se alojasen en sus mesones. Les prometían que eran los mejores y les guardaban una cama a cambio de un pago, pero muchas veces al llegar los peregrinos veían que el alojamiento no cumplía para nada sus expectativas y que les habían cobrado de más. Los intentos de engaño no estaban permitidos, tanto es así que en Triacastela había una cárcel de peregrinos. Se encerraba allí a quienes se hacían pasar por caminantes para aprovecharse de la buena voluntad de las personas y conseguir limosna, alimentos o cama gratis. Este antiguo edificio se encuentra hoy casi en ruinas y lo podemos ver antes de entrar en la plaza mayor. Triacastela debe su nombre a la supuesta existencia antiguamente de tres castros o castillos en la zona (los historiadores no se ponen de acuerdo). También hay quien dice que el topónimo deriva de su condición de lugar de paso hacia Castilla, aunque estos son los que menos.
Monumento al peregrino
Unión de los dos caminos
Ruta San Xil: tramo complicado A Balsa-San Xil
Bifurcación: Samos / San Xil
Recomendación: carretera
Hostal Mesón Antón
Iglesia del Santo Estevo Linares
Se cree que fue fundada en el S. VIII. Antiguamente esta parroquia dependía del importante monasterio de Santa María do Cebreiro, a quienes suministraban lino, de ahí su nombre actual.
Iglesia de San Juan de Pardonelo
Fuente
En este tramo, el camino es estrecho si hay muchos peregrinos mejor por carretera.
Por aquí, a no ser que hayan demasiados peregrinos.
Atención, cruce de carretera
Ermita de San Pedro de Viduedo
Iglesia de Santiago de Triacastela
Su iglesia parroquial está dedicada al apóstol y se cree que seguramente el antiguo hospital de peregrinos estaría asociada a ella. Se conserva el ábside románico del templo, aunque el resto es barroco (S. XVIII) y en su retablo mayor luce una gran imagen de Santiago vestido como peregrino. En su torre hay un escudo grabado con tres torres de castillos, lo que dio pie a la teoría de que el nombre de la localidad derivaría de este hecho.
Iglesia de San Xil de Carballo
Alto dr Riocabo
Casa Do Franco- Bar
Capilla de San Roque
A Pousada de Raquel
Mesón O' Castro
Castaño centenario
Vilei
Barbadelo
Rente
El nombre del pueblo deriva de una gran feria comercial que se hacía en este mismo lugar en la Edad Media, de la que se dice que venían hasta hosteleros de Santiago para comprar y vender productos. Tras cruzar la carretera seguimos por un camino de tierra entre árboles y, tras hacer un giro a la izquierda, nos encontramos con un precario cruce de un arroyo. Se colocaron unas losas para que los caminantes pasen sobre el agua, pero a nosotros nos resultará difícil pasar sin mojarnos, ¡más aún en época de lluvias, cuando el terreno se embarra!
A Serra
Morgade
Tras este tramo de pista llegamos a Morgade (51,9), donde hay un agradable bar que sirve comidas. Una pintura blanca con el Pelegrín -la mascota del Xacobeo de 1993- nos indica que salgamos de la localidad por una senda, al lado de la cual hay una fuente. Dice la leyenda que de esta Fuente del Demonio o Fonte do Demo dejaba de manar agua si se acercaba a beber alguien libre de pecado, porque estaba regida por el diablo y este sólo daba de beber a pecadores. La corredoira por la que salimos de Morgade se estrecha y se invade en algunas partes por un arroyo, salpicado de losas de piedra para ayudar al paso. Todo bastante precario para ciclistas, así que debemos echarle paciencia y echar pie en tierra si es necesario. Este dificultoso tramo es corto, de unos 800 metros, tras los cuales llegamos a Ferreiros.
A Brea
En este pueblo veremos un mojón que indica que sólo restan 100 km a Santiago, pero este miliario es falso. El verdadero miliario de los 100 km lo vemos un poco más adelante, en una pista asfaltada entre A Brea y Morgade.
Lavandeira
Peruscallo - km 49
En esta zona hay muchos hórreos pegados a la pista, una construcción que suele llamar mucho la atención a los extranjeros. El hórreo es una estructura de almacenamiento elevada del suelo, concebida para guardar el grano. En Galicia comenzaron a cobrar mucha importancia a partir de la conquista de América, cuando llegaron dos alimentos que revolucionaron la vida de los campesinos: la patata y el maíz. Estos alimentos pueden aguantar mucho tiempo hasta que son consumidos, pero es necesario que estén en un lugar adecuado, sin excesiva humedad, ventilados y salvaguardados de animales o roedores. Las casas rurales gallegas no contaban con un sitio así y por eso se construyeron los hórreos. Los hórreos siempre tienen tres partes. Las patas (pés o pies, en gallego) elevan una caja superior donde se guardan los alimentos, para evitar la humedad del suelo. La caja no es cerrada, sino que normalmente tiene rejillas para que corra el aire y se ventile el interior. La pieza redonda que está entre las patas y la caja, como un gran disco de piedra, se llama tornarratos. Traducido viene a ser “ratón del revés”, un nombre que explica claramente su función. Para subir a la caja y coger los alimentos se usaban o unas escaleras auxiliares o una escalera sin final, para evitar así que los ratones pudiesen llegar a la comida. La construcción de los hórreos se hizo cada vez más importante desde el S. XVI y terminó desarrollándose todo un simbolismo social en torno a ellos. El razonamiento es muy sencillo: si hay un sitio que sirve para guardar la comida, cuanto más grande y bonito, más sencillo será que la gente se de cuenta de que alguien es rico y tiene grandes reservas de comida -con la sutileza de que esta persona rica no tiene que decírselo, simplemente se da por hecho-. Lo mismo pasaba con las chimeneas, cuyo número en una casa daba a entender cuántas habitaciones tenían calefacción, y por eso se almenaban y se decoraban en su parte superior para que llamasen más la atención. Los hórreos, por su parte, pasaron de ser de madera a ser de sillería de granito, a decorarse con la cruz protectora cristiana y, en muchos casos, a hacerse enormes. Generalmente los más grandes eran de nobles o pertenecían a monasterios. ¡En Galicia los hay de más de 35 metros de largo! Al salir de Peruscallo nos internamos en una corredoira que, tras unos metros, se estrecha hasta convertirse en una vereda que discurre al lado de un arroyo. Por momentos el firme es empredrado y en otros es de tierra, pero en general es muy estrecho. En momentos en los que hay mucha afluencia de peregrinos discurrir por aquí puede ser eterno, ya que tendremos que pedir paso o pararnos continuamente.
Ferreiros
Esta localidad se llama así porque antiguamente tenía bastantes ferrerías (herrerías) en las que artesanos jacobeos arreglaban las herraduras de los caballos y también reparaban el calzado de los peregrinos.
A Pena
As Rozas
La corredoira de 1,5 km que va desde As Rozas a Moimentos es impracticable en época de lluvias. El suelo se convierte en un lodazal en el que se enclavan piedras de gran tamaño. Los caminantes la evitan yendo por un prado superior, pero para nosotros será más difícil esquivarla. Por eso os proponemos, en caso de que haya llovido, que sigáis recto bajando por la pista asfaltada y giréis en el primer desvío a la derecha, para llegar a Moimentos por la LU-4203.
Moimentos
Mercadoiro
Moutras
A Parrocha
Vilachá
Portomarin
En Portomarín, que en ese momento era una villa con un importante patrimonio medieval en las orillas del río, los vecinos decidieron moverse a una cota más alta en la orilla oeste, llevándose con ellos -piedra a piedra marcada con paciencia- sus monumentos más importantes. Ese es el Portomarín que vemos hoy en día, que tras cruzar el moderno puente nos recibe con un arco sobre el que se han instalado unas escaleras, que no es otra cosa que un tramo del antiguo puente medieval. Pero, algunos días, también podemos ver el Portomarín antiguo, en forma de estructuras de piedra que sobresalen del agua reclamando el espacio natural que les fue arrebatado.
Sarria - km 39,5
Ponte da Áspera
Se construyó en la época medieval, cuando surgió Vilanova de Sarria, para ayudar a los peregrinos a abandonar la villa cruzando el río Celeiro. La fábrica actual conserva mucho de la de entonces, con tres arcos de medio punto en sillería de granito y la parte superior de mampostería en lascas de pizarra, entre las que se cuela una ingente cantidad de maleza y vegetación -lo que le da un toque muy pintoresco pero dificulta la conservación del monumento-.
OJO!!!Cruce vías tren
Cruce precario de arroyo
Cruce peligroso
Vereda al lado de arroyo
Km 100
Este lugar es importante simbólicamente porque a partir de aquí la Iglesia considera que un caminante o jinete ha peregrinado como tal a Santiago y puede obtener la Compostela.
Arroyo
Se puede seguir por asfalto
Escaleras
Iglesia de Santiago de Barbadelo
La iglesia de Santiago es una joya del románico entre grandes bosques y zonas de pasto. Forma parte del inmenso patrimonio románico rural que Galicia posee. De hecho, la mayor concentración de arquitectura románica de toda Europa se encuentra muy cerca de donde nos estamos, en la Ribeira Sacra. Para entender por qué se encuentra aquí, precisamente, tenemos que remontarnos al S. VII, cuando muchos monjes se establecieron en los cañones del Miño y Sil en busca de una vida ascética y contemplativa en un paraje natural inexpugnable. Formaron comunidades que crecieron y, durante el auge del románico en los S. XII y XII, construyeron enormes monasterios e iglesias que aún hoy maravillan al visitante. Durante la ruta de hoy tendremos la oportunidad de ver bastantes ejemplos de arquitectura románica que, como esta iglesia de Barbadelo, han aguantado impasibles el paso de los siglos, a pesar de que el devenir histórico o la poca atención a su conservación amenazasen -y aún lo sigan haciendo- con terminar destruyendo muchas de ellas. Originalmente la iglesia de Barbadelo formaba parte de un monasterio dependiente de Samos, del que hoy sólo quedan ruinas. La iglesia se hizo en el S. XII pero no ha llegado con su forma original hasta nosotros, ya que en el S. XVIII se cambió el ábside. Del templo destaca su torre -que algunos piensan que se hizo como linterna para guiar a los peregrinos- y, sobre todo, su curiosa iconografía. De sus inicios románicos lo que mejor se conserva es el muro norte y la fachada occidental -la principal-, que siguen mostrando su decoración original tallada sobre capiteles y elementos constructivos. Llama la atención el carácter esotérico de algunas de sus representaciones, muchas relacionadas con los bestiarios medievales. En la Edad Media existían una serie de seres antropomorfos o fantásticos, cargados de significados negativos y que se relacionaban con la parte más oscura del ser humano, con las bajezas terrenales. La relación de todos ellos formaba el bestiario, que incluía basiliscos, centauros o dragones. En las iglesias muchas veces se ponían como “recordatorio” -o, más bien, amenaza- de lo importante que era seguir el camino de Dios en vida para poder ser recompensado con el paraíso después. Por eso en esta iglesia de Santiago vemos, por ejemplo, un dragón en el capitel de la puerta norte y en la portada principal. Los dragones eran los más reconocidos enemigos del Bien y en esta época no los imaginaban exactamente como hoy en día, sino que su cuerpo era parecido al de una serpiente -animal, por su parte, relacionado con el pecado-. Hay que tener en cuenta que, aunque hoy veamos estas imágenes y las entendamos como una representación del mal, para la sociedad medieval estos animales existían de verdad. Muchos aparecían en la Biblia, el libro que para ellos representaba toda la Verdad -con mayúsculas- y otros se decía que existían pero que habitaban en partes lejanas de Oriente. Eran una amenaza real a la que ellos pensaban que podían llegar a tener que enfrentarse, de ahí que fuese una iconografía tan efectiva para controlar la vida social en el campesinado por parte de la Iglesia. También hay animales o bestias que se consideraban protectoras, como el águila o el león, que se relacionaban con la fortaleza y la nobleza. Estos animales también se tallaban en las entradas a los templos, como guardianes, avisando de que se pasaba de un lugar profano a uno sagrado. En la portada norte de la iglesia de Barbadelo, enfrentado a los dragones, encontramos también a un fiero león.
Igrexa de Santa María de Belante
Iglesia de San Miguel de Biville
Iglesia de Santa María de Ferreiros
Un sencillo pero muy bien conservado templo románico que fue trasladado piedra a piedra desde un punto cercano para colocarlo en el margen del Camino Francés, porque se quería que funcionase como hospital de peregrinos. La espadaña con las campanas es posterior, barroca. Para llegar a la iglesia hay que recorrer un caminito entre el cementerio de la localidad. En Galicia la unión de la iglesia con el cementerio es la más normal en el ámbito rural. Esta configuración es una herencia de la época medieval, cuando la iglesia era el lugar de reunión social más importante y, tras la misa, la gente se quedaba en las cercanías del templo honrando también a sus muertos y cuidando su sepultura -¡luego aparecieron las tabernas y las costumbres cambiaron un poco!-.
Igrexa de San Nicolás de Portomarín
En la parte superior del pueblo encontramos la iglesia de San Nicolás, un templo románico promovido por la orden de San Juan, caballeros armados que protegían a los peregrinos. Es uno de los monumentos románicos más importantes de Galicia, con una configuración muy especial por la altura de sus gruesos muros con almenas en la parte superior; una robustez que contrasta con la delicadeza de la escultura en sus portadas y su imponente rosetón. En un primer momento el templo se situaba cerca del antiguo puente, en el primer Portomarín. De ahí esa apariencia de fortaleza militar, se trataba de un lugar de reunión de una orden que defendía el puente y a los peregrinos. Cuando se inundó el pueblo por la construcción del embalse, las piedras se marcaron con tinta roja una a una y se movieron a la parte alta del pueblo, acometiendo también una restauración de la iglesia. Aún hoy se pueden ver las marcas rojas en las piedras, junto a las de los canteros que tallaron los sillares en el S. XII.
Igrexa de Santa Mariña de Sarria
Ayuntamiento de Sarria
A Escaleira da fonte
Rúa Maior
Praza da Vila
Antigua prisión preventiva y mirador de la cárcel Sarria
Castelo de Sarria
Igrexa de San Salvador de Sarria
Templo románico de planta rectangular y una sola nave. Construido en sillería granítica. Portada principal de estilo gótico con columnas con capiteles decorados con motivos vegetales y figuras.
Restaurante O Descanso (Sarria)
A Cantina Pulpería Luís
Hotel Restaurante Roma
Asociación de amigos do Camiño de Santiago na Comarca de Sarria
Capela de Santa Mariña
seguir por aqui para evitar peregrinos
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Por qui
Por aqui
De vuelta al camino
Puente de Portomarin sobre el rio Sin
El río Miño es el río con más largo de Galicia y, desde su unión con el Sil hasta su desembocadura en el océano Atlántico, el más caudaloso. La gran extensión de kilómetros por los que discurre han hecho que, desde que nació la peregrinación fuese necesario cruzarlo. Esa necesidad de sortear el caudal hizo que ya en el S. II d. C. los romanos decidiesen construir un primitivo puente en el punto en el que nos encontramos nosotros ahora. Cuando surgió la peregrinación a Santiago, doña Urraca ordenó en el S. XI construir un puente más grande en el mismo lugar, para ayudar a los caminantes jacobeos. Ese puente sobrevivió al paso de los siglos hasta que un día de 1963, Franco ordenó construir el que aún hoy es el embalse más grande Galicia: el embalse de Belesar, del que se obtiene una gran cantidad de energía hidroeléctrica. Un muro de hormigón de 135 metros de alto y 350 m de largo contuvo el caudal del Miño 32 km al sur de Portomarín, creando un gigantesco embalse que anegó todo lo que antes estaba en las orillas del río. Castros de la cultura prerromana, viñedos, molinos, bodegas y pueblos enteros descansan hoy bajo las aguas del Miño.
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Paisajes inigualables