Clásica de Valdemorillo 2024

_CLÁSICA DE VALDEMORILLO 2024
La Clásica de Valdemorillo es la prueba veterana de España, en esto del “ciclismo de ruedas gordas”. Ya son 33 las ediciones disputadas, lo que ha devenido en una gran popularidad y prestigio, de hecho, vienen a disputarla muchos corredores de gran nivel y procedentes de toda España.
Se presentó la mañana fresca pero soleada, sin apenas nubes y ausencia de viento, lo que tras una semana de intensas lluvias, frío y viento era una fantástica noticia. Un poco antes de presentarnos en la salida decidí abrigarme menos que la semana anterior y salir con el maillot de verano y camiseta térmica y sin ningún complemento de abrigo más. Y fue todo un acierto porque el día fue mejorando conforme pasaron las horas, quedándose en una estupenda mañana soleada y apacible.
Tras colocar los dorsales, preparar las bicis y la equipación nos dirigimos a la salida, casi sin calentar, ya que debíamos esperar nuestro turno, porque, con buen criterio, la organización daba salidas en tandas, según la categoría de edad o distancia de carrera elegida.
A las 10:22 se daba la salida a mí categoría en distancia completa y un poco más tarde, a las 10:30 la de bicis eléctricas.
Los primeros kilómetros transcurrieron por las calles del pueblo y “neutralizados”, sin poder adelantar al coche de carrera, pero la velocidad era ya vertiginosa y con algunos obstáculos peligrosos: maceteros, barreras de separación de carriles, lo que unido a la aglomeración y agrupación de corredores hizo que estos primeros compases se tuviera que estar muy intento.
Tras torcer a la izquierda, nos metimos en la primera pista de tierra, apartándose el vehículo de cabeza de carrera, dando vía libre.
Esta primera pista forestal o camino rural tenía muy buen firme y fue tornándose en subida tendida pero muy larga que hizo que el grupo se estirase poco a poco, lo que evitaba aún más posibles embotellamientos.
Unos primeros kilómetros de buenas pistas, con contínuos “sube y bajas”, hizo casi olvidarnos de lo que habíamos venido a hacer aquí: a pelearnos con el barro y el agua.
En el kilómetro 5, torciendo a la izquierda atravesamos el río Perales por un puente de piedra no ciclable y a partir de ahí, fue turnándose en el recorrido de todo: senderos estrechos embarrados, caminos con roca y piedras sueltas, en los que tenías que ir seleccionando la trazada buena, intentando seguir la veredilla que se había formado por el paso de anteriores bicicletas. Y arroyos, creo recordar que hubo que vadear hasta 6 arroyos de fresquita agua que hizo que al final la cadena terminase completamente “lavada”.
Fue muy positivo haber podido coger unas buenas ruedas, en un grupo de unos 5 corredores que me llevó en volandas por callejas serpenteantes encerradas entre muros de piedra a una velocidad endiablada.
Como “todo lo que sube baja”, este primer bucle de carrera, común a la dos distancias, casi termina con una bajada tendida de nuevo en dirección a Valdemorillo. Tendida, pero llenita de piedras sueltas, para al final de la misma desembocar en una zona de losas rotas y terreno completamente irregular, que desembocaba en un paso subterráneo bajo la carretera completamente embarrado y deslizante.
Digo “casi” termina porque había que dar una vuelta a varias urbanizaciones antes de adentrarnos de nuevo en las inmediaciones del casco urbano. Primeramente, varios kilómetros sobre asfalto, como para “recuperarte” y prepararte para lo que venía después: un festival de senderos estrechos, revirados y enfangados, algunos tanto que te paraban la bici casi en seco. Otros, por el contrario, muy resbaladizos. Esta vuelta a las urbanizaciones terminaba en las inmediaciones del aeródromo de Valdemorillo, lugar donde se separaban las distancias larga y corta.
En este segundo bucle, exclusivo de la carrera larga, el paisaje y las condiciones cambiaban bastante. Primero constaba de una larga bajada por pista ancha, pero muy rota y llena de rocas. Tras la misma venía el “postre” de la jornada: la subida al campo de motocross desde el Cerro Alarcón, con unos dos primeros kilómetros muy duros para luego suavizarse hasta casi meta.
Por lo menos esta última parte, ya con fatiga acumulada, aunque dura resultó fácil al ser pista ancha incluso asfaltada en algunos tramos.
Para recuperarnos bien daban una ricas patatas con costillas y como la mañana estaba muy soleada pudimos dar cuenta de ellas al aire libre_