Chachagui - Cimarrones - Pasisara - El Común (Nariño - Colombia)

Fecha de ruta: junio 17-2012
Tipo de ruta: circuito sobre vías, caminos de herradura, senderos y trochas
Dificultad física: alta
Dificultad técnica: media - alta

Esta crónica tiene algo muy especial y es precisamente la región donde se gestó la historia y las vivencias que la enmarcan, en compañía de mis buenos amigos pastusos. A ellos agradezco la paciencia que me tuvieron por varios años de invitaciones para conocer las tierras hermosas de su departamento. En esta ocasión me centraré en hablar de Chachaguí, municipio situado al oriente de Nariño, departamento del suroccidente de Colombia, a una altitud de 1950 msnm y a una distancia aproximada de 29 Km desde San Juan de Pasto, ciudad capital del departamento.

Chachaguí, que actualmente ocupa el # 60 del listado de municipios nariñenses, ha recibido varios nombres a lo largo de su historia como: Chabchabí, Chachaví, Chacharbí (dado por Juan Velasco en 1754) y Chachahuí. En 1993, y en honor a sus primeros pobladores Indígenas Quillacingas, el municipio recibió su nombre actual, Chachaguí, que proviene de un vocablo indígena que significa "Tierra de Aguas Buenas o Tierra de Aguas Claras”.

Su altitud menor (1950 msnm) respecto a Pasto (2.527 msnm), su temperatura promedio de 20 °C y su localización geográfica hacen que sea un lugar perfecto de veraneo para los pastusos y un lugar de paso obligado para los viajeros terrestres que transitan la Carretera Panamericana desde Colombia hacia Ecuador o hacia el resto de Suramérica. También es un sitio estratégico para los turistas que viajan en avión porque en este municipio está situado el Aeropuerto Antonio Nariño que atiende los vuelos nacionales procedentes de varias ciudades de Colombia.

Sólo hasta que llegué a Chachaguí entendí por qué los pastusos a pesar de vivir entre las montañas, se dan el lujo de tener un “porta aviones”. Siempre ves montañas, más montañas, cañones profundos, abismos y más montañas. En Chachaguí casi nada es plano y las montañas no tienen pendiente, sino paredes y abismos profundos. Lo más particular de todo sucede cuando llegas al aeropuerto y de veras te encuentras con la pista de un “porta aviones”, pero en tierra. Me les quito el sombrero a los Cuyes y al ingenio de construir la pista sobre la única meseta casi plana del sector, aunque me imagino que tuvieron que ayudarse con maquinaria pesada, je, je. Pero en la vida no hay nada perfecto y en Chachaguí no hay excepción: aunque la naturaleza les regaló a los pastusos una meseta en medio de tantas cuestas para construir la pista del aeropuerto, existe un detallito bien particular que no se puede controlar y es el hecho que dadas las coordenadas de la meseta, la pista está en sentido contrario al que debería estar según las recomendaciones aeronáuticas, pero como es el único lugar apto, pues así se construyó. Y es precisamente esa posición, casi transversal, la que aumenta la presencia de vientos cruzados que dificultan los aterrizajes y despegues de los aviones. Ufff ¡!! Que locura para quien le tenga miedo a viajar en avión, y que pericia la que tienen los pilotos que van a Pasto. Mis respetos !!!

Bueno, y sin más preámbulos comienzo a describir la ruta maravillosa que recorrí el segundo día de aventura, cerca de Chachaguí.

Partimos de Comfamiliar hacia la Estación Oro Verde, por un sendero lleno de caminitos, paisaje de montañas quebradas, abismos y pastizales. Recuerdo como se formaban largas filas de ciclistas por los caminos casi perdidos entre los pastizales. Todos, siguiendo las huellas, iban uno tras otro recorriendo cada uno de los tramos de sendero, con ascensos y descensos técnicos. Así fuimos avanzando hasta llegar al Alto Cimarrones y continuamos hacia la finca La Guiara. Sin saber que seguía uno de los mejores tramos del recorrido, hicimos el cruce de Pasisara y de Sánchez hasta que llegamos al Alto La Cruz. Allí tomamos un respiro, nos hidratamos y disfrutamos del sabor y el agua de la fruta. Pero la aventura, aún seguía !!!. Como si nos tuvieran reservado un premio al esfuerzo, o como si hubieran adivinado que el Bosque El Común del día anterior nos había encantado, volvimos a otro sendero espectacular. Si señor. De nuevo nos adentramos por un camino lleno de vegetación, aventura, habilidad y adrenalina. Que buen descenso.

Que buenos paisajes. Una vez más quemamos las calorías y las sonrisas. Pasamos por el Alto Tres Postes, descendimos a la Quebrada El Común, y finamente salimos a la vía pavimentada.

Desde el principio y hasta el final de nuestro recorrido puedo decir que nos desbordó la emoción de encontrar trochas y más trochas, montañas, bosques, pájaros, quebradas y gente muy linda.

Buenas trochas, Liliwhale®